SESIÓN 2. RECETAS EMOCIONALES


Visita a la Exposición

La bienvenida en taquilla se ha convertido en un momento cercano, amable y afectuoso, el encuentro semanal con participantes que frecuentemente asisten, junto con las personas invitadas por parte del equipo L-ABE y las personas inscritas con mucha curiosidad de saber que les espera, se dan cita como cada domingo para tener un encuentro cercano y dialogado con la exposición “Pan y Circo”.

Dispuestos en forma de círculo, una a una, comparte a manera de presentación su nombre y una comida que conecte con su emoción, surgen platos como la paella, diferentes pescados, jamón ibérico, arroz con leche, entre otros, se comparte una pequeña parte de quién se es y de la relación con un plato particular que evoca una conexión propia con el alimento.

 

Luego de reconocer el contexto de la exposición, las líneas que soportan Pan y Circo y la visión de la comisaria Alicia Ventura, el grupo se dispuso a realizar una pequeña deriva por la sala de bóvedas acercándose rápidamente a cada una de las obras para identificar la atmósfera de la exposición, para este domingo las obras con las que dialogamos fueron: la obra de Carles Tarrassó Oliver, Espacio visceral, 2022 que da cuenta de un acercamiento al mundo de los cítricos proponiendo el disfrute de las sensaciones a través de los sentidos que nos despierta el mundo vegetal mediante un lenguaje gastronómico que incluye más de 40 variedades de cítricos como bergamota, cidra, lima, kaffir, naranja amarga, y limón lunario. Obra que permite reflexionar acerca de la diversidad biológica y social amenazada de extinción por los sistemas de consumo actuales, reconocer el alimento orgánico, natural y vivo como posibilidad de creación; esta obra entró en diálogo con la propuesta de la artista María Fernández Calvo, Correspondencia, 2022 una obra hecha en colaboración con Jóse Luis Fernández Lacalzada el padre de la artista, destacando desde una acción de intercambio epistolar el vínculo personal que se entreteje a través del alimento, del cuidado y del intercambio con otros, surgieron reflexiones importantes acerca de la relación con las personas con las que se comparte la comida, con las personas que dan como legado recetas que se guardan con afecto, “El alimento es más que solo comer”.

Fue así como a partir del diálogo con estas dos obras se propuso al grupo reconocer la importancia del alimento no solo como un elemento vivo, que muta y se transforma sino por su significado en nuestras vidas y el hecho de que este les permita vincularse con otras personas de diferentes maneras.

 


Algunas obras de nuestro itinerario

Carles Tarrassó Oliver, Espacio visceral, 2022

María Fernández calvo, Correspondencia 2022


Taller de Arteterapia

Para el ejercicio en la sala de ensayos de teatro, espacio que acoge al grupo y donde se lleva a cabo una propuesta corporal de reconocimiento de la sensibilidad interior, se les pide a las participantes que exploren el lugar, que caminen por él y que permitan encontrarse con sus propias recetas, con los alimentos que son significativos, con esos ingredientes que elaboran la comida que más recuerdan. Durante el recorrido se invita a las personas que se encuentren con otra que no conocen durante 4 minutos y le comparta la receta de su comida especial, con los detalles pertinentes, como ingredientes, procesos de cocción, medidas, entre otros. Luego de los minutos establecidos, se les indica que vuelvan a caminar por la sala teniendo presente la receta que les acaban de contar, se invita nuevamente a las personas que se encuentren con otra persona desconocida por un lapso de 3 minutos y le cuenten la receta que les han contado, a manera de cotilleo puedan compartir lo que recuerdan y les resonó de lo que escucharon, luego de ello vuelven a caminar por el espacio encontrándose finalmente con otra persona por un minuto donde contarán la última receta que les han compartido, pueden contar ingredientes, conexiones, maneras de cocinar, recuerdos, toda esa información que antes les han contando. Es así que a manera de tejido se logró reconocer los platos preferidos y sus recetas, muchas participantes compartieron las recetas que sus familiares habían hecho para ellas, o que les evocaba un momento especial, o les refería a una persona en particular, se evidenció la conexión con el alimento desde la versión propia y la del otro, identificando la apropiación de las recetas de otros. 

¡Ya las recetas están identificadas! Sobre un panel negro que se ha tomado como suelo fértil, un suelo que recibirá las semillas para ser cosechadas, se les pide a las participantes que compartan a manera de siembra palabras sobre un post-it que tengan que ver con las recetas que les compartieron y con la propia, en un primer momento surgieron palabras como “judías verdes, pollo, papa, queso, leche, arroz, arroz con cosas” palabras que aludian a ingredientes de la receta luego se transformaron en palabras simbólicas como “familia, abuela, vínculos, Italia, sabana, confort, tradición, genealogía, etc.”. Surgieron las semillas con las cuales las participantes elaboraron una receta nueva, propia y sentida, fue así como se les invita a escoger 4 o 5 palabras para crear su propia receta, para sí, para otro, para el mundo.

Grupos de palabras como “invierno, recuerdos, confort, transgeneracional” elegida por una persona que da vida a una receta que habla de la tradición, del alimento que nutre en un época donde se necesita el calor, el calor de hogar, otro grupo que surgió “sabor, raíces, producto local, colorido, su receta el cielo en la tierra” “pollo, papa, sabana, familia” de este grupo se surge el recuerdo y la evocación de un lugar, de una receta que reconoce unas raíces propias que han migrado, surge una receta que se plasma en un dibujo con diferentes tonalidades de verde que refiere a los colores que se ven cuando sobrevuelas este lugar “la sabana de Bogotá”.

Las recetas cobraron vida y se plasmaron a través de un recetario (libro pequeño que cuenta una receta) de dibujos, de obras plásticas (plato con comida) de la imagen de un plato de dieta y sus porciones. Las participantes crearon su receta emocional referenciando lo más importante para ellas desde su conexión con el alimento. 

Alrededor sobre cojines se disponen las personas a compartir su plato, su receta a otros, al mundo “Mi receta se titula: Arroz creativo y familiar,  tiene las cosas que me gusta, como un poco de paella o arroz con cosas, este plato me encanta, también tiene creación y tradición, siempre me gusta comer en familia, así que bueno, también es un ingrediente importante”. Por la misma línea del arroz, nace otra receta llamada “Arroces valencianos expatriados, luego de estar unos años fuera de España valoró la comida de mi país, de la búsqueda de alimentos propios de mi lugar de origen y bueno comparto lo importante que es poder comer la propia comida directamente en el lugar de donde eres, mi receta tiene arroz, tradición tierra, leche de chufa”. “Pastel de arroz ingrediente principal Genealogía  para esta receta se requiere 1 kilo de abuela, por que era su receta, 500 gr de acogida, regado de compartir, una pizca de familia y recuerde revolver y servir abundantemente cada vez que lo necesite”A manera de presentación de menú cada participante comparte su receta, los ingredientes que la componían y su conexión con algo significativo surgieron frases como “comida sin excusas, lo importante es reunirse con otros alrededor de la mesa, juntarse es importante” “siempre se da amor a través de la comida” “la comida siempre está relacionada con mi mamá, en lo posible siempre hay que disfrutar la comida” “la comida te recuerda el hogar, a quienes te une, la comida tiene un componente cultural muy fuerte, la comida es hogar” “la comida es muy de compartir” La receta emocional “es una receta para alegrar el corazón”.