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Características fundamentales de una mediación

De acuerdo con su definición, la mediación parte del principio de que, en un conflicto, un diálogo franco entre las partes puede conducir a llegar a un acuerdo entre ellas que permita la solución del mismo.

Esto supone como uno de los principios fundamentales de una mediación que ella ha de ser voluntaria, esto es, ninguna de las partes está obligada a aceptarla, ni a mantenerse en el procedimiento de mediación ni a concluir con un acuerdo.

En el procedimiento de mediación, la persona mediadora ha de garantizar, además, que las partes intervengan con plena igualdad de oportunidades, manteniendo el equilibrio entre sus posiciones y el respeto hacia los puntos de vista expresados por la otra parte.

Las actuaciones de mediación deben desarrollarse de forma que permitan a las partes en conflicto alcanzar por sí mismas un acuerdo de mediación, siendo la persona mediadora una figura facilitadora para alcanzar este acuerdo.

El procedimiento de mediación y la documentación utilizada en el mismo es confidencial, con las salvedades legales y normativas que correspondan.

Además, por último, se espera que las partes sujetas a mediación actúen entre sí conforme a los principios de lealtad, buena fe y respeto mutuo, y deberán prestar colaboración y apoyo a la actuación de la persona mediadora, manteniendo la adecuada deferencia hacia su actividad.