La escritura como escapatoria
Matt Haig y James Rhodes compartieron sus experiencias personales
30 jun 2016 - 19:36 CET
Jaime Gómez Zaragoza / Fotos: Nacho Calonge
El escritor británico Matt Haig relató testimonios en primera persona sobre la depresión. Escribió el libro Razones para seguir viviendo porque quería contar en primera persona lo frustrante que resulta tener un problema mental, ya que el resto de personas no identifica a los afectados porque estos no dependen de una silla de ruedas o vendajes. Haig se refirió a lo duro de la enfermedad destacando que “la idea del suicidio no la tiene alguien que quiera morir, sino quien no sabe cómo seguir viviendo” aunque a la hora de escribir siempre intentó encontrar el equilibrio entre el optimismo y la depresión.
Matt Haig intervino en el curso Literatura, biografía y relato clínico. El legado científico y humanista de Oliver Sacks,dirigido por Raúl Gómez. El escritor compartió su experiencia personal, comentando que “una mañana me entró un ataque de pánico, pensaba que me iba a morir, el ataque no terminaba. Cuando terminó me di cuenta de que tenía depresión. Pasaron tres años hasta que conseguí la normalidad”.
El escritor subrayó que al escribir sabía que tenía una responsabilidad, ya que los libros que había leído sobre la ansiedad y la depresión eran informativos y educativos, por lo que tenía que encontrar la manera de que el suyo no resultara académico. Además hizo mención a lo importante que es para los pacientes tener al lado a alguien con quien hablar, argumentando que donde hay diálogo también hay esperanza.
En esta línea el escritor y pianista James Rhodes intervino en el curso para presentar el libro Instrumental, donde narra su experiencia personal tras una violación en el colegio cuando era niño. El autor se mostró sorprendido por el éxito de su novela afirmando que “es curioso, porque trata sobre una enfermedad mental y la música clásica, algo de lo que nadie quiere hablar”. El autor declaró que tuvo serias complicaciones a la hora de publicar su historia, ya que en su momento no podía hablar en cualquier medio sobre los aspectos de su pasado. La publicación le costó dieciocho meses y gastos legales de hasta dos millones de euros, “todo esto porque pensaban que el material del libro era demasiado tóxico para el público”, afirmó el pianista.
Volviendo al tema de la música James Rhodes destacó que se convirtió en su salvadora. “Es muy fácil pensar en Mozart o Bach como genios que no son humanos y cuando investigas te das cuenta de que son normales como nosotros” concluyó el escritor.
Si algo une a estos dos autores es que tienen claro que la creatividad es una forma de bienestar mental, así como que escribir es una manera de compartir y dejar salir sus traumas y enfermedades. El amor, para ambos, aunque de diferente forma, ha supuesto una vía de escape. Para Matt Haig fue el amor hacia su mujer, mientras que para James Rhodes fue el amor a la música: "Por eso la música me gusta más que el amor, porque es la única que nunca me ha traicionado”.