"Los magos -explicó Martínez-Conde al público que abarrotaba el aula profesor Botella de la Facultad de Medicina el pasado 7 de marzo- no nos engañan a nosotros, engañan a nuestro cerebro, creando ilusiones visuales y cognitivas. Consiguen que nuestro cerebro construya imágenes que no suceden en el mundo real, y lo logran jugando con maestría con nuestra atención, de modo que el espectador no perciba el método pero sí el efecto".
La neurociencia le encuentra el truco al ilusionismo de la magia