Etapa III: Producción

La producción corresponde a la tercera etapa del proceso de escritura y su objetivo fundamental es construir el texto expositivo que llamaremos “borrador”, ya que se trata de un escrito de carácter intermedio, producto de la etapa anterior de planificación, y que deberá ser completado en la etapa posterior, la de revisión.

 

Los borradores permiten al tutor y al escritor detectar los problemas de escritura y la asimilación de las normas de textualización, léxico, sintaxis. Podrá haber tantos borradores y revisiones como sea necesario hasta llegar al texto definitivo; pero conviene que el escritor se mentalice para valorar la importancia de los textos intermedios o borradores, ya que cualquier escrito constituye un producto siempre susceptible de revisión y mejora. También se hace indispensable que comprenda que no se trata solo de escribir, sino de asimilar un proceso que le ayudará a elaborar textos cada vez mejor estructurados, más precisos, dotados de mayor cohesión y, por tanto, el resultado será un producto de calidad que constituirá el instrumento para lograr su finalidad: la transmisión del conocimiento.

 

¿Qué es producir un texto?

 

Es escribir textos con sentido, que reconozcan el contexto social en el que se inscriben, que se adecuen a la intención comunicativa, a los destinatarios y a la modalidad elegida; y que respeten las normas lingüísticas en favor de la máxima eficacia comunicativa. En definitiva, que apliquen las normas de textualidad y las características del género para lograr una información adecuada.

 

¿Cómo construir un texto expositivo de divulgación?

 

Frecuentemente, se tiene poco en cuenta la dificultad que supone el acceso a los usos formales del lenguaje y a menudo la ayuda que recibe el alumno se reduce a cuestiones de terminología, eludiendo las dificultades de orden textual o discursivo. Las estructuras del texto expositivo suponen una organización determinada del contenido, además de pautas textuales, gráficas, sintácticas y léxicas; no se reducen a meros cambios de vocabulario. La elaboración del primer borrador requiere tareas de conocimiento y aplicación de estas normas y estructuras por parte del escritor.

 

La tarea del profesor consiste, entonces, en ayudar o guiar al escritor en la construcción de su texto. Para ello, podrá proponer estrategias para lograr una mayor cohesión, coherencia y aceptabilidad textual y también desarrollar ejercicios que impliquen el uso de marcadores discursivos, conectores, propios del tipo de texto objeto de escritura.

 

El producto final de esta etapa será el primer borrador del texto.