La Universidad en la transición y consolidación democrática


A la muerte de Franco, la Universidad vivió la misma incertidumbre e interinidad que el resto de la sociedad española. La aprobación de la Constitución y la consolidación democrática permitieron la promulgación de una nueva legislación universitaria. La Ley de Reforma Universitaria de 1983 sentó las bases de un moderno modelo universitario: el gobierno de la Universidad se hacía recaer sobre la propia comunidad académica; la toma de decisiones se democratiza y los departamentos universitarios asumen la organización de la docencia e investigación. Todo esto se plasma en los nuevos Estatutos, aprobados en 1985 y reformados en 1991.

La Universidad ha debido adaptarse a la organización administrativa del Estado, planteada en la Constitución de 1978, en la que las competencias en materia educativa quedan atribuidas a las comunidades autónomas. En nuestro caso, la asunción de  competencias universitarias por la Comunidad de Madrid tuvo lugar en 1995.

La apertura a la sociedad propició la creación de un amplio abanico de nuevas titulaciones con las que la Universidad respondía a las exigencias intelectuales, económicas y científicas de los nuevos tiempos. Como consecuencia, se multiplican los centros destinados a impartir estas titulaciones. Durante el período de vigencia de la Ley de 1983 se crean la Escuela Universitaria de Trabajo Social (1983), la Facultad de Odontología (1986), la Escuela Universitaria de Enfermería y Fisioterapia (1987), la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación (1990), la Escuela Superior de Informática (1991)  y la Facultad de Educación (1991).

El avance tecnológico experimentado en las últimas décadas del siglo XX ha forzado la consolidación de equipos de investigación, de índole pluridisciplinar y que requieren de personal técnico especializado; nacen así los Centros de Ayuda a la Investigación [CAI] y el Instituto Pluridisciplinar.

La colaboración entre instituciones, con la riqueza de enfoques y sinergia de esfuerzos que permite, ha estimulado  -a comienzos del siglo XXI- la constitución del Parque Científico de Madrid, en el que la Universidad Complutense de Madrid participa junto a la Universidad Autónoma, el CIEMAT y otras entidades públicas y privadas, para conformar una fundación sin ánimo de lucro, dedicada a la investigación, el desarrollo y la innovación, desde la que se potencia la transferencia de conocimientos en procesos y servicios.

Una vez incorporada España a la Unión Europea, se ha establecido un nuevo marco de referencia para nuestra educación superior. Los conocimientos, habilidades y destrezas adquiridas durante los estudios superiores son, en cada uno de los sistemas universitarios europeos, comunes y homologables. Nace así, el Espacio Europeo de Educación Superior. Esta nueva ordenación académica se refleja en la Ley Orgánica de Universidades, de 2001, modificada en 2007, y en los subsiguientes Estatutos de la Universidad Complutense, de 2003.

Las enseñanzas universitarias complutenses, en consonancia con los demás sistemas universitarios europeos, se vertebran en tres ciclos: grado, máster y doctorado, que han sido acreditados por la Agencia Nacional de Evaluación y son periódicamente validados para mantener altos niveles de calidad y eficacia académica.  En consecuencia, surgen nuevos centros o se modifican sustancialmente los existentes: en 2006 la Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación se transforma en Facultad de Ciencias de la Documentación; en 2012 el resto de escuelas universitarias también se convertirán en las Facultades de Comercio y Turismo; Enfermería, Fisioterapia y Podología; Estudios Estadísticos; Óptica y Optometría y Trabajo Social.

La Universidad Complutense de Madrid asume como propio un triple ideal: formar profesionales útiles a la sociedad, promover la investigación científica y difundir, entre los próximos y los lejanos, el conocimiento y los valores que son inherentes a la Universidad. Un reto actual para nuestra Universidad, que tantos otros ha sabido superar en el pasado.