Martín Garzo cree que “Milana Bonita es una de las plegarias más hermosas que se han construido en nuestro idioma”
24 jul 2018 - 14:38 CET
Beatriz Soler / Foto: Nacho Calonge
El texto que no le convencía y paralizó años atrás, el escritor Miguel Delibes lo retomó en los años ochenta para dar forma a una de sus obras más reconocidas: Los Santos Inocentes. Tras las publicación de la novela, el director y guionista cinematográfico Mario Camus la adapta al cine en 1984, y en opinión del Premio Nacional de Narrativa Gustavo Martín Garzo, lo que hace que nadie pueda olvidar la novela y la película es la célebre frase: “Milana Bonita”, porque es “una de las plegarias más hermosas que se han construido en nuestro idioma”.
Aunque apenas pusiera pegas a la adaptación cinematográfica, fue Delibes quien observó que la frase “Milana Bonita” tenía que tener una mayor presencia en la película. Esto ocurrió cuando Mario Camus consultó con él el guion. Tal y cómo aseguró Martín Garzo, Delibes era consciente de que “Milana Bonita” era la frase que tenía la carga y esencia de la novela y quería que en pantalla también se viese ese “pequeño milagro”.
Martín Garzo, que participó en el curso Mario Camus, la escritura de las imágenes, también tuvo tiempo para recordar una cita del cineasta Jean Renoir: “Nos gusta una historia porque nos gusta quien la cuenta”. De este modo, el novelista aseveró que en Camus “siempre tenemos el sentimiento de que va a contar una historia cercana y verdadera acerca de lo que somos”, como mostró en el caso de Los Santos Inocentes.
“Empatizar con el ser humano le define como narrador”
Aunque a lo largo de su trayectoria cinematográfica Mario Camus ha realizado otras adaptaciones literarias, como Fortunata y Jacinta de Benito Pérez Galdós, según Martín Garzo “en la obra de Camus hay mucho más que testimonio y denuncias”. Desde su punto de vista, el trasfondo del cineasta recaba en que es “un lector infatigable” que aparte de conocer a los grandes novelistas españoles del siglo XIX, siempre busca lo realista, y por ello “empatizar con el ser humano le define como narrador”.
En esta misma línea, el también ensayista destacó de la obra de Camus su capacidad para llegar hasta el fondo de los personajes, que en el caso de Los santos inocentes ya venían construidos en la obra literaria al tratarse de una adaptación. “Marcado por la estética neorrealista, sus obras hablan de la capacidad del hombre para enfrentarse al dolor y su estoica resistencia frente al estigma. Camus manifiesta una profunda solidaridad con los más desfavorecidos, buscando esos momentos de dignidad y ternura de quienes escapan de su miseria e insignificancia”, apostilló Martín Garzo.
Asimismo, el escritor tuvo palabras para La Colmena de Camilo José Cela, aunque no se mostró tan entusiasta como con Los Santos Inocentes. De hecho, Manuel Hidalgo, director del curso apuntó asombrado a la finalización de su ponencia: “No podía imaginar que la indiferencia de gusto hacia La Colmena fuera tanta”. No obstante Martín Garzo aseguró que la película es una “adaptación muy fiel” de la novela, en la que Camus supo enfrentarse al “problema de meter más de cien personajes en una película”, solventándolo en una “síntesis buena”.