SESIÓN 5. LO ÚTIL DE LO INÚTIL


Visita a la exposición

Es una mañana fría y gris de domingo, sin embargo, contra este pronóstico se recibe a un grupo de 22 participantes, de los cuales seis son niñas/os. Se hace una presentación general de todo el grupo invitándoles a compartir su nombre y responder a la pregunta “¿Cuál es mi comida favorita?”, para crear ese acercamiento inicial que nos permite generar una relación más cercana y humana que perdurará a lo largo de toda la visita-taller. Seguido de esto se presenta el espacio del Conde Duque y se contextualiza la comisaría de la exposición. Antes de bajar, se explica a los participantes que tendrán un tiempo de 10 minutos para hacer una deriva por la sala de bóvedas y que al finalizar este tiempo se reunirán en dos grupos: uno conformado por las/os niñas/os y sus cuidadoras/es, y otro por los demás adultos. 

El grupo de los adultos se reúne primero en frente de la obra de Basurama, Chainwork, donde se muestra en dos vídeos consecutivos una cinta de compra de un supermercado y una cinta de transporte de desechos. Se pregunta a los participantes qué les hacen sentir estas imágenes, a lo que una mujer responde: “Impotencia, siento que no hay nada que pueda hacer como consumidora individual frente a un sistema que es más grande que yo, si pongo de mi parte en reciclar y al final todo termina ahí”. Se reflexiona sobre cómo muchas veces compramos más de lo que podemos consumir y qué hacemos con los desechos que producimos.

Por otro lado, el grupo de las/os niñas/os se reúne en torno a la obra de Santiago Morilla, Prototipo de bicimáquina para huerta de interior #2, que consiste en un huerto portable e independiente de la red eléctrica, que se riega e ilumina gracias al ejercicio humano de pedalear. Esta obra, tiene la particularidad de que es interactiva e invita a las/os niñas/os a montarse y pedalear, contribuyendo así al cuidado de las plantas. Observando la obra, una de las participantes dice: “Esta obra nos enseña que hay que cuidar la naturaleza”, mientras que otra compañera reflexiona: “nosotras somos como las plantas, necesitamos lo mismo para alimentarnos”; y otra concluye: “debería haber más máquinas de estas en los parques para cuidar la naturaleza”.

Después de esto, los grupos cambian de obras y dialogan en torno a ellas. En la obra de Basurama, las niñas comparten que conocen al colectivo, ya que han estado en su colegio interviniendo el patio con ellas para hacerlo un lugar mejor, y reflexionan: “cuando compramos no nos damos cuenta de toda la basura que hacemos”, y “podemos hacer muchas cosas creativas con todo eso que parece basura”. Por otro lado, el grupo de adultos observa la bicimáquina y se pregunta “¿cómo podríamos tener una relación más recíproca con la tierra?” y ¿De qué otras cosas nos alimentamos, además de la comida? “Luz”, “afecto”, “oxígeno”, “vínculos”, dicen.


Algunas obras de nuestro itinerario

Basurama, Chainwork, 2009. Proyección doble - Cortesía de la galería MPA/ Moises Péres de Albéniz.

Santiago Morilla, Prototipo de bicimáquina para huerta de interior #2, 2022. Técnica mixta.

 


Taller de Arteterapia

Una vez en la sala del taller, se invita a todos los participantes a sentarse en un círculo de cojines dispuestos en un espacio acogedor para hacer un escáner corporal pensando en un elemento líquido o gaseoso que recorre el cuerpo. Esto ayuda al grupo a relajarse, a situarse en el presente y a hacerse consciente de su estado corporal. Seguido de esto se les plantea la propuesta creativa: en pequeños grupos, deben reflexionar sobre las preguntas ¿qué nos sobra y qué nos falta como sociedad? y ¿cómo convertir lo inútil en útil? Utilizando residuos plásticos, de papel/cartón, telas y latas, se les invita a crear algo útil. 

De repente el lugar se transforma en un espacio de juego. Niñas/os y adultos exploran los materiales desde distintos ángulos, y descubren sus diferentes funcionalidades. Un grupo de cinco personas que juegan juntas al Ultimate Frisbee, crean un disco volador con una tapa envuelta en tela y se lo lanzan entre sí a través de la sala. Las/os niñas/os se dividen en tres grupos y comienzan a crear distintos dispositivos. Otras personas tallan un cubo de corcho blanco, atan trozos de tela, crean obras de collage y tejen con tiras de papel periódico. 

Finalizado el tiempo de creación, se reúne a los participantes nuevamente en un círculo y se les propone compartir los artefactos construidos. Comienza presentando un grupo de niñas que ha creado un robot llamado “Espantaplásticos”, el cual tiene distintos compartimentos donde pueden crecer plantas y donde se pueden alimentar los pájaros. Otro grupo de niñas dice: “nosotras creemos que nos sobra plástico y nos falta más conciencia” y comparte un pequeño prototipo de invernadero creado con bandejas y botellas de plástico. El equipo de frisbee, por su parte, crea distintas propuestas, desde un soporte para el móvil construido con un envase de tetrapack que a la vez amplifica el sonido, hasta un juego para personas videntes e invidentes que consiste en hacer sonar un “sonaquarius” (una botella de plástico con residuos de aluminio por dentro), la cual debe ser encontrada por los jugadores utilizando su sentido auditivo. Igualmente, durante la creación habían propuesto a todos los y las participantes escribir mensajes positivos en pequeños papeles para que, al final del taller, cada persona se llevara uno a casa. El grupo dice: “creemos que como sociedad nos sobran necesidades, no necesitamos tantas cosas, y nos falta creatividad y conciencia”.

Otro grupo comparte: “nos sobra estómago y nos falta cabeza” y reflexiona sobre “los nadie” que están contentos con poco y “los alguien” que están satisfechos con nada. Una de las participantes crea un “bebé” con una tela blanca y un cartón de huevos y dice: “con esto quiero representar la sencillez, porque nacemos sin nada y necesitamos muy poco”. Otro participante, que se encuentra viajando por España en bicicleta comparte que solo viaja con lo que lleva puesto y crea una mochila para llevar consigo. Un niño crea un robot con corcho blanco que ayuda a los humanos a cocinar; y un grupo de estudiantes crea un “atrapanovias”, un juego mexicano con el que quieren representar el vínculo y la empatía que nos hace falta como sociedad.Se finaliza la actividad agradeciendo a todos y todas por haber acudido al Laboratorio y haber compartido sus reflexiones e ideas innovadoras, y se les invita a cerrar con una palabra que resuma la experiencia vivida:

JUEGO, NATURALEZA, REFLEXIÓN

CONCIENCIA AMBIENTAL, COMUNIDAD

CREATIVIDAD