Colectivo Save the Children, Leganés. "CRIA. Colorearte" mamás y bebés de 0-2 años. Alimento para cuidar


Visita a la exposición

Es un día muy especial, a la sala de bóvedas vienen dos bebés, uno de 10 meses y otro de 4 meses junto a sus madres, quienes participan activamente del programa “CRIA Colorearte” de Save the Children, Leganés, acuden a Conde Duque a vivir su primera experiencia visitando una exposición de Arte Contemporáneo en la sala de Bóvedas; el objetivo de la visita es que logren disfrutar de esta experiencia de manera cercana, sensible y divertida, creando un buen referente para su relación con los espacios culturales.

Damos la bienvenida a las dos madres, a sus bebés y a dos profesionales arteterapeutas del equipo de intervención del programa en el que participan. Se comparte a un diálogo a partir del nombre y un alimento que nos guste o sea el favorito, permitiendo así adentrarnos a la temática central de la exposición Pan y Circo, acercándonos a las participantes de otra manera y así conocer algo de ellas que usualmente en otro espacio no sabríamos.


Hablamos de la historia del Conde Duque y de lo que nos muestra el lugar y de aquello que no se ve que ha sucedido y que no se cuenta. Se comparte el contexto de la exposición, la propuesta de la comisaria y de la asesora científica, para situarnos en el marco de la visita; se facilita bajar por el ascensor con los carritos de bebe para llevar a cabo una primera deriva por las diferentes bóvedas de la sala y que puedan reconocer y habitar el espacio de manera cercana y sencilla, a la manera de paseo. 

Disponemos sillas dentro de la obra de Antoni Miralda, Tabú, power food, 2009 obra que nos propone una instalación de tres mesas que disponen en su parte superior el símbolo de prohibido, como si el acto de comer fuera vedado, alrededor se encuentran sillas como si el artista dispusiera de un espacio de restaurante, en la parte superior e inferior de estas se encuentran palabras que hacen parte del acervo alimentario, de espacios de comida rápida. Es interesante como a manera performativa formamos parte de la obra al sentarnos en sillas que asemejan una nueva mesa para disponernos a comer. Efectivamente la y el bebé se disponen a ello y de manera poética y subversiva se alimentan de manera natural y amorosa a través de la leche de su madre que no solo sacia el hambre sino que desde el afecto y el vínculo que se generan alimentan su cuerpo y corazón. 

Al terminar de mamar del pecho de sus madres, se pregunta a las participantes ¿Qué me nutre? Se les propone escribir palabras que relacionen con todo aquello con lo que nos alimentamos, con aquello que nos permite vivir y disfrutar. Vinculamos a la guarda de vigilancia en sala, quien nos escucha atentamente, sintiendo interés con respecto a las acciones que realizamos en la sala, es así como las participantes y la vigilante se disponen a escribir sus palabras en pequeños post it de colores; palabras como  “Amistad, naturaleza, escribir, la luz, los abrazos, aprender, tranquilidad, risas, los olores, música, dinero, familia, respeto,dormir, paz mental, deporte, amor, relaciones/conexión, amig@s, perros, mirar y ser mirada, baile, ver pelis, el vacío, los animales, comida, leer, escuchar”.

Teniendo en cuenta las palabras compartidas, nos disponemos a dialogar con la segunda obra de la artista Luna Bengoechea. Serie It’s alive, 2016. que está formada de 3 esculturas de alimentos reconocidos (papaya, tomate y mazorca) donde se exponen sus semillas, que al ser intervenida por el espectador con una linterna de luz negra, permite ver semillas radioactivas que aluden al cambio que hay en estas y su modificación para la elaboración del alimento “Natural”, es así como surgen reflexiones como: “es importante darnos cuenta de lo que hay en el interior de lo que nos vamos a comer” “es increible como si no nos acercamos y miramos detalladamente no vemos lo que realmente hay dentro” “el alimento aunque uno crea que es natural no lo es”; con estas reflexiones y con las palabras escritas en la obra anterior nos disponemos a subir al taller de creación; no sin antes visitar algunas obras que llamaron la atención de las dos madres participantes, como es la primera vez que están en un lugar como éste, nos disponemos como grupo a visitarlas y crear pequeñas reflexiones de las obras.   


Taller de Arteterapia

Teniendo en cuenta la siesta de los bebés, las madres en la sala polivalente, caminan tranquilas, regalándose un breve instante de caminar solas, de desplazarse libremente por el lugar identificando el espacio, tomando conciencia de sí mismas, se les invita a que hagan un pequeño círculo y que giren su cuerpo hacia la persona que tienen enfrente y con permiso de la pareja puedan hacerle un pequeño masaje, que les permita reconocer su corporalidad y posibles cargas. Luego se les pide que giren a su lado contrario y que realicen la misma acción con la persona que tienen enfrente.

El masaje y la importancia de reconocer el espacio propio y personal para identificar cómo está su cuerpo les lleva a participar de la segunda propuesta corporal y es la de hacer parejas y llevar a cabo un masaje con los ojos cerrados y con la ayuda de una pelota de tenis, objeto que recorre la espalda, baja, media y alta, los hombros y el cuello permitiendo identificar las zonas del cuerpo con mayor tensión, sumado a esto se realiza un ejercicio de visibilización a través del color en las diferentes zonas corporales. Esto llevó a que tuvieran un pequeño instante de confort, cuidado y mimos para ellas mismas.

Luego de sentirse cómodas y presentes en el espacio, se dispusieron las palabras que se escribieron en la obra de Antoni Miralda, Tabú, power food, 2009 sobre un panel negro, a manera de inspiración para tenerlas en cuenta al momento de crear. Se les propuso hacer una creación con materiales diversos y que incluyeran rotuladores con tinta invisible y rotuladores neon o resaltadores para evidenciar aquello que no es tan fácil de reconocer a simple vista que nos nutre y alimenta cada día.

Es así como las participantes se dispusieron a crear junto a sus bebés, sobre una moqueta, cojines, una tira grande de papel continuo y varios materiales para garabatear, madres y bebés crearon sus propias piezas, a nivel individual y en conjunto. Crearon imágenes bidimensionales.

En el cierre de la sesión se dispusieron sus creaciones en un cuarto obscuro ubicado en la sala polivalente donde se contemplaron con luz artificial sus líneas, trazos, palabras, dibujos además de observarlas así, apagamos la luz y encendendimos la luz negra, dando la posibilidad de descubrir aquello que en ocasiones no es tan visible ante la mirada cotidiana. 

Surgieron reflexiones como “En mi creación puse todo lo que necesito para vivir, todo lo que vivo aunque no sea todo felicidad, necesito de las dos cosas para vivir” “en mi cuadro dibuje un arcoiris me deje llevar por los colores y estos taparon lo que había hecho invisible, bueno de pronto quería borrarlo” “mi dibujo representa como me siento, como siento mi maternidad y el tiempo que necesito, el cansancio que hay y que no puedo estar sola conmigo misma, los niños, la comida, la cas, el dinero, todo a veces está primero que yo, pero yo también necesito cuidarme, hacer lo que me gusta” “yo quiero que ella se haga un poco mayor para disfrutar de lo que me gusta, de ir a una fiesta y poderla dejar, poder ir bailar, extraño cosas” “Si, yo tambien extraño cosas, esto de ser mamá es muy duro, antes el tiempo era mío, ahora no, es para cuidarlos a ellos, es lo que hay ahora” “Soy parte de ellos, antes cuidaba de mí ahora cuido de ellos”.