Soberanía alimentaria y Consumo local

Soberanía Alimentaria

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define la soberanía alimentaria como el derecho de un país a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos, que garanticen el derecho a la alimentación sana y nutritiva para toda la población, respetando sus propias culturas y la diversidad de los sistemas productivos, de comercialización y de gestión de los espacios rurales.

 

Desde la agricultura ecológica, se promueven criterios enfocados a una mayor responsabilidad con el entorno.

El desarrollo de la agricultura ecológica guarda relación con la crisis en la que ha entrado el sector agrario, y ha demostrado ser rentable para los agricultores cuyas fincas se encuentran en dichos territorios. Inclusive, este modo de agricultura está llegando a ser útil en el mantenimiento de las cuotas de mercado de producción intensiva y en la apertura de nuevos mercados. Es, generalmente, más rentable que la agricultura convencional, teniendo mismas condiciones de suelo, clima y cultivo. Aun así, es cierto que es exigida una reducción muy fuerte de la actividad ganadera intensiva, para poder cumplir los cánones del decrecimiento, y la ganadería extensiva, sobre todo la ecológica, sólo puede sostener en parte la demanda existente de productos lácteos y cárnicos (González e Infante, 2010).


Consumo de proximidad

El consumo de proximidad es aquel que prioriza la adquisición de productos de nuestro entorno territorial más próximo. De esta manera, el consumo de proximidad incluye aquellos productos cuyo origen se encuentra en un máximo de 100 km del punto final de venta. Asimismo, se tiene en cuenta la estación del año y la calidad, con el objetivo de consumir productos de temporada, frescos y en condiciones óptimas.

La proximidad permite un mayor acceso a la información del producto, incluyendo su origen y método de elaboración, y posibilita el desarrollo de vínculos entre productores y consumidores, al mismo tiempo que reduce el gasto energético derivado del transporte.