Centros y Departamentos

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l Vicerrectorado de Centros y Departamentos tiene como función principal la de dotar a  nuestra  Universidad  de  una  estructura  de  Centros  y  de  unos  procedimientos organizativos  eficientes  con  los  que  optimizar  los  recursos  y  agilizar  la  gestión  y  el funcionamiento orgánico de los mismos. Entre sus competencias se encuentran las relaciones con las Escuelas de Especialización Profesional, el Hospital Clínico Veterinario y las Clínicas Universitarias, además de las Facultades, Departamentos y Centros Adscritos y desde enero de 2021 la presidencia del Consejo Rector del Centro de Donación de Cuerpos y Salas de Disección.

Durante este mandato se han realizado actuaciones claves que eran absolutamente necesarias para que nuestra universidad siga realizando de forma adecuada sus funciones. Entre otras muchas acciones que se detallarán a continuación, se podría destacar el comienzo de las obras del nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, más de 20 años después de proyectarse. El acto simbólico de la colocación simbólica de la primera piedra tuvo lugar el 14 de noviembre de 2022. No obstante, todavía quedan muchos proyectos que, todavía, se encuentran en fase de realización o de diseño.

La actual situación de los Departamentos y de las Facultades de la UCM es fruto de la reestructuración llevada a cabo en el mandato anterior, y presenta una estructura interna de los Departamentos muy heterogénea, dando lugar a Departamentos con problemas y disfunciones diferentes, difíciles de corregir con el actual marco normativo. Por lo tanto, se puede decir que en la actualidad existen dos realidades departamentales en la UCM: una la recogida en nuestros Estatutos y en el Reglamento de Centros y Estructuras y otra la existente de facto en nuestros Departamentos.

La fusión de Departamentos de distintas áreas de conocimiento dio lugar a un aumento de Departamentos multi-áreas (de un 24% a un 60% de ellos), lo que ha obligado a replantear algunos aspectos de la organización docente. Por ejemplo, la distribución de plazas para nuevo profesorado se realiza por áreas de conocimiento y no por Departamentos, o los repartos docentes dentro de los mismos se organizan también por áreas. Además, el desequilibrio del número de profesorado en estas áreas implica una representación desequilibrada también en los Consejos de Departamento con la consecuente percepción de pérdida de control sobre las decisiones que afectan únicamente a las áreas menos numerosas.

Es cierto que un importante número de Departamentos ha conseguido adaptarse a esta nueva estructura, pero en la mayoría de los casos es más debido a la adopción y el respeto de acuerdos internos, y la buena voluntad y disposición de sus miembros, que por un respaldo normativo que avale su funcionamiento.

Por otro lado, la fusión de Departamentos ubicados en Facultades distintas aumentó el número de Departamentos con profesorado adscrito a otras Facultades diferentes a la de la sede (se pasó del 40% al 60% de los Departamentos), complicando de manera notable la gestión que deben realizar los equipos directivos de estos Departamentos, especialmente en los casos en los que las Facultades están ubicadas en campus distintos de la Universidad. El acuerdo de Consejo de Gobierno que establecía que las Secciones Departamentales deberían tener el doble de profesores que lo que el Reglamento de Centros y Estructuras establecía, conllevó un aumento importante del número de profesores adscritos a Facultades diferentes a la de la sede de sus Departamentos, sin contar con representación en las Juntas de estas Facultades.

La posibilidad de creación de Unidades Docentes y Unidades Departamentales en los Departamentos, acordada en el proceso de reestructuración para dar respuesta a ambas situaciones, ha sido del todo insuficiente ya que no son órganos colegiados presentes en nuestra normativa y, por tanto, vacías de toda competencia.

En estos cuatro años, se ha recuperado la creación de Secciones Departamentales siguiendo los criterios que recoge el Reglamento de Centros y Estructuras, estructuras necesarias para dar cobertura y apoyo a la gestión de los Departamentos con profesores adscritos en más de una Facultad. Con ellas, se han dotado de representación a sus miembros a través de su Director en las Juntas de Facultad, siendo un total de 161 profesores los beneficiados por esta actuación. Consecuentemente, se ha derogado la posibilidad de creación de Unidades Departamentales.

Por otro lado, la creación de Unidades Docentes en los Departamentos multi-áreas ha aliviado parcialmente la organización y funcionamiento de estos, y en este sentido, se ha regulado su funcionamiento como unidades de coordinación y de debate recogidas en los reglamentos de régimen interno de estos Departamentos, pero sin competencia alguna, atendiendo el marco normativo actual. No obstante, el carácter transitorio de la existencia de estas Unidades Docentes obliga a reflexionar sobre la conveniencia de su incorporación como estructura en nuestra Universidad delimitando sus competencias y respetando las atribuidas a los Consejos de Departamento.

Se han escuchado y valorado las inquietudes de los Departamentos ante este nuevo escenario departamental y se ha atendido la separación por áreas de conocimiento de uno de ellos, el Departamento de Organización de Empresa y Marketing y la modificación del nombre de otro, el Departamento de Lingüística, Estudios Árabes, Hebreos, Vascos y de Asia Oriental ante el acuerdo unánime de todos los afectados.

Es necesario continuar atendiendo y escuchando los problemas estructurales de los Departamentos, después de más de cinco años desde la reestructuración. En el seno de la Comisión de Estudio de Estructuras de Centros deben analizarse y plantearse propuestas de solución a estos problemas y trasladarlas, aquellas que requieran de una modificación de la actual normativa, a las Comisiones de Claustro competentes para su valoración. Temas como el tamaño y la estructura de los Departamentos y las Secciones Departamentales o el encaje de las Unidades Docentes en los Departamentos, deben ser abordados y resueltos. La posible aprobación de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) crea un panorama de incertidumbre con el que hay que contar para abordar este importante reto.

Por otro lado, las Clínicas Universitarias y el Hospital Clínico Veterinario como centros de apoyo a la docencia y a la investigación en el ámbito de las Ciencias de la Salud, requieren de un replanteamiento de su funcionamiento con el que poder mejorar este apoyo y su labor asistencial más allá de la realizada en presencia de estudiantes. Se hará un profundo análisis de sus necesidades y carencias y se negociará el  modelo  más  adecuado para  optimizar  esta actividad imprescindible en nuestra Universidad.

En referencia a los Centros Adscritos, durante estos cuatro años se ha trabajado intensamente en mejorar la situación de los Centros Adscritos y su seguimiento por parte de la UCM. Si bien los Estatutos y el Reglamento de Centros y Estructuras dotan de instrumentos para ello no se había hecho uso de estos de forma eficiente. Desde el Vicerrectorado de Centros y Departamentos se ha potenciado y valorado el papel de los delegados del Rector como garantes del cumplimiento de la normativa y de los compromisos de los convenios de adscripción. Se han acordado directrices para el desarrollo de sus funciones y calendarios de actuación para llevarlas a cabo. También se ha creado un procedimiento más eficiente y transparente sobre la solicitud y la concesión de venias docentes a su profesorado que está favoreciendo que estas concesiones estén resueltas en tiempo y en forma. En resumen, se ha estado trabajando para mejorar el control, el seguimiento y la calidad, coordinadamente con la Oficina de Calidad de la UCM, para que en los Centros adscritos rijan análogos cánones de calidad y de control que en las Facultades para los títulos oficiales de la UCM que imparten.

También se ha querido valorar el papel de las Facultades y de los Departamentos en el mantenimiento de estos Centros adscritos con un incremento de su presupuesto. Como responsables de las titulaciones oficiales que se imparten en los Centros adscritos, era necesario reconocer el esfuerzo y la colaboración de estas Facultades y este ha sido un primer paso para demostrar ese reconocimiento.

Es una realidad que la existencia de Centros adscritos en la UCM es un tema que cuenta con opiniones discrepantes, algunas a favor de ellos y otras no tanto. Lamentablemente, hoy en día, la UCM está lejos de poder atender la demanda de solicitudes para estudiar algunas de nuestras titulaciones oficiales. Mientras no sea posible dar respuesta a esta demanda con el número de plazas ofertadas en las Facultades, circunstancia compleja en muchas de nuestras titulaciones, la UCM, como universidad pública, puede contribuir con el compromiso adquirido con la sociedad de atender dicha demanda a través de sus Centros adscritos. De esta manera, al potencial estudiante se le ofrece una segunda opción para realizar sus estudios en la UCM, antes de tener que optar por cursarlos en otras universidades, en muchas ocasiones universidades privadas, o tener que cambiar su elección.

Por otra parte, es una realidad que los Centros adscritos han servido a investigadores en formación y a doctorandos de la UCM, como un comienzo en su carrera universitaria permitiéndoles adquirir experiencia docente a la vez que se dedican a su formación académica e investigadora.

Por todo ello se analizarán y estudiarán posibles solicitudes de adscripción de nuevos Centros en la UCM, siempre proyectos sólidos y bien fundamentados, bien con oferta de titulaciones con alta demanda de plazas, bien con una oferta de titulaciones complementaria a la de la UCM. En los últimos cuatro años se ha tramitado la desadscripción de cinco Centros adscritos a petición de ellos, lo que ha supuesto una disminución importante del número de estudiantes de la UCM. Al margen de que es necesario trabajar para cubrir el total de plazas ofertadas en las titulaciones oficiales de las Facultades, también se podrá colaborar en el aumento del número de estudiantes a través de nuevas adscripciones de Centros.

Es obvio que la gestión universitaria es cada vez más compleja y requiere de mayor compromiso y colaboración de la comunidad universitaria para llevarla a cabo. El reconocimiento de esta labor es una necesidad y una demanda real para lo cual, es necesario hacer un estudio y conocer globalmente el alcance de esta necesidad.

El Vicerrectorado de Centros y Departamentos junto con el Vicerrectorado de Ordenación Académica ha comenzado a elaborar un Catálogo de Cargos académicos y de gestión, donde se recogen los reconocimientos de exenciones, retribuciones y permisos sabáticos, así como la normativa que ampara la existencia de estos cargos. Es necesario continuar desarrollando este Catálogo, reflexionar y actualizar proporcionalmente los reconocimientos de una manera conjunta con la participación de todos los sectores, al mismo tiempo que abordar la reforma de aquellas normativas relacionadas con estos reconocimientos.