Actividades, congresos y jornadas

¿Dónde están ellas?

 

 

María Luisa Bombal

 
María Luisa Bombal fue una escritora chilena de obra breve: dos novelas y cinco cuentos. Su obra se aleja de las modas de la época, Las Vanguardias y el criollismo, y se caracteriza por una prosa poética y atmósferas oníricas. Bombal gozó de fama y reconocimiento en su época, era amiga de Borges y Neruda, entre otros. Juan Rulfo reconoció su novela La amortajada (1938) como una gran influencia, tanto por enfoque como por temática, en su obra Pedro Páramo, publicada en 1955. A Rulfo se le considera el precursor del realismo mágico, a ella apenas se la conoce. En nuestra biblioteca se puede encontrar toda su obra. Y vosotros, ¿conocíais a esta autora? ¿Habéis leído alguna de sus novelas o relatos?

 


María Luisa Mendoza

 
Más conocida como La China Mendoza, María Luisa fue una escritora y periodista mexicana que dejó una extensa obra de ensayo, narrativa, guiones cinematográficos y biografías. Recibió múltiples premios en reconocimiento a su carrera periodística y literaria, pero siempre recriminó que la ningunearan como escritora:  "Dos de los testigos de mi boda fueron García Márquez y Octavio paz, no cabe duda que he hecho una carrera dentro de la literatura, ¿por qué me ningunearon tanto? ¿Por qué me borran? Esto es casi una neurosis por mi parte, pero tengo casi todo el derecho del mundo a mi edad" declaraba en 2016. 
Algunas de sus novelas más conocidas son: Con él, conmigo, con nosotros tresDe ausenciaEl perro de la escribanaFuimos es mucha gente y De amor y lujo (Premio Nacional de Novela “José Rubén Romero” en 2001), que podéis encontrar en la biblioteca de la Universidad. Y vosotros, ¿habéis leído alguna obra de esta autora?

 


 

Elena Garro 

A Elena Garro se la conoce como la exmujer de Octavio Paz y como una de las precursoras del realismo mágico. De lo primero se arrepentiría toda su vida. Lo segundo lo rechazaba por considerarlo una etiqueta mercantilista. A raíz de una relación tóxica con Paz, quien le tenía prohibido escribir y le rompía todos sus papeles, la crítica la tuvo olvidada. Prácticamente desconocida fuera de su país, finalmente, la prosa de "la Tolstoi de México", como la llamó Borges, se ve poco a poco reconocida y revalorizada. Recientemente se ha reeditado su novela más célebre, Los recuerdos del porvenir (1963), en la que recrea un mundo en las que se funden las fronteras entre realidad y ficción, dando como resultado un mundo ilusorio lleno de elementos folclóricos. Y vosotros, ¿la conocéis?

Concha Espina 

Concha fue una escritora, apenas conocida hoy en día, y candidata al Nobel en tres años consecutivos (1926, 1929 y 1931), presidenta de la Hispanic Society y miembro de honor de la Academia de las Letras y las Artes de Nueva York. En 1929, Alfonso XIII la envió como embajadora extraordinaria a Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo y fue profesora invitada en Norteamérica. Poeta, dramaturga, periodista y novelista compulsiva, llegando a publicar más de 40 obras, fue con su narrativa con la que alcanzó reconocimiento y notoriedad. El tirón de su primera novela La niña de Luzmela, hizo que el pueblo donde se inspirara, Mazcuerras, adoptase este topónimo. Le fue concedido el Premio Nacional de Literatura por su novela Altar mayor y el premio de la Real Academia por las obras Tierra de Aquilón y La esfinge maragata. Por entonces la Academia no aceptaba mujeres, rechazó una y otra vez el ingreso de escritoras como Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán, un rechazo que la propia Concha Espina sufriría también, pues la Academia no sentará a una mujer en su abecedario hasta 1978. En 1940 quedó totalmente ciega, pero eso no la detendría de seguir escribiendo hasta su muerte. Utilizaba un cartón como pauta e iba escribiendo notas que le leían en voz alta para su posterior revisión y corrección. Como declaró en una entrevista en 1943: "A pesar de todo no es lenta la labor. He sido siempre fecunda. Y ahora también. Escribo todos los días. Lo necesito. Es mi refugio espiritual". Ahora que se cumple el centenario de la publicación de su obra El metal de los cuerpos, su obra más comprometida y reeditada recientemente, parece una buena ocasión para acercarnos de nuevos a esta escritora y su obra descomunal. 

 


Iverna Codina

A pesar de haberse encontrado en los círculos más sonados de la literatura durante el último tercio del siglo XX esta autora nacida en Chile, pero argentina de corazón es menos conocida de lo que a todos nos gustaría. Sus primeras incursiones en el mundo literario se dan en el ámbito de la poesía, pero el compromiso con la realidad social del continente americano durante las décadas de 1960 y 1970 empuja su pluma hacia la narrativa y en 1960 recibe el Premio Losada por Detrás del grito. Entre los rasgos que caracterizan su prosa destaca la importancia de dar voz a los oprimidos; de hecho, para la escritura de Los guerrilleros, publicada en 1967, hizo entrevistas en cárceles y estuvo en contacto con los grupos armados de la selva salteña para poder recoger en su obra el lenguaje coloquial de estas zonas. Debido a la persecución política que las dictaduras militares propiciaron entre los militantes de izquierda, en 1976 tuvo que exiliarse; primero a Cuba, donde trabajó durante cuatro años en el Consejo de Investigaciones Literarias Casa de las Américas y formó parte de los círculos literarios y culturales del momento, entablando amistad con los escritores americanos que se encontraban en la misma situación de exilio. Después, su exilio en México fomentó la creación de un taller literario a finales de los en el DF. Entre sus obras abunda la novela, aunque durante toda su trayectoria ha trabajado los géneros del ensayo, la poesía y los cuentos. No obstante, todos sus textos se caracterizan por transmitir el dolor y la lucha de aquellos que se enfrentaron a la violencia del estado opresor en la Argentina de finales del siglo XX. Esta labor de defensa de los oprimidos excede su vocación literaria hasta el punto de formar parte, a mediados de los años 50, de una comisión legislativa provincial para investigar las condiciones de trabajo en zonas mineras de la región, en la cual fue la única mujer participante.
Sabiendo estos datos se puede intuir su carácter rebelde que le provocó más de una crítica a su obra, por su compromiso social con los más desfavorecidos y, pese a haber sido publicada y premiada por las grandes editoriales americanas, su nombre apenas aparece en las listas canónicas.
Y vosotros, ¿sabíais de su obra?


Angélica Gorodischer (Argentina, 1928)

Hija de la poeta Angélica de Arcal, es una de las voces fundamentales de la ciencia ficción en la
literatura hispánica, junto con Elia Barceló y Daína Chaviano. Escribe su primer libro de cuentos
en 1965, Cuentos con soldados, que recibió el premio del Club del Orden dos años antes; desde
entonces no ha dejado de escribir relatos y novelas, siempre dentro del ámbito de la fantasía y la
ciencia ficción. En 1988 recibe una beca Fulbright gracias a la cual participó en el International
Writing Program de la Universidad de Iowa y pudo mantener su ritmo de publicaciones. Diez
años después, en 1998, se encarga de organizar el primer Encuentro Internacional de Escritoras,
que se celebra cada dos años congregando una enorme variedad de conferencias y presentaciones
alrededor de obras escritas por mujeres.

En 1983 comienza la publicación de la que será su mayor obra, Kalpa imperial, que se compone de
dos ciclos publicados de forma conjunta en 1984; ésta ha sido objeto de diversas traducciones, la
más importante al inglés, llevada a cabo por Úrsula K. Le Guin, máxima representante de la
ciencia ficción anglosajona. Recientemente ha recibido en 2011 el World Fantasy Award como
reconocimiento de toda su obra.


Clarice Lispector

Clarice Lispector nace en Ucrania, en una comunidad judía, con otro nombre, pero cuando llega con su familia a Brasil se lo cambia por Clarice. Sus padres se dedican al comercio y consiguen ascender algo social y económicamente; ella se casa con un diplomático, lo que implica viajar por UU. y Europa, conociendo la cultura del resto de países. Se instala en Río de Janeiro y en sus obras el espacio que aparece es el propio de Río, cuyos barrios Olaria e Ipanema son de clase baja y de clase alta respectivamente, aunque el objeto de Clarice es la clase media, los semejantes a ella. Su escritura supone una transformación profunda de la literatura brasileña en general, y en voz femenina más concretamente. Desde su prosa se produce una entrada en la mente del personaje, sobre todo a partir del flujo de conciencia y los monólogos, que dan cuenta de la complejidad de la mente humana. Son personajes que buscan la rendición o redimir sus penas, pero no necesariamente desde los medios habituales, sino, por ejemplo, haciendo el mal. En ellos hay muchos elementos autobiográficos, pero no aparecen explícitos, sino que la escritura actúa como modo de resignificación de los acontecimientos humanos.


Magda Donato (España, 1898 - México, 1966)


Bajo el pseudónimo de Magda Donato, Carmen Eva Nelken -hermana de Margarita Nelken- fue
una brillante periodista, dramaturga, narradora y actriz. Debido al estatus social de su familia,
recibe desde muy joven una esmerada educación, algo poco común en la época. Muy
tempranamente empieza a interesarle la escritura y en 1917 comienza a escribir en el diario El
Imparcial como responsable de la sección “Femeninas” y durante un año se dedica a escribir
columnas sobre temas relacionados, en principio, con la moda, pero también abarca muchos
ámbitos de la vida cotidiana de las mujeres. En 1920 comienza a colaborar con España, una de las
revistas culturales de mayor prestigio, escribiendo una columna de corte feminista. Además de
estas dos publicaciones, escribe para El Liberal, La Tribuna, El Heraldo de Madrid y Blanco y negro.

Es conocida por sus postura feminista y progresista, debido al análisis continuo que hace sobre el
papel reservado a las mujeres en la sociedad, prestando especial atención al tema de la
emancipación y el trabajo. Desgraciadamente, tuvo que exiliarse en 1939 igual que cientos de
artistas españoles que se vieron amenazados tras la Guerra Civil y la imposición de la dictadura
franquista. Primero viaja a Francia para después trasladarse a México, donde despega su carrera
como actriz y su labor de dramaturga, escribiendo sus primeras obras con su pareja Salvador
Bartolozzi. En 1960 recibe el Premio a Mejor Actriz, concedido por la Agrupación de Críticos de
Teatro y tras su muerte, en 1966, se crea el Premio Magda Donato con el fin de reconocer y
premiar la mejor obra escrita del año.


 

 

María Lejárraga

 
María Lejárraga fue una de las dramaturgas más prolíficas e importantes del s. XX. ¿No os suena? Obvio, firmó todas sus obras con el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra, escritor y productor teatral. La pareja se convirtió en un tándem de éxito. Autora de obras como Canción de cuna, que Garci llevó al cine, o el libreto de El amor brujo de Falla, siguió firmando con el nombre de su marido, incluso cuando este la dejó por otra mujer, actriz que interpretaba las obras que María escribía. Nunca se divorciaría de él. Ya en el exilio y con unos ingresos muy modestos, tras la muerte de su marido, comienza a firmar como María Martínez Sierra y reclama los derechos de sus obras, que habían pasado a la hija de este. Todo esto se sospechaba en su época, ahora se sabe a ciencia cierta que fue ella la autora de todas las obras que firmaba Martínez Sierra. Lo que nunca sabremos es por qué una mujer independiente, culta y feminista, con las contradicciones de su época, nunca quiso firmar con su nombre sus obras. 

 

Hildegart Rodríguez Carballeira

 

Hildegart fue una niña prodigio concebida por su madre como "modelo de mujer del futuro". Antes de los dos años ya sabía leer. A los cuatro, mecanografiaba; a los diez, hablaba alemán, inglés y francés. Y a los 11 años, impartía conferencias sobre sexualidad, materia sobre la que le había instruido su madre, y feminismo. Se convirtió en un referente intelectual de la época: gran activista, defensora del aborto y de la educación libre e independiente, de la pena de muerte y la eugenesia. Con 18 años y 15 libros publicados, Hildegart reclamó su independencia, pero su madre no pudo soportar el distanciamiento y por temor a perderla le asestó 4 balazos mientras dormía. Aquella niña prefabricada murió a manos de la mente enferma que la creó. 
 
 

Concha Méndez

"Yo voy a ser capitán de barco". "Las niñas no son nada", le contestó un amigo de sus padres. Toda la vida Concha Méndez se confabuló contra aquél triste destino. A pesar de la posición que su familia y la sociedad le deparaban, ella se apropió del suyo. De familia acomodada, solo estudió hasta los 14 años, como era lo propio para las niñas de la época. Se independizó muy joven de su familia. Fue poeta y y dramaturga, parte de la Generación del 27, y junto a Lorca y Maruja Mallo comenzó ese gesto que se inmortalizó luego como las Sinsombrero. Vivió en Londres y Buenos Aires, y luego en el exilio en La Habana y México. Con Manuel Altolaguirre realizaron una gran labor editorial con importantes revistas como Héroe, 1616, Caballo verde para la poesía, entre otras. Fue la primera novia de Buñuel, amiga íntima de Lorca, Dalí, Maruja Mallo, Aleixandre, Alberti, Cernuda... pero la vida de Concha Méndez no es excepcional por haberse relacionado con tal o cual personalidad, sino por su historia de emancipación. En Memorias habladas, memorias armadas, su nieta recoge las entrevistas que le hizo a su abuela y arma el relato que Concha hace de su vida, el testimonio de una época que transmite con la alegría y la pasión que la caracterizaban. 
 

 

 

Armonía Somers (Uruguay, 1914 - 1994)

 

Junto a Cristina Peri Rossi se la considera una de las escritoras contemporáneas más destacadas
en Uruguay desde 1950, año de publicación de su primera novela: La mujer desnuda. En ella
aparecen tratados el absurdo y lo extraño a partir de temas como la libertad sexual, las
violaciones o las prácticas homosexuales, y -en consecuencia- suscitó un gran escándalo en el
ámbito cultural del momento. Este realismo crudo, poco trabajado hasta el momento en que
empieza a publicar, sitúa su obra en la órbita de otras autoras como María Luisa Bombal, Silvina
Ocampo o Clarice Lispector. Por su nacimiento, se ubica en la Generación del 45 de la literatura
uruguaya, sin embargo, apunta la crítica que su escritura supone una divergencia del camino
tomado por los autores de la misma época; en consecuencia, este carácter disidente y los temas
que aborda acercan su obra a las tendencias de la crisis del realismo, vinculada a autores como
Ernesto Sábato o Juan Carlos Onetti, de quienes Armonía Somers sería una precursora.
Se discute sobre la pertenencia de su obra a la literatura fantástica, no obstante, la atmósfera
macabra de sus textos donde destaca la violencia y el erotismo, así como su estructura
fragmentaria y los elementos intertextuales que contienen, hacen de su escritura un ejercicio
innovador subversivo e irreverente.


 

 

Luisa Valenzuela (Argentina, 1938)

 

Esta escritora argentina ha sido recientemente galardonada con el Premio Carlos Fuentes de
2019 a su trayectoria novelística, que tiene sus inicios en los años cincuenta cuando, con apenas
17 años comienza a publicar en los periódicos argentinos. Cuando cumple 20 años ya vive en
París y desarrolla su labor periodística en el mismo momento en que entra en contacto con el
grupo Tel Quel y los escritores del Nouveau roman, influencia que impulsa la escritura de su
primera novela, Hay que sonreír, que no se publicaría hasta 1966 en Buenos Aires, una vez vuelve
de Europa.
Su vocación por la escritura no es casual, pues su madre, la escritora Luisa Mercedes Levinson,
celebraba en su casa reuniones a las que acudían, entre otros, Borges, Mallea, Sábato o Bioy
Casares, con quienes Luisa Valenzuela tuvo contacto desde muy joven.
Durante su carrera ha obtenido varios premios como el Kraft, por su labor periodística, becas del
Fondo Nacional de las Artes, la beca Fullbright y la Guggenheim, entre otros reconocimientos.
Por ello, por su calidad como escritora de novela y ensayo y sus labores tanto críticas como
periodísticas creemos necesario rescatar esta figura que ha quedado bajo la solapa de muchos
escritores del momento -que también fueron sus compañeros y amigos- como Rodolfo Walsh o
Julio Cortázar.
A finales de los años setenta se ve obligada a exiliarse como consecuencia de la situación política
y social argentina, que en ese momento vivía los comienzos de una dictadura militar tras el
gobierno peronista. Durante los diez años que vive en el exilio, continúa escribiendo en la misma
línea que había seguido hasta entonces, de una forma crítica, una escritura que no se adapta a
moldes ni a patrones, sino que busca cuestionar el orden, el discurso y el poder hegemónicos.
Sus novelas hablan de la realidad política y social argentina, de la dominación del poder dando
voz a los oprimidos, perseguidos y torturados. En ocasiones esa voz es la de la propia autora, que
implica todo su ser en lo que define como “la escritura del cuerpo”, una en la que se pone en
juego todo, en la que el cuerpo físico es la superficie donde abren heridas y donde se halla la
marca de la violencia. Esa voz habla del horror de la dictadura, del horror de la violencia y lo que
significa ser mujer en una sociedad manejada por unos poderes que someten el cuerpo femenino
a las peores vejaciones. De hecho, es una de las primeras escritoras que otorgan un papel esencial
a la sexualidad y el cuerpo femenino como formas de alcanzar un conocimiento que nos ha sido
vedado, porque a las mujeres se nos ha negado la posibilidad de conocer nuestros cuerpos y, a
partir de ellos, comprender y hallar nuestra identidad.

 


Guadalupe Marín

En el relato de la sociedad mexicana de principios del siglo XX es conocida por ser la primera mujer del pintor Diego Rivera, no obstante, ‘Lupe’ Marín, hizo mucho más que casarse con el famoso muralista: su carácter, que Elena Poniatowska define como fuerte y demandante, le hizo posicionarse en el eje cultural del México del momento y se ha considerado fundamental la influencia de un grupo de mujeres que subvirtieron los modelos marcados para las mujeres de la época, cuyo destino era criar a sus hijos y compaginar las labores del hogar con alguna actividad altruista. En este grupo se encuentran también Frida Kahlo, Chavela Vargas o Tina Modotti; además, fue incluida por Salvador Oropeza en el grupo de los “Contemporáneos”, el grupo de jóvenes intelectuales mexicanos, agrupados en torno a la revista con el mismo nombre y encargaron de difundir muchas de las innovaciones del arte y la cultura en la sociedad mexicana. Durante su vida se dedicó a ser modelo de pintores como Frida Kahlo, Juan Soriano o el propio Diego Rivera, y escribió dos novelas: Única, de 1938, y Un día patrio, en 1941, que fueron en parte censuradas y restringida su circulación por las declaraciones que contenían y el carácter erótico de algunos pasajes incluidos.

Sus reivindicaciones feministas durante el periodo post-revolucionario y su condición de mujer han provocado que su obra y su influencia no hayan sido tomadas en cuenta tanto como la de sus coetáneos, no obstante, Elena Poniatowska se ha encargado de rendirle homenaje con su novela Dos veces Única, publicada en 2015, donde refleja el poder y la inteligencia de una mujer que rompía plaza donde entrara.


Mercé Rodoreda

Si no la conocéis, sabed que es una de las escritoras más influyentes en lengua catalana del siglo XX, no obstante, su obra abarca tanto el castellano como el catalán y encontramos muestra de ello en poesía, teatro, ensayo y, sobre todo, novela, género donde destaca notablemente. Sin embargo, la vida no se lo puso fácil para alcanzar todo el mérito que hoy en día se le reconoce: con veinte años fue obligada a casarse con un tío suyo que era catorce años mayor que ella. Su primera obra se publica en 1932, pero no será hasta cinco años más tarde, con la publicación de Aloma en 1937 que empezará a reconocerse su labor y su valía como escritora. En el momento de estallido de la guerra civil española empezó a trabajar como periodista para la Generalitat cubriendo las noticias de este acontecimiento, pero en 1939 se ve obligada a exiliarse a Francia; a partir de ese momento viajará a distintos puntos de Europa y trabajará como traductora para la UNESCO. Establecida en Suiza, escribe La plaça del Diamant, considerada la novela de posguerra más importante en lengua catalana. Entre otras fuentes, su escritura se ha comparado con la de Thomas Mann o Virginia Woolf al compartir con ésta la temática acerca de los problemas que sufren las mujeres, desde una óptica claramente feminista. Asimismo, la influencia de las vanguardias impregna sus obras de un estilo cargado de simbolismo. «Escribo porque me gusta escribir. Si no me pareciera exagerado diría que escribo para gustarme a mí misma. Si de rebote lo que escribo gusta a los demás, mejor. Quizás es más profundo. Quizás escribo para afirmarme. Para sentir que soy ... Y acabó. He hablado de mí y de cosas esenciales en mi vida, con una cierta falta de medida. Y la desmesura siempre me ha dado mucho miedo.» Mercè Rodoreda, prólogo de Espejo roto.

 


 

Agustina González López

 

Agustina González López fue una escritora y artista de la Generación del 27. Política y pensadora, que se consideraba católica y feminista. Nació en Granada y se dedicaba a la venta de calzado. Lorca se inspiró en ella para el personaje de La zapatera prodigiosa. Agustina se disfrazaba de hombre para acudir a las tertulias nocturnas en las que solo se aceptaba la entrada de hombres. Se presentó a las Elecciones de las Cortes Generales del 33, con el Partido Entero Humanista con el lema «Alimento y paz». Tras el golpe de Estado del 36 fue encarcelada y fusilada en Víznar, por Juan Luis Trescastro, el fascista que presumía de haber ejecutado a Lorca: «Yo he sido uno de los que hemos sacado a García Lorca de la casa de los Rosales. Es que estábamos hartos ya de maricones en Granada. A él, por maricón, y a La Zapatera, por puta». Se desconoce la fecha exacta de su muerte, pues no se molestaron en hacer un parte. Tampoco se sabe dónde permanecen sus restos. De obra breve, autoeditó sus tres ensayos que hoy se conservan gracias a su visión de futuro, que registró toda su obra. En su Idearium Futurista (1916) defiende de manera radical la economía de la ortografía, utilizando un lenguaje muy parecido al que se usa hoy en día en sms: «El sistema futurista de eskribir resuelbe las difucultades ortográfikas por lo mismo ke simplifika la ortografía. Este libro ba todo esckrito en futurismo…». Agustina González fue una mujer adelantada a su tiempo, a la que se la castigó por ser libre, como a tantas otras. Y vosotros, ¿conocíais la historia de esta mujer genial?


 

Nellie Campobello

 

Fue poeta, cronista, novelista y promotora cultural, además de precursora del ballet en México. Se la conoce como la narradora de la Revolución Mexicana. Su obra más conocida, Cartucho (1931), uno de los más claros antecedentes del realismo mágico latinoamericano, se considera una visión rara dentro del género de la Novela de la Revolución, ya que está repleta de familiaridad y cotidianidad. Se dice que es una versión femenina de la Revolución, porque se narra desde los espacios privados: desde la casa de la autora y de los vecinos de su calle, la mayoría de ellos niños y mujeres. Habla de mujeres pragmáticas y fuertes que enfrentan su realidad en medio de un conflicto bélico, y siempre alejadas de los estereotipos de la época vinculados a lo femenino como el sentimentalismo y la irracionalidad. También muestra a los hombres revolucionarios bajo otra luz: al Villa que llora, al soldado que juega y bromea con los niños, al revolucionario que arrulla y canta a la pequeña hermanita, Gloria. Nellie tuvo un final trágico: desapareció de la vida pública en 1985 y solo hasta 1999 se supo que había muerto en 1986. Sus dos últimos años de vida fue secuestrada por una exalumna de Campobello, María Cristina Belmont, y su marido. Fue privada de libertad y, valiéndose de su vejez, enfermedad, soledad y ausencia de herederos directos, fue obligada a firmar un testamento para que ellos cobraran su pensión.


 

 

María Teresa León 

Conocida como la mujer de Alberti, a pesar de ser una gran escritora de la Generación del 27, la Historia siempre la ha mantenido a la sombra de su marido. Tiene una extensa obra como novelista, poeta, guionista, dramaturga y memorialista. Ya de niña se la consideraba una rebelde por leer demasiado y por empeñarse en estudiar bachillerato. Su belleza, junto con la de ser una mujer adelantada a su tiempo, le supuso una doble marginación. Con diecisiete años se casó y tuvo dos hijos, con veinticinco decidió abandonarlo todo y marcharse a Madrid, perdiendo la custodia de los niños. Dos años más tarde se enamoraría profundamente de Rafael Alberti. A partir de entonces compaginó su militancia política y tareas intelectuales, con la maternidad y la vida familiar. Ella aceptó con cierta resignación estar en un segundo plano, pero nunca dejó de escribir. “Escribir es mi enfermedad incurable”, solía decir. Desde joven mantuvo un compromiso claro e irrenunciable con la libertad, con la defensa de los débiles, contra la injusticia y con el respeto inquebrantable a la condición de la mujer. 

CARMEN DE BURGOS

La extensa obra periodística y literaria de esta escritora almeriense pertenece a la Edad de Plata de las letras españolas y destaca por su carácter subversivo, rebelde y con un claro objetivo feminista por la reivindicación de los derechos de las mujeres, entre otros, el sufragio universal, la supresión de algunas leyes sexistas y la adquisición de la libertad y emancipación de la mujer a través de la educación. Desde 1903 publica artículos en El diario universal convirtiéndose en la primera mujer con columna fija en un periódico, y empieza a conocerse su labor bajo el pseudónimo de Colombine, que aprovecha para introducir en el debate público ideas feministas muy modernas para su época. En 1909, publicará su primera novela larga titulada Los inadaptados y a partir de entonces dedicará buena parte de su labor de escritora a este género. Durante estos años comenzó a trabajar como profesora en la Escuela Normal Central de Madrid y fundará su propio círculo
literario El Salón de Colombine, donde conseguirá reunir a la flor y nata del ambiente cultural y literario madrileño del momento. Además de la novela, dedicó su tiempo a la traducción y la escritura de biografías, a la par que su labor periodística en los diarios nacionales iba adquiriendo mayor relevancia. En la década de los veinte, preside la asociación Cruzada de Mujeres Españolas, así como lidera la primera manifestación reivindicativa de las sufragistas en España y empieza a defender sus ideas en mítines y tribunas públicas, llegando a publicar la obra ensayística La mujer moderna y sus derechos, en 1927. Y vosotros, ¿conocéis su historia?

Marta Traba

Conocida principalmente por su labor de crítica de arte, también merece su reconocimiento por cultivar la poesía y la novela, con las obras Historia natural de la alegría (1953) y Las ceremonias del verano (1966), respectivamente, de las cuales ésta última recibió el Premio Casa de las Américas a la novela del año. Hija de inmigrantes gallegos, esta argentina fue pionera en el mundo artístico por su visión crítica del arte latinoamericano y sus trabajos son fundamentales si se quiere comprender el devenir del arte americano contemporáneo. Durante su estancia en Colombia, funda el Museo de Arte Moderno de Bogotá, pero en 1968 se ve obligada a marcharse al exilio junto a su segundo marido, Ángel Rama, y viven en Uruguay, Venezuela, Puerto Rico, Estados Unidos, España y Francia. Es considerada una de las figuras esenciales de las vanguardias de los años setenta, fue profesora en Princeton y Colombia, y en sus ensayos sobre arte analiza los fenómenos artísticos del momento y reflexiona sobre las obras de los principales artistas europeos y americanos. Falleció en el vuelo 11 de Avianca en 1983, junto con su marido Ángel Rama y el escritor Jorge Ibargüengoitia cuando iban rumbo a Colombia a «Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana».
Y vosotros, ¿conocíais su historia?


Sofía Casanova

Poeta, narradora de novela y cuento y principalmente periodista, esta coruñesa fue la primera mujer española en convertirse en corresponsal permanente en un país extranjero y corresponsal de guerra., colaborando -entre otros- en el Diario ABC desde Polonia y Rusia, en La Época, El Liberal y El Imparcial de Madrid, además de trabajar en prensa internacional para el New York Times.

Con apenas quince años publica sus primeros poemas en El Faro de Vigo y se traslada a Madrid, donde, debido a su talento y reconocimiento incluso por parte del rey Alfonso XII, comienza a frecuentar los principales círculos literarios y a relacionarse con figuras como José Zorrilla, Emilia Pardo Bazán o Ramón de Campoamor. Este último será quien le presente a quien será su futuro marido, un diplomático polaco, con quien se traslada a Polonia en compañía de sus hijas. Debido a la carrera diplomática de éste, Sofía Casanova viajó por toda Europa y vivió -y contó- en primera persona acontecimientos como la lucha de las sufragistas en Inglaterra, la primera y la segunda Guerra Mundial.

Durante su vida se vio obligada a realizar múltiples viajes entre España y Polonia para poder mantener el contacto con su familia gallega y poder criar a sus hijas; durante uno de estos viajes, estando en Varsovia, estalla la I Guerra Mundial y se ven obligados a exiliarse a Rusia, donde es testigo de la caída de los zares y la Revolución de Octubre, e incluso llega a entrevistar a Trotsky tras el golpe de estado de Lenin. De vuelta en Varsovia, observa desde el exterior el triunfo de la
II República Española y el golpe de estado que inicia la Guerra Civil en 1936. También en Polonia es sorprendida por la II Guerra Mundial y en sus crónicas cuenta la experiencia de la persecución de los judíos en el gueto de Varsovia.

Apenas se conoce su obra a pesar de haber trabajado prácticamente todos los géneros de escritura y haber sido nombrada miembro de la Academia de la Lengua Galega en 1906. Por ello, rescatamos su figura para reivindicar, entre otras, su labor periodística, en la que destaca por haber denunciado siempre la barbarie de las guerras y el sufrimiento de la población civil. Asimismo, sus crónicas y traducciones favorecieron el intercambio cultural entre sus dos patrias: España y Polonia.

 


Liliana Heker

Durante su trayectoria ha publicado cuento, novela y ensayo, no obstante, su primer contacto con el mundo de la publicación se debe al envío a Abelardo Castillo, director de la revista literaria El grillo de papel, de un poema que éste calificó negativamente, pero debido a la evidente calidad de la carta incluida con el poema, fue contratada para trabajar en la revista desde 1960, lo que le facilitó la publicación en ella de sus primeros cuentos. Poco después funda, también con Abelardo Castillo, la revista de literatura El escarabajo de oro, que publicará números hasta 1974. Tres años más tarde, en el 77, codirige otra revista: El ornitorrinco, en la que publicará ensayos, artículos y críticas hasta 1986. En paralelo a toda esta actividad editorial, desde la década de los 70 coordina varios talleres literarios donde se han formado muchos de los narradores argentinos que publican hoy en día, y que siguen el funcionamiento de aquellos donde ella se formó junto con compañeros como Piglia, el mismo Abelardo Castillo, Briante o Humberto Constantini. Con influencias de Antón Chéjov, J. D. Salinger y Flannery O´Connor, entre otros, ha publicado libros de cuentos como Los que vieron la zarza (1966), su primera obra, que fue galardonada con el Premio Casa de las Américas; y Los bordes de lo real (1991), una recopilación de todos sus cuentos; aunque también se ha sumergido en el mundo de la novela con Zona de clivaje (1990).