Másteres oficiales

Objetivos y ámbito de desempeño profesional


Justificación e interés del Máster Universitario en Comunicación Social

La enseñanza de la Comunicación Social en el contexto de la Reforma que impulsa Bolonia, se establece por primera vez en nuestro país con el Posgrado oficial en Comunicación Social de la UCM, que incluye un Máster y un Doctorado.

El Máster Universitario en Comunicación Social se fundamenta en los estudios previos realizados por una Comisión Académica de la UCM, presidida por el Profesor Dr. Manuel Martín Serrano (Catedrático de Sociología, Teoría de la Comunicación). Dicha Comisión trabajó en estrecha relación con el equipo Rectoral hasta la elaboración de una propuesta de POP en Comunicación Social, de acuerdo con la legislación y normativas entonces vigentes. Después de obtener la aprobación interna de la UCM, la propuesta fue aprobada por la Comunidad de Madrid, en febrero de 2007, y en el curso académico 2007/2008 comenzaron a impartirse los estudios correspondientes del Máster, que a día de hoy se siguen desarrollando según la programación prevista y con los resultados esperados.

El Máster Universitario en Comunicación Social se adecúa a las nuevas normativas y aprovecha la oportunidad de llevar a cabo cambios que lo mejoren. Para ello se han tenido en cuenta la experiencia que se viene adquiriendo desde la implantación del titulo y se aprovechan los resultados de las investigaciones de especialistas sobre contenidos y aplicaciones profesionales de la Comunicación Social que se promueven desde el propio Máster, así como de las evaluaciones internas sobre la calidad que se han venido aplicando desde sus comienzos.

La Comisión Académica llevó a cabo el trabajo necesario para conocer el estado y las previsiones de la Comunicación Social en sus niveles científicos, profesionales y académicos, dedicando a estos estudios previos dos años (durante los cursos académicos 2004/2005 y 2005/2006). Las tareas sucesivas que desarrolló la Comisión Académica han sentado las bases para los proyectos que ya estamos llevando a la práctica y para el que ahora se presenta. Concretamente, la información que han aportado tiene las siguientes aplicaciones:

  Establecer los contenidos que actualmente conforman el estudio de la Comunicación Social

 Objetivar cuáles son las demandas y aplicaciones de esos conocimientos en los ámbitos académico, de investigación y profesional

Quienes se ocuparon de la definición de dichos contenidos y de las demandas y aplicaciones fueron veintidós profesores universitarios con obra y prestigio investigador reconocido en este campo, a quienes se les solicitó que aportasen sus propuestas para diseñar un programa que, ajustándose a la oferta académica realmente existente en las Universidades Madrileñas, tuviera:

  • Coherencia (de contenidos, de didáctica, de organización
  • Adecuación a nuestro entorno académico, científico y cultural
  • Confluencia con otras Universidades de España y de otros países de la UE.
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Con este objeto se fue analizando durante todo el proceso de diseño, la oferta internacional de programas afines de Comunicación Social y Sociología de la Comunicación, con especial atención a los nuevos programas de Másteres de la UE. En este mismo apartado se ofrece un resumen actualizado de dicha pesquisa.

 Localizar las unidades docentes en las que profesaban quienes podían asumir docencia en un programa de estas características y con los objetivos señalados

En nuestra Universidad esos efectivos son numerosos y polivalentes, por lo cual existe una masa crítica más que suficiente para organizar un programa de Comunicación Social que cubra el campo tomando en cuenta especialidades, dimensiones teórico-practicas y académico-profesionales.

 Facilitar una mayor coherencia entre la procedencia del alumnado, los contenidos de las titulaciones y las actividades profesionales que en la práctica están desempeñando o previsiiblemente desempeñarán en un futuro

Uno de los objetivos explícitos de los posgrados es transformar las estrategias que ponen barreras en otras que abran puertas. Y, al menos en los ámbitos que corresponden a este Programa es posible, al tiempo, respetar las orientaciones de las titulaciones académicas específicas en las licenciaturas y grados sin competir con ellas y desprenderse de los corsés que están bloqueando la movilidad del alumnado. Ese criterio está presente en el diseño, en las modalidades de acceso y de progreso en los estudios, como cabe comprobar en esta memoria.

Los especialistas en Comunicación Social se desenvuelven en empresas, instituciones públicas y privadas de los cuatro sectores de la producción. Y abarcan un variado repertorio de responsabilidades y funciones. Se accede a este mercado de trabajo desde la más variada gama de conocimientos genéricos; así sucede en la mayoría de los países de nuestro entorno y también en España. Por eso se facilita la formación específica que permite desempeñar esos puestos a quienes procedan de Grados comunicativos (por ejemplo Periodismo, Publicidad o Comunicación Audiovisual), pero también a quienes vengan de otros Grados, incluidos los técnicos.

 

Interés y relevancia académico-científica

Es conocida la posición teórica y estratégica que cumplen los saberes referidos a la Comunicación Social. Han acompañado al reacomodo de las Ciencias, de las prácticas profesionales y, en un sentido más amplio, a los cambios sociales, durante los últimos cincuenta años. El significado de la información-comunicación en el conocimiento sigue siendo unos de los temas epistemológicos más universales, por la confluencia de paradigmas científicos que participan en dicha reflexión: desde la Teoría Matemática de la Comunicación hasta las diversas teorías que se refieren a sus efectos (efectos cognitivos y ontogenéticos, paleontológicos y sociohistóricos, psicosociales y axiológicos, políticos y económicos).

Ciertamente, en torno a la comunicación social se ha configurado uno de los campos del saber más críticos, si conservamos los diversos sentidos, a la vez científico, práctico y ético, que el término "crítico" tiene. Y que en este caso se refiere a cómo hay que construir-y cómo se deben de transmitir- una clase de saberes, que son críticos porque siguen creciendo con el rehacerse de las ciencias; que son críticos para la mayoría de las instituciones publicas y privadas, porque ellas necesitan ineludiblemente para funcionar ,de quienes posean estas competencias comunicativas; saberes y practicas que requieren de la critica de la razón y de la ética, porque están implicadas en tareas educativas, culturales, económicas, políticas, las cuales, tanto sirven para la ampliación de los espacios de libertad y de entendimiento, como para la imposición de opresiones y violencias.

Los estudios de Comunicación Social se iniciaron y desarrollaron entre 1875 y 1925, en relación con los cambios en el funcionamiento de las sociedades y en las conductas colectivas, relacionados con la aparición de los medios de masas. Entre los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado las profesiones relacionadas con la comunicación pública y con las comunicaciones interpersonales también incorporan a su práctica alguna de las diversas dimensiones de la Comunicación Social (dimensiones psicológicas, sociales, económicas, políticas científicas, entre otras) En los países con los que hemos de confluir académicamente hace tiempo que estos enfoques sociocomunicativos construyen la docencia universitaria de la comunicación social En el nuestro ya cabe decir otro tanto. En las nuevas carreras de Ciencias de la Información, la primera Cátedra de Teoría de la Comunicación se cubrió en la Complutense en 1976 y desde entonces, se ha producido un giro, más o menos rápido según las Universidades, que ha llevado a que finalmente, las Facultades hayan propuesto Grados "en Comunicación" abandonando el rotulo de "Información" que todavía les define. Las futuras titulaciones de Grado también muestran esta convergencia, que se ve impulsada por dinámicas científicas y profesionales.

 

Demanda potencial del Máster y su interés para la sociedad. Ámbito de desempeño profesional

Los últimos treinta años han revalorizado los usos de la información en la mayoría de los procesos de producción y reproducción de las sociedades. Han traído a un primer plano el papel de las comunicaciones interpersonales para el funcionamiento de las organizaciones primarias; de las comunicaciones institucionales para empresas y organismos que frecuentemente trabajan con herramientas o productos que son informaciones o comunicaciones sociales.

Las instituciones que operan a nivel de las sociedades globales, además, están recurriendo a la teoría y la investigación de la producción social de comunicación para dos clases de aplicaciones: en contextos globalizados, donde la comunicación es un componente de la organización y del funcionamiento de los sistemas, y en los conflictos sociales que implican los usos de la comunicación (que son la gran mayoría de los conflictos) para prever, evitar o paliar sus efectos.

Por lo tanto, la demanda de las capacitaciones necesarias para desenvolverse en estos ámbitos se ha hecho mucho más generalizada, al tiempo que resulta más variada y compleja. Aparecen unas tipologías de profesionales de la comunicación que en muchos casos provienen de las carreras de Ciencias de la Información pero que no trabajan ni en publicidad, ni se dedican al periodismo ni a la creación o la producción audiovisual.

Estos expertos en mediaciones también pueden ser psicólogos, que se han abierto camino aportando dimensiones comunicativas en el tratamiento de las relaciones interpersonales. O provienen de la psicología social y manejan la comunicación en las dinámicas de grupo. O son sociólogos que trabajan en las interfaces información - organización - intervención para empresas, instituciones públicas o privadas. En realidad, en cualquiera de estos ámbitos se encuentra a titulados de esas y de otras carreras.

Sin embargo, aunque los expertos en Comunicación Social tengan diferentes procedencias, comparten tres condiciones que les identifican laboralmente:

  Se les contrata para que recurran a la información, donde antaño predominaba la intervención.

  En su trabajo cotidiano están abocados a romper los esquemas curriculares con los que salieron de sus Facultades.

Por ejemplo, cualquiera que sea la preparación especifica de la carrera de procedencia, es probable que tengan que saber cuándo y cómo hay que recurrir a metodologías que proceden de la Lingüística, la Clínica, la Sociometría o de las restantes técnicas cualitativas y cuantitativas (lo cual no quiere decir que necesariamente sean ellos quienes las apliquen).

  El perfil de estos profesionales requiere otra forma de combinar los desempeños teóricos con la práctica.

Por ejemplo, se les puede pedir que formen parte de grupos de trabajo interprofesionales que trabajan en los diseños de políticas públicas, para llevar a cabo análisis y recomendaciones sobre actuaciones comunicativas. Lo cual supone que pueden tener una importante implicación en el funcionamiento de la comunidad. Así sucede cada vez con mayor frecuencia cuando el diagnostico del especialista en Comunicación Social está destinado a orientar programas gubernamentales y no gubernamentales (p. e. políticas sanitarias, educativas, de prevención de la violencia, etc.).

Creemos que el diseño del Máster Universitario en Comunicación Social responde a estas características multidisciplinarias y aplicadas a la transformación de las sociedades. Y además muestra que existen los recursos académicos necesarios para abarcar las diversas perspectivas de formación y de actividad profesional que son posibles en este programa. Por eso ha resultado viable ofrecerle al alumnado un adecuado repertorio de especializaciones y de optatividades.

 

Las funciones de los especialistas en Comunicación Social

Las funciones que pueden desempeñar los especialistas en Comunicación Social se diversifican y revalorizan tanto por la transformación de las demandas del mercado como por los cambios sociales.

El Máster Universitario en Comunicación Social está destinado a atender estos requerimientos. Está diseñado para que los comunicadores sociales puedan aplicar sus conocimientos en distintos niveles, principalmente en los siguientes:

 En el nivel de las comunicaciones interpersonales, para facilitar el funcionamiento de las organizaciones primarias, actuando por ejemplo en el campo de la familia o de la juventud.

 En las comunicaciones institucionales de empresas y organismos, con los públicos y con otras organizaciones. Por ejemplo en el campo del consumo o de la imagen corporativa; de la comunicación política y electoral.

 En el nivel de las comunicaciones públicas, formando parte de organismos gubernamentales y organizaciones no gubernamentales, que trabajan para la población en general, o para determinados sectores de ella. Por ejemplo en temas de salud, educación, actividades del tiempo libre, desarrollo comunitario o integración social, entre otros. Así, en las campañas de prevención del consumo de drogas o para combatir el racismo y la intolerancia.

 En la docencia de la Comunicación, tanto en la universidad como en la enseñanza media. La creciente importancia de la comunicación tiene su reflejo en los planes de estudios con la incorporación de las correspondientes asignaturas.

 En la investigación: La comunicación también es teoría y metodología, con las que se investigan y analizan todos los fenómenos sociales que estén mediados por el uso de la información; por ejemplo, las comunicaciones masivas o la globalización.