Colectivo Save the Children, Vallecas. - Grupo Menores de 7-12 años. Jugando y Creando en el Museo


Visita a la Exposición

El equipo de LABE recibe en esta ocasión a un grupo de siete menores entre 6 y 14 años del programa "CRIA. Colorearte" de Save the Children, Vallecas. El primer encuentro con el grupo y las profesionales se realiza en el patio principal, donde desde el primer momento se percibe la excitación y alegría de estos pequeños y pequeñas que se aproximan por primera vez a un espacio de arte contemporáneo. Tras los primeros abrazos y saludos, se hace un círculo y se comienza por presentar el Espacio Conde Duque y el proyecto LABE. Después, se plantea una breve propuesta: presentarse diciendo su nombre y cuál es la comida más rara que han probado. Entre las respuestas encontramos gran variedad de alimentos curiosos como: hormigas culonas, otras hormigas que saben a limón, caracoles, saltamontes…e incluso surgen respuestas que no se referían a alimentos como “un diente” o “un bracket” lo que provoca las risas de todos y todas. 

A petición del equipo que acompaña a los menores, se decidió que se repetiría la propuesta realizada con el anterior grupo de Save the Children. Así que, como en la anterior sesión realizada el 10 de marzo, se invita a los menores a buscar objetos escondidos entre las estructuras de la instalación “Tres ensayos de paisaje” dispuesta en el patio. Los niños y las niñas corren entusiasmados y se lanzan a buscar los objetos escondidos previamente por el equipo.  Poco a poco van encontrando los tubos de cartón, hasta que finalmente cada uno y cada una tiene su propio tubo, que será utilizado durante la visita a la exposición para amplificar su escucha y su voz, así como agudizar su visión para observar las obras de la exposición. 

Antes de bajar a la sala, se les propone establecer algunos acuerdos para la jornada y se habla de lo que SÍ podemos hacer en un museo, haciendo énfasis en la importancia de cuidar de nuestro propio cuerpo, por ejemplo poniendo atención al bajar las escaleras que conducen a la sala de exposiciones, y de las obras con las que nos vamos a encontrar. Igualmente, se divide al grupo en dos y cada uno se acerca a una de las obras que se han elegido para trabajar el día de hoy: Prototipo de bicimáquina para huerta de interior #2, de Santiago Morilla, y Chainwork del colectivo Basurama. En la bicimáquina, se les pregunta qué hace crecer a las plantas. Los niños y las niñas van animándose a participar y comienzan a responder: luz, agua…Además comentamos que muchas personas les dicen cosas bonitas a sus plantas para que crezcan y los niños y las niñas  comienzan a decirle cosas agradables a las plantas de la obra: “eres una buena planta”, “eres fabulosa”, “vas a crecer” “hueles bien” y añaden que: “si les decimos una palabra fea no crecen”. También les preguntamos qué palabras bonitas les dicen en su casa para cuidarles y surgen respuestas como  “eres bonita”, “eres bueno”, “eres inteligente” “eres fantástica”...

Frente a la obra de Basurama, las niñas y los niños captan rápidamente el mensaje de los artistas: “habla de la comida que se compra y cómo la dejan”, “es la comida que se compra y la basura que sale”. Después hablamos sobre las tres R (Reducir, Reutilizar y Reciclar) y nos hablan de cosas que han realizado en otras ocasiones con material reciclado (disfraces, personajes…)  y reflexionan sobre la importancia de cuidar de la naturaleza, y sobre cómo podemos hacer un uso distinto de la basura que generamos. 

Tras ver ambas obras, los menores tienen tiempo para hacer una deriva libre por la sala usando su tubo mágico para capturar todo aquello que les llama la atención.


Taller de Arteterapia

Una vez finalizada la visita, llegamos al espacio donde se realiza el taller. Nada más entrar, los niños y las niñas se ven atraídos por todos los materiales dispuestos en sala, están impacientes por ponerse a crear. Pero contenemos un poquito su ímpetu para dirigirles previamente a un espacio preparado con cojines y una alfombra acolchada. Aquí, realizamos un pequeño juego de relajación y cuidado por parejas, donde deben realizarse cosquillitas unos a otros. Esto genera risas y hace que las niñas y los niños se sientan cómodos/as y relajados/as. Después, se les lee el cuento “Julieta y su caja de colores” que les anima a imaginar todas las cosas, paisajes, emociones y elementos sonoros que pueden pintar y crear en este espacio de taller. A continuación, se les propone crear una obra con materiales reciclados y artísticos, partiendo de las preguntas ¿Cómo puedo transformar este material en una obra de arte? ¿Cómo me expreso a través de este material? ¿Puedo convertir la basura en una obra de arte? Antes de comenzar surge una pregunta: ¿pero se puede hacer lo que se quiera, cualquier cosa? Respondemos que sí, por supuesto, y seguidamente se lanzan por fin corriendo hacia las dos mesas de materiales. Se les ve felices y poco a poco van comenzando sus creaciones. Entre los diferentes materiales, llama su atención unos rotuladores que sólo se ven con luz ultravioleta, y su uso se va extendiendo entre casi todos los miembros del grupo. 

Al finalizar el tiempo de creación, se disponen las obras bidimensionales en un panel y las tridimensionales sobre una mesa a modo de exposición, como en el museo. También se les pide que escriban una cartela con su nombre y el título de la obra que han creado, al igual que los artistas de la sala. Las obras que incluyeron rotuladores invisibles, se disponen en un pequeño cuarto habilitado con luz negra, para descubrir todos los mensajes que no son visibles a simple vista. 

Nos sentamos alrededor de las obras para poder observarlas y se invita a los/las niños/as a compartir lo que deseen sobre sus obras de arte. En este momento pueden comentar sus obras, sintiéndose verdaderos artistas, algo que incluso llegó a verbalizar un participante: “Todos somos artistas”. Un participante nos explica que en su dibujo ha representado a los soldados que vivían en el Cuartel de Conde Duque, al iluminar con luz ultravioleta, se pueden ver las palabras Conde Duque escritas en él.   Otra participante titula su obra “la pintura escondida” e incluye también la palabra ARTE con letras recortadas de una revista. 

Al finalizar el taller se observa que estos pequeños y pequeñas pudieron sentirse creadores y artistas, reconocidos en ese espacio y escuchados, algo que consideramos importante y muy positivo. La escucha atenta y paciente de todos los niños y las niñas en el momento de compartir, permitió que cada uno tuviese su lugar y encontrase su voz.  Destacamos también la participación en la actividad de las acompañantes de equipo de intervención de Save The Children, lo que permitió que los niños y niñas vincularan con ellas de una forma novedosa y más horizontal, dándoles la oportunidad de conocerlas en un rol distinto.