Baleares, Madrid y Canarias, las comunidades con mayor destrucción de empleo en la parte baja de la distribución salarial

 

 

 

  • Sin embargo, Navarra (2.17%), Asturias (2.17%), Extremadura (1.79%), y Aragón (0.29%) experimentan un crecimiento en la misma franja baja de salarios.

  • Tras la pandemia, las empresas han descubierto nuevas formas de aprovechar las tecnologías emergentes para realizar sus tareas con menos mano de obra. Por ejemplo, se han sustituido guardias de seguridad por cámaras de video-vigilancia, se ha incrementado la automatización en los almacenes, se ha reducido el número de trabajadores en tiendas, bares y restaurantes, y más maquinaria se ha aplicado a la limpieza de los lugares de trabajo.

Madrid, 22 de julio de 2021.- El cierre de actividades y el distanciamiento social impuestos por la pandemia ha reducido de manera drástica los trabajos de salarios bajos (manuales o también conocidos como ocupaciones de servicios) según la investigación llevada a cabo por la economista complutense Raquel Sebastián (investigadora de la Universidad Complutense de Madrid). Se ha invertido así el crecimiento de estos puestos de trabajo generado por el proceso de polarización del trabajo. Hasta antes de la pandemia crecían las ocupaciones de salarios bajos (manuales) y las ocupaciones de salarios altos (abstractas) tal y como se observa en la Figura 1. 

 

Figura 1. Polarización teórica y evolución del empleo en España (2000-2014)

 

Con la irrupción de la COVID-19, la primera observación a destacar es la destrucción de empleo que se está produciendo en la parte baja de la distribución salarial en la Tabla 1 (-2.75% a nivel nacional). De manera contraria a la tendencia seguida por el empleo manual antes de la pandemia, ésta ha provocado una caída drástica en el empleo de bajo salario al verse sus tareas cerradas de manera parcial o total y no poder teletrabajar. Por ser este colectivo de trabajadores el más vulnerable, este hecho es especialmente relevante y hace que la política pública deba tenerlo muy en cuenta.

Por comunidades autónomas, nos encontramos con que la caída más brusca se produce en las Islas Baleares (-6.54%), Madrid (-5.30%) y Canarias (-3.01%). Tanto en las Islas Baleares como en las Islas Canarias el hecho observado vendría explicado por la gran dependencia de estas regiones del sector turístico. En el caso de Madrid se debería a la gran concentración de trabajo poco cualificado. En el polo opuesto, cuatro comunidades autónomas experimentan un crecimiento en la parte baja de la distribución salarial. Estas son Navarra (2.17%), Asturias (2.17%), Extremadura (1.79%), y Aragón (0.29%). La razón primordial de estos datos es la expansión generada por la pandemia sobre el empleo en ocupaciones elementales y aquellas relacionadas con la agricultura. Finalmente, en el resto de comunidades autónomas se obtiene el mismo proceso que a nivel nacional, una caída del empleo de salarios bajos.

 

Tabla 1. Cambios relativos en el empleo en España entre el año 2019 y el 2020

 

 

Parte baja de la distribución salarial

Parte central de la distribución salarial

Parte alta de la distribución salarial

Andalucía

-1.38%

0.47%

0.91%

Aragón

0.29%

1.26%

-1.55%

Asturias

2.17%

0.32%

-2.48%

Cantabria

-1.20%

1.50%

-0.29%

Castilla La Mancha

-0.09%

0.96%

-0.88%

Castilla y León

-0.80%

0.42%

0.39%

Cataluña

-3.28%

2.43%

0.84%

Comunidad Valenciana

-3.23%

0.10%

3.13%

Extremadura

1.79%

-3.11%

1.32%

Galicia

-3.24%

0.93%

2.32%

Islas Baleares

-6.54%

2.40%

4.14%

Islas Canarias

-3.01%

-0.50%

3.51%

La Rioja

-1.34%

-0.39%

1.73%

Madrid

-5.30%

-0.74%

6.04%

Murcia

-1.62%

1.65%

-0.03%

Navarra

2.17%

-2.02%

-0.15%

País Vasco

-0.07%

-0.15%

0.22%

España

-2.75%

0.57%

2.19%

 

Nota: el empleo se mide a través de la EPA (2019 y 2020). Las ocupaciones se ordenan según su salario mediano en el año 2019 (datos obtenidos con la EU-SILC). En la parte baja de la distribución salarial se encuentran las ocupaciones ISCO08-9 (Ocupaciones elementales), ISCO08-6 (Trabajadores calificados de la agricultura, la silvicultura y la pesca) e ISCO08-5 (Trabajadores de servicios y ventas). En la parte central observamos las ocupaciones ISCO08-7 (Trabajadores de artesanía y oficios conexos), ISCO08-8 (Operadores de plantas y máquinas y ensambladores), e ISCO08-4 (Trabajadores de apoyo administrativo). En la parte alta están las ocupaciones ISCO08-3 (Técnicos y profesionales asociados), ISCO08-2 (Profesionales), e ISCO08-1 (Gerentes). 

 

Posibles tendencias para los trabajos de salario bajo

Hasta ahora se ha puesto de manifiesto que la evolución creciente de las ocupaciones en el tramo inferior de la distribución salarial (trabajos manuales) se ha visto interrumpida por la irrupción de la pandemia. De la noche a la mañana, el colectivo con escaso capital humano y posiblemente más vulnerable dados sus salarios bajos, ha experimentado un parón cuando no una caída en los puestos de trabajo a los que podían acceder. Pero,  ¿los efectos de la pandemia serán duraderos en el tiempo? Dicho de otro modo, ¿se revertirá la tendencia al alza de los trabajos manuales generada por la polarización del trabajo a largo plazo?

Tras la COVID-19, las empresas han descubierto nuevas formas de aprovechar las tecnologías emergentes para realizar sus tareas con menos mano de obra. Por ejemplo, se han sustituido guardias de seguridad por cámaras de video-vigilancia, se ha incrementado la automatización en los almacenes, se ha reducido el número de trabajadores en tiendas, bares y restaurantes, y más maquinaria se ha aplicado a la limpieza de los lugares de trabajo. La pandemia no ha hecho más que acelerar la implantación tecnológica en las empresas reduciendo de forma significativa el número de trabajadores en restaurantes, locales de ocio nocturno, lavanderías, concesionarios de automóviles y comercios minoristas, entre otros muchos sectores. Se ha acelerado así el aumento de la productividad provocado por el cambio tecnológico. No obstante, podría resultar que el exceso de mano de obra pudiera atenuar esta evolución de la productividad tras la pandemia, puesto que la mano de obra cuando es barata y abundante genera menores incentivos a las empresas para automatizarse.

Por otro lado, el incremento drástico del teletrabajo durante la pandemia puede haber cambiado las preferencias tanto de los empleados como de las empresas. Cabe esperar que se reduzca de forma significativa el tiempo de trabajo en la oficina, así como el tiempo dedicado a viajes de negocios y a los desplazamientos al lugar de trabajo. A modo de ejemplo, esto tendrá importantes consecuencias sobre sectores tales como la restauración, servicios de taxi, hostelería, y servicios de limpieza y seguridad.

 

Antes de la crisis de la COVID-19, el sector servicios constituía una parte importante del crecimiento del empleo en la parte inferior de la distribución salarial, (uno de cada cuatro nuevos empleos), pero tras la pandemia, y el cambio de preferencias sobre el teletrabajo cabe pensar que los empleos en este sector ya no volverán a experimentar esas tasas de crecimiento. Y esta tendencia a la baja será probablemente la tónica dominante para el resto de trabajos con salarios bajos.

 

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