El fenoméno del cambio climático ha determinado que los dos espacios polares del planeta -Ártico y Antártida- hayan pasado al primer plano del escenario geopolítico internacional. Junto a la mayor atención que ambos espacios han recibido desde el ámbito de las ciencias naturales, la renovada preocupación internacional también ha abarcado a la política, el derecho, la posibilidad de nuevas rutas comerciales o de explotación de los recursos, así como los efectos medioambientales que todo ello podría tener y las posibles amenazas a la paz mundial que podrían generarse.