Sesión 7 El autocuidado y la autocompasión


Visita a la exposición

16/11/2021

Uno de los objetivos de esta sesión fue explorar y expresar las sensaciones corporales, emocionales y cognitivas de las y los participantes, desde el diálogo con la obra de Sigalit Landau, para luego reflexionar sobre la necesidad de autocuidado y la autocompasión, a través de la creación de un exvoto, un objeto con fuertes raíces antropológicas. 

Damos la bienvenida al grupo, agradeciendo el interés de querer participar con nosotras a través de la mediación arteterapéutica. Durante el inicio del recorrido, contextualizamos, como viene siendo habitual, el origen del edificio y cómo este ha ido mutando a través de los años, pasando de ser un espacio estructural y netamente masculino a un espacio abierto y comunitario, que dialoga con obras de arte contemporáneo, y donde el pasado y presente se reúnen como escenario de la experiencia. 

Invitamos a que recorran la exposición de forma libre, para después reunirnos frente a una obra, en este caso la videoperformance de la artista Sigalit Landau: Barbed Hula (2001). Esta pieza audiovisual se caracteriza por ser una de las más potentes, y que muestra el dolor  y autoagresión: la artista se encuentra de espaldas al mar, desnuda haciendo girar un hula-hoop, a modo de bucle y sin parar en los dos minutos que dura la pieza. Esta obra no tiene claro un inicio y un final, pues el hula-hoop nunca cae, mostrándonos las heridas surgidas por esta acción autodestructiva del propio cuerpo.

El grupo toma asiento alrededor del monitor donde se proyecta la obra y se ofrece un tiempo para visualizarla por completo y explorar, incluyendo todo lo que va llamando su atención e invitando a compartir las posibles lecturas que surgen de la contemplación. Posteriormente, invitamos a que respondan a preguntas que guían el diálogo como: ¿Qué historia creemos que quiere contarnos la artista desde su acción performática? ¿Cómo me/nos hace sentir presenciar la acción? 

Dentro de las frases que los visitantes mencionan, podemos señalar:

  • El dolor físico tapa el dolor íntimo.
  • No tener control sobre el dolor.
  • Lo importante del autocuidado, pues cuando aparece la herida física impacta, pero la herida emocional no se ve, por lo que no llama la atención.
  • Destacan a la figura femenina que pasa por detrás de la artista en un momento de la obra y mientras giraba el hula hoop, poniendo de relieve su indiferencia ante la acción habla de no querer ver el dolor ajeno.·      
  • El oleaje del mar detrás de la artista: para algunas era agradable escucharlo y para otras fue incómodo.·      
  • Y ¿qué pasa si la artista se detiene en el juego de hacer girar el hula hoop? Hay que parar y que caiga, depende de una misma que se detenga y caiga.

Tras sus comentarios, introducimos datos de la obra, donde profundizamos en la pieza que presenta el cuerpo de la artista como territorio de frontera israelí-palestina. Agregamos y potenciamos la reflexión,  invitando a reflexionar sobre el autocuidado, lo que invita a poner atención hacia nuestras propias heridas, producidas tal vez por el ritmo de vida que llevamos tan acelerado. A su vez invitamos a referimos a la autocompasión como manera de transitar estos espacios de escucha y atención.


Algunas obras obtenidas del proceso creativo


Taller de Arteterapia

Una vez situados en el espacio del taller, comenzamos invitando a un viaje de exploración sensitiva desde la escucha activa del cuerpo y su conexión con el materia.Para ello, les invitamos a tomar asiento donde puedan explorarse con comodidad. Esta vez, lo hacen en el espacio de la creación, alrededor de una mesa, donde se encuentran con tres vasos: el primero con agua, el otro con harina y el último con sal. Antes de comenzar a explorar el material, les preguntamos si saben lo qué es un exvoto y una de las participantes menciona conocer su origen, que comparte con el resto del grupo: una ofrenda por un favor concedido o para pedir sanación de un lugar del cuerpo enfermo, por lo cual lo ligamos al autocuidado y a la escucha del cuerpo.

A través de ejercicios de respiración consciente, comienzan a poner atención a todas las sensaciones surgidas durante el proceso, se sientan en postura de la montaña, con los brazos a un costado, espalda recta y enraizando los pies a la tierra. El proceso de exploración de los materiales es guiado por una de las AT, para potenciar la atención desde el silencio externo y facilitando una escucha interna. Con los ojos cerrados, tocan y sienten los materiales secos: la harina y la sal se mezclan de a poco, poniendo atención a todas las sensaciones que vayan percibiendo: desde la temperatura, la textura, el olor, etc. Seguidamente, se indica que pueden aplicar agua poco a poco, sintiendo el líquido correr por las manos y cómo se va mezclando con la harina, cambiando su textura lentamente. Se indica qué consistencia debe tener la masa para que esta esté lista y pueda ser moldeada. Luego, comienzan a dar forma a su exvoto inspirado en la zona del cuerpo que más atención pidió durante el proceso de experimentación y creación.

                                           

Terminando esta parte, se dirigen en silencio a otra mesa, en donde se encuentran pinturas fluidas tipo témperas y acrílicas, por si les apetece dar color a su figura exvoto. Se menciona que si alguien no quiere aplicar pintura no pasa nada. Se recuerda seguir en silencio para que la escucha interna sea la protagonista. Finalmente, se dirigen a la última mesa donde montan su obra exvoto encima de una cartulina negra y se invita que a través de un lápiz en tono blanco plasmen las palabras o frases más significativas de la experiencia.

Para el momento del cierre, primero se conectan con su cuerpo a través de una respiración profunda y pausada. Luego les invitamos a compartir todo este viaje de exploración y atención interna: el grupo, en esta ocasión un equipo de cuidados de un mismo centro, muy cohesionado, manifiesta sentir necesidad de autocuidado y de autocompasión, de sentirse cansadas por todo este tiempo de pandemia funcionando como unas máquinas en su lugar de trabajo, sin detenerse a sentir lo que sus cuerpos necesitaban, afanados en el cuidado de los otros. Compartieron además que, gracias al taller, habían conocido preocupaciones, emociones y pensamientos que en el día a día no habían podido saber de los otros, acercándose unos a otros no ya desde lo profesional sino desde sus propias vidas, sus circunstancias personales y su capacidad de afrontamiento. En el taller ha surgido un espacio que sostiene esa carga o parte de ella y han conseguido visibilizar en la obra, anclándola a lo que una de las participantes compartió durante el diálogo con la pieza: “basta con detenerse y el hula hoop se cae, así de simple”. También comentaron que sintieron una desconexión de lo corporal y lo emocional como defensa ante la vulnerabilidad, al verse obligadas a aguantar y resistir.  El espacio les había permitido reconocerse en ese lugar. También se sintieron convocados a la autocompasión, a ser pacientes y pensar en lo importante que es cada uno y su autocuidado como elemento fundamental en el proceso. Otro tema que surgió fue la necesidad de volver al origen como espacio seguro y de confianza, agradeciendo desde el exvoto creado, como ofrenda a la propia experiencia grupal y personal.