Hay habilidades que se le suponen a un conferenciante y que no siempre se dan: tener buena voz, una locución clara, hacer pausas, cambiar el ritmo según las características del texto... Pero hay además otras habilidades, y son éstas las que realmente marcan la diferencia: se trata de aspectos esenciales como saber trabajar el cuerpo y adaptar la voz al mensaje a transmitir para conseguir dar el sentido y la credibilidad deseados. Ese salto cualitativo es el que espera poder realizar cualquier persona que precise trabajar su comunicación oral en espacios públicos.

1. Conocer y educar la voz

2. Especializar el tratamiento de la voz en función de la situación comunicativa

3. Trabajar la entonación como elemento expresivo

4. Manejar la comunicación no verbal

5. Trabajar presentaciones en público

    1.      La voz: dicción, pronunciación y vocalización

    2.      Interpretación y acting: declamación y lecturas dramatizadas

          3.      Relajación, respiración y control postural

          4.      Interpretación del texto: entonación, ritmo y expresividad

          5.      Expresión oral en situación predeterminadas