Magical Girl, oscura elegancia para revitalizar el cine español
El director madrileño Carlos Vermut presentó su último film, ampliamente galardonado durante el último año
14 jul 2015 - 12:17 CET
El impacto que supuso Magical Girl en el cine español fue considerable. En San Sebastián, ante el selecto jurado de su festival, la película desbancó a otras propuestas —con más medios y apoyo mediático— para llevarse la Concha de Oro al mejor largometraje y la de Plata al mejor director, toda una sorpresa que encumbraba a Carlos Vermut (Madrid, 1980) como uno de los creadores jóvenes con mayor proyección del panorama nacional.
Las críticas fueron unánimes, suscitando elogios por parte de todo el sector audiovisual. Almodóvar calificó el trabajo como “la gran revelación del cine español en lo que va de siglo”. La prensa especializada pareció encontrar, de manera unánime, una joya oculta al emplear adjetivos como “fascinante”, “hipnótica”, “sugerente” o “elegantemente austera”. Es, en definitiva, el despegue definitivo de un director que había visto como su ópera prima, Diamond Flash, de escasos medios y obligada autoproducción, dividía a los espectadores entre la curiosidad y la desidia.
El creador madrileño, que presentó el film dentro del ciclo “Nuevos Realizadores” en los Cursos de Verano Complutense, se mostró convencido del papel activo del espectador a la hora de “reconstruir las películas a través de elementos que el director decide no mostrar”. Así, y como ya se ha visto a través de sus películas, Vermut disfruta creando un “puzzle” que juega con los elementos que se sugieren, sin llegar a ser mostrados.
Uno de los aspectos sobre los que el director siempre trabaja, la unión entre elementos clásicos y modernos, fue justificado como “una mezcla de natural de estilos”, ya que la propia realidad ofrece continuos contrastes “entre lo tradicional y lo freak”. Además, el realizador defendió el sutil uso de la violencia y el sexo en su cine, afirmando que “no me interesa mostrarlos como mero espectáculo”. Vermut también tuvo tiempo para hablar de su nuevo proyecto, desmintiendo los rumores que apuntaban a que su título sería “El retrato de una dama”. El guion de este último trabajo, que verá pronto la luz, volverá a contener elementos de misterio y girará esta vez en torno a “tu identidad cuando te ves envuelto en el mundillo de la fama”.
El director tampoco descartó la posibilidad de dar el salto a rodar en inglés, aunque siempre dependiendo del proyecto: “No me parece mal. Lo malo de hacer películas por encargo acaba siendo que las productoras te encorsetan a la hora de trabajar”.