El proyecto
A poem should always have birds in it.
Mary Oliver
Todos los poetas, todas las poetas, hablan de una u otra manera de las aves. Estas han sido protagonistas desde los orígenes de la literatura de Occidente, tanto en las epopeyas homéricas como en las comedias de Aristófanes, y son imágenes ineludibles de la poesía universal: el gorrión de Catulo, la abubilla de Farid ud-Din Attar en su Conferencia de los pájaros, el ruiseñor de Keats, la alondra de Shelley, el águila de Victor Hugo, el cuervo de Poe, el albatros de Baudelaire, la golondrina de Bécquer, el cisne de Darío, el avestruz de Marianne Moore, el mirlo de Wallace Stevens… La lista podría continuarse para ir abarcando cada lengua y cada país y así configurar un atlas mundial de las aves en la poesía.
Este protagonismo de las aves en la poesía es lógico. Son, con diferencia, los miembros más visibles y audibles del reino animal y, por consecuencia, son también los que más familiares nos resultan a los seres humanos: pueden convivir con nosotros, tanto en el campo como en la urbe, ya que gozan –a diferencia de los reptiles, los anfibios y la gran mayoría de los mamíferos– de la capacidad de eludirnos con el vuelo, y el peligro que suponemos para ellas es por lo tanto mínimo. Son, además, singularmente vistosas en sus distintas formas y sus colores, y es por ello que hay aves por todas partes, no solo en la literatura sino también en la mitología grecolatina (el cisne de Leda, el buitre de Prometeo) y en textos fundacionales como la Biblia cristiana (la paloma con la hoja de olivo o como Espíritu Santo, el águila de Juan de Patmos) y el Popol Vuh de los mayas (el “Vac” o gavilán mensajero). Las aves nos han fascinado siempre, además, por la belleza de su canto, que ha facilitado una identificación secular entre el poeta y el pájaro cantor, dando lugar por ejemplo a la celebración –desde tiempos de Virgilio– del ruiseñor, y más tarde a la de otros pájaros cantores como la alondra, y en América Latina el cenzontle y la calandria rioplatense. Su capacidad de volar ha sido otra fuente de inspiración para los poetas, que han encarnado en las aves –habitantes de las alturas– su aspiración a la espiritualidad, la imaginación y (sobre todo a partir del Romanticismo) la libertad.
Todos los poetas, todas las poetas, hablan y han hablado de una u otra manera de las aves. Son escasos, sin embargo, los estudios dedicados al papel de las aves en la poesía, y estos, más que escasos, resultan casi inexistentes cuando se trata de las aves en la poesía latinoamericana. Nunca ha sido tan oportuna, y hasta tan urgente, una investigación sobre este tema –en toda su complejidad– como en la actualidad. Las circunstancias cambian nuestras maneras de leer e imponen nuevas inquietudes y problemáticas que generaciones anteriores estimaban irrelevantes. El maridaje de ideología, activismo político y teoría que ha servido para combatir, por ejemplo, las discriminaciones de clase, raza, género y orientación sexual transforma la mirada que llevamos a la lectura, los criterios que permiten construir el canon y los criterios también –en la faceta doble que tenemos los profesores universitarios: investigadores y docentes– que empleamos para elaborar los programas de nuestras clases y para formular nuestros proyectos. El movimiento ecologista, fruto de la discriminación y el maltrato sistemático a los que hemos sometido la naturaleza no humana, se ha llevado al ámbito de los estudios literarios bajo el marchamo de la ecocrítica, que impulsa a abordar los textos de manera interdisciplinaria con intereses e interrogantes renovados en una época en que el ser humano se está percatando por fin de la tragedia que constituye la alarmante pérdida de biodiversidad en nuestro planeta. Es en este contexto –que coincide con un interés creciente por las aves, palpable en el auge espectacular de libros publicados sobre el tema, fuera del ámbito académico, durante los últimos años– en el que nos proponemos este proyecto de investigación sobre las aves en la poesía latinoamericana, centrado en cuatro países: Argentina, Chile, Ecuador y Perú. Estudiará las distintas y muy diversas maneras en las que el ave ha sido figurada por los poetas de América Latina desde la época de la Independencia hasta el presente.