Joseph Pérez afirma que la obra del Cardenal Cisneros “no dejó huella” en España
14 jul 2017 - 13:02 CET
Texto: Ángel Aranda / Foto: Nacho Calonge
¿El legado del Cardenal Cisneros a España? Nada. No dejó nada. Así se expresó el historiador y Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales Joseph Pérez, antes de su intervención en el curso Cisneros: fundador, reformador e innovador, aunque achacó esta circunstancia al choque que se produjo entre las posturas del propio cardenal y las del emperador Carlos V cuando este se instaló con su corte en Castilla. “Cisneros no logró imponer su concepto de República latina, de Res Publica, de defensa del bien común, porque los Austrias consideraban que la monarquía era un patrimonio dinástico que podían manejar como les diera la gana”, aseguró el hispanista.
Según el historiador, el Cardenal Cisneros fracasó también en el aspecto religioso de su labor, ya que siempre tuvo mucho interés en difundir entre la gente del pueblo la literatura espiritual, incluso “costeándola él mismo”, pero sus libros fueron incluidos en la lista de los prohibidos, por lo que “en ningún concepto, Cisneros dejó huella en España”, afirmó.
Pérez señaló que los amigos y discípulos del cardenal fueron perseguidos durante los siglos XVI y XVII, unos por comuneros como Juan Bravo o Hernán Núñez el comendador griego, y otros por erasmistas, hechos que contribuyeron a que Cisneros fuera “totalmente descartado” en su época. A juicio del historiador, los únicos que trataron de reivindicar la figura del cardenal fueron la Universidad de Alcalá y la orden franciscana, aunque remarcó que “lo trataron, pero fracasaron”.
Asimismo Joseph Pérez apuntó en este sentido, que hubo que esperar hasta comienzos del siglo XX para ver publicada la primera biografía del que fuera primado de España, porque antes “no interesa”, y que tuvieron que ser los historiadores franceses en el siglo XVII quienes pusieran de manifiesto que “el mayor hombre de Estado, el político por antonomasia” de las historia de España hasta ese momento, no había sido ninguno de los primeros Austrias de la corte española, sino el Cardenal Cisneros.
Para Pérez, que es también miembro de la Real Academia de la Historia, la derrota de las tesis de Cisneros frente a las del emperador, pueden trasladarse perfectamente a la actualidad, ya que “la Europa actual es una Europa alemana, donde lo único que importa son los intereses particulares y la suma de esos intereses forma el interés general”.
Según el historiador, Cisneros se situaba en el otro lado de la balanza donde se asienta el concepto republicano de Roma, que entendía que el Estado debía velar por la defensa del bien común y aseguraba que “el reino no es del rey sino de la comunidad, y nosotros pagamos a un rey para que cumpla, pero no le entregamos el reino como si fuera algo que pueda manejar a su antojo”.
Además, Joseph Pérez explicó que aunque no se puede decir que el Cardenal Cisneros cuente con su propia leyenda negra, “se le achaca su actitud con los moros de Granada” tras la toma del último bastión musulmán en la península por parte de los Reyes Católicos. No obstante el investigador apuntó que Cisneros, aunque se sumó a la postura del arzobispo de Granada Hernando de Talavera, que abogaba por la integración apostólica de los vencidos, el cardenal Cisneros se mostró más partidario de “proceder con autoridad, con cierta violencia e imponer la integración”, subrayó.