Colectivo FUNPRODAMI. Descubrir qué nutre eficientemente. 


Visita a la Exposición

En esta ocasión para L-ABE y el equipo de Conde Duque fue un placer recibir al centro FUNPRODAMI una fundación sin ánimo de lucro, que atiende a personas con discapacidad intelectual tengan o no enfermedad mental y trastornos de conducta asociados; con su participación se cierra la última sesión de Colectivos sociales y la mediación arteterapeutica de la exposición Pan y Circo de la comisaria Alicia Ventura.

Pan y Circo es una exposición que invita no solo a la reflexión en torno al papel de la comida en la contemporaneidad, sino que también nos lleva a replantear nuestra mirada frente a lo que tiene que ver con nuestra alimentación en el mundo actual, ¿Qué llevamos a nuestra boca? ¿Cómo lo hacemos? ¿Con quién lo hacemos? ¿Qué responsabilidades y acciones nos corresponden con lo que nos rodea y con el planeta? etc. Son muchas las consideraciones a las que llegamos al visitar esta sala. 

Partiendo de estas reflexiones se busca reflexionar y descubrir cómo el alimento físico y emocional nutre nuestro desarrollo. Además de reconocer  la importancia de comer comida saludable, de compartir con personas que suman a mis experiencias y experimentar sensaciones y emociones que me llevan a sentirme cómoda o cómodo con quien soy.

Es así como se da la bienvenida de manera cercana al grupo participante acompañándolos a reconocer un poco el espacio físico del edificio, acercarlos a la historia del lugar en el que se encuentran y presentándonos a través de nuestro nombre y del compartir la respuesta a dos preguntas que hilaran el desarrollo de la sesión ¿Cuál es mi comida saludable favorita? ¿Cuál es mi comida “basura” favorita la que no es saludable? surgieron comidas favoritas como las lentejas, la pizza, las hamburguesas, las frutas, el jamón, entre otras. Las preguntas movilizaron la idea que se concibe de lo saludable y lo no tan saludable, de la continuidad de nuestra alimentación partiendo de comida sana, orgánica y básica y, por otro lado, la no tan saludable y tentadora;  por supuesto, hilando éstas a las experiencias vividas que su consumo nos generan, como por ejemplo, el ir a comer un fin de semana con nuestra familia o amigos una hamburguesa porque “una, de vez en cuando, no hace daño” decían.

Se presenta el contexto de la exposición de manera clara y sencilla, para luego adentrarnos al interior del edificio en la sala subterránea que hemos metaforizado como el estómago de Conde Duque, invitando a observar las 17 propuestas artísticas que proponen grandes reflexiones entorno a la comida y a nuestra relación con ella a partir de instalaciones, videos, esculturas, entre otras.

En esta ocasión se llevó a cabo la experiencia del menú que consiste en: hacer una deriva individual por toda la sala de exposiciones con una hoja impresa que es precisamente un Menú completo L-ABE con tres platos: el primero que invita a elegir una obra que nos llame especialmente la atención, el segundo plato para elegir aquella obra que no nos gusta, que no nos conecta o que simplemente rechazamos porque no la entendemos o no sabemos de qué va y, finalmente, el postre, aquí se escribe en el menú una sóla palabra que dé cuenta de la sensación que nos causa visitar la exposición. 

Es así como el grupo seleccionó dos obras; como primer plato escogieron la obra de Luna Bengoechea. Serie It’s alive, 2016. por la interacción que se produce al descubrir el color luminiscente con la luz negra. Les sorprendió el descubrimiento que surge de un objeto sencillo y estático aparentemente y, al acercarse, con la luz negra, cómo se descubre su verdadero interior.

Como segundo  plato seleccionaron la obra de Rosalía Banet, Muk-bang, 2021. Video proyección gran tamaño. De la obra la mayoría dice sentir repugnancia, incomodidad, saturación, llenura, gula, hambre, depredación y abarrotamiento de comida basura.

Partiendo de estas dos obras y del diálogo con ellas, surgen reflexiones como “No sabemos que tiene la comida en su interior, como nosotros podemos vernos de una manera y ser de otra, solo las personas que te conozcan lo sabrán”, “Comer no es sólo llenarnos de comida basura, es poder comer en la mesa con mi familia” “La señora come sola toda esa comida porque se siente sola”.

Nos disponemos a ir a la sala polivalente donde nos encontraremos con una propuesta que nos ayudará a conocer cuál es nuestra alimentación saludable y cuál no, de qué me alimento y cuales son las acciones, actividades, personas, rutinas, etc … que me alimentan y me hacen ser quien soy.


Taller de Arteterapia

Al llegar al espacio dejamos las chaquetas, nuestras mochilas y las cosas que llevamos en las manos para disponernos a estar presentes en el espacio. Se inicia una actividad de reconocimiento a través del caminar lento y de la observación, actos sencillos y potentes que nos brindan información pertinente para disponer nuestro estado en el lugar y activa nuestra atención.

Se propone caminar por el espacio y después de un minuto se invita a que cada persona se  detenga delante de otra y comparta su comida favorita, se les pide que describan los ingredientes, la preparación, el sabor, la textura. Cuando termina el minuto, vuelven a caminar y se encuentran con otra persona. ¿Podrías describir lo que recuerdes de la receta anterior a quien tienes delante?, una descripción sin juicio (1 minuto por persona). De nuevo se les pide que caminen y se encuentren con otra persona y hagan el mismo ejercicio contando los ingredientes que no son tan buenos para la salud. Para finalizar vuelven a caminar y se encuentran a otra participante diferente para responder en un breve diálogo las siguientes preguntas: ¿Los alimentos que consumo son saludables? Cuando me siento feliz ¿Qué cómo? y Cuando me siento triste ¿Qué cómo?.

A partir de las recetas, de la comida descrita, de las respuestas a las preguntas se plantea el momento de creación. Se propone crear una imagen con diferentes materiales incluyendo rotuladores que fluorecen con luz negra, proponiendo aquello que soy y que muestro al mundo y aquello que está en mi interior y me nutre; intentando reflexionar a la pregunta ¿Qué me nutre y qué me hace bien?

Es así como las/los participantes se dispusieron a crear, algunos de manera individual y otros de manera colectiva, esculturas u objetos representaciones de la respuesta de la premisa anterior. Surgieron obras bidimensionales y otras tridimensionales de todo aquello les nutría.

Apareció una obra titulada “Mis nutrientes” creada en relación a la obra de Luna Bengoechea con elementos o palabras que se descubren con luz negra, que habla de todo todo aquello que es nutritivo como: “la familia, los amigos, las series de televisión la música, el teatro, la comida favorita, etc.” Junto a este listado aparece la frase “Por una comida saludable (esporádicamente no saludable) obra que al descubrir con la luz negra aparece la frase “Te quiero JOTA eres mi mejor amigo”, donde se expresan sentimientos que nutren los vínculos, las relaciones de amistad que fortalecen el dia a dia la convivencia en los lugares que se habitan.

Otra obra habla de la relación que se tiene consigo misma, lo que se reconoce de sí que gusta y hace sentir cómoda titulada “Soy …”. A manera de obras epistolares surgieron dos obras que daban a conocer secretamente con la luz negra sentimientos vinculares y de afecto entre dos de los participantes, reconociendo lo nutritivo de su relación “Eres la mejor persona del mundo” “Gracias por confiar en mi, me gustas mucho”; a lo que otra obra responde “Te quiero mucho A… mi amor” también se dejan ver en las obras reflexiones y apreciaciones de otras personas o de situaciones vividas al descubrir lo que les nutre frente a otras personas “Los monitores son unas personas de puta madre” “Que vergüenza he pasado hoy”.

“De qué hablamos cuando hablamos de amor” es la frase central de otra obra que a modo de collage reúne diferentes referentes de la nutrición de otro participante, donde la frase y pequeños símbolos dan cuenta de dos cosas muy importantes  para vivir bien como el amor de familia y el amor de amigos.

Dos participantes crearon obras a manera de menú con sus alimentos favoritos que les conectaban con experiencias familiares que los hacía sentir bien, feliz y amados, presentaron un primer plato con lentejas, albóndigas y postre sorpresa, es un plato que suele comer la participante con su madre. El otro menú está compuesto por albondigas de carne, cocido y el postre de natillas con chocolate, que es el que compra su madre para hacerlo feliz. 

Surgió una obra tridimensional colectiva “El monstruo come basura” construido de material de reciclaje que refleja la co creación y la particularidad de cada parte de su cuerpo que esta hecha con diferentes materiales y elaborado por una persona diferente, aquí el trabajo en equipo es parte de la obra, cada integrante es parte fundamental para darle forma a algo, “Somos un equipo que busca trabajar y complementarse” “Cada uno se hizo responsable de una parte fundamental de nuestro monstruo” “Quedó muy chulo lo llevaremos al centro para recordar que estamos hechos en parte de otros”.

Una segunda obra tridimensional fue “La tortuga” al principio la idea era que fuera un cerdo luego fue mutando a tortuga porque “la tortuga lleva en su interior todo un universo que la nutre, lleva a cuestas todo lo que necesita”.

Para cerrar cada participante comparte una palabra:, felicidad, contento, compartir, me ha gustado el monstruo, me encanta la actividad, relajada, creación, felicidad, relajación, hambre, felicidad y alegría, felicidad, contención, alegría y satisfacción. La facilitadora comparte “Hoy cerramos con broche de oro esta mediación. con este maravilloso grupo de participantes, es así como damos cierre a la exposición Pan y Circo. Gracias por vivir esta experiencia L-ABE”