12 jul 2019 - 13:05 CET

Roberto Orellana / Foto: Nacho Calonge

Suso33 puso en relieve el grafiti como disciplina diferenciada de otros movimientos al tiempo que destacó algunas diferencias de esta manifestación artística con el pasado. “Eso no tiene nada que ver con el grafiti, eso está permitiendo que haya mucha gente que juegue a creerse que hace grafiti”, recalcó el artista urbano, antes del curso Lo prohibido y permitido en la cultura y comunicación, dirigido por el periodista José Manuel Carcasés.

El grafitero madrileño, creador de obras como i-legal, se definió como un experimentador, un investigador de los lenguajes tanto en su forma como en su contenido, ya que además del grafiti, también aborda otros ámbitos como el video o la danza. El artista multidisciplinar señaló la diferencias entre el grafiti, como trabajos que se “desarrollan en la calle, rozando lo ilegal y que gozan de autonomía y libertad”, y nuevas iniciativas de creación para algunos grafiteros como C.A.L.L.E. o Pinta Malasaña, espacios que se hacen en colaboración con marcas, incluso comisionadas, “que es lo que se lleva haciendo toda la vida, de pintar murales, pintura decorativa”.

En una mirada hacia su propio desarrollo personal y hacia las bases del arte callejero, recalcó: “Las primeras complicaciones fueron en la infancia; no era como ahora, que hay un camino reglado que te dicen por dónde ir”, apuntó Suso33. Respecto al modo de aprender y avanzar, el grafitero señaló la pasada necesidad de contar con un mentor ya que el conocimiento se pasaba de mano en mano: “Había que abrir camino, te equivocabas, te chocabas, era un proceso costoso”.

Las nuevas tecnologías y las redes sociales, según Suso33, también han tenido un impacto directo en la forma de comunicación y de difusión de las obras. De nuevo, atendiendo al pasado, donde la relación entre el mensaje y el receptor “era más directa con el espacio, tiempo real, en estado puro”, el artista multidisciplinar indicó, en contraposición, el desarrollo actual del “telegrafiti”, una forma de comunicación parecida a la telecomunicación y que puede ser desarrollada en las redes, donde “no hay necesidad ni de que sea verdad ni cierto”.