¿Por qué no se usan técnicas alternativas?

Claro que se usan técnicas alternativas. En Europa no está permitido utilizar animales en investigación si se pueden alcanzar los mismos objetivos utilizando métodos alternativos. Además, el uso de métodos alternativos es para los investigadores más sencillo, menos burocrático, y más económico que utilizar animales. La planificación y desarrollo de un experimento con animales es mucho más complicada y requiere de tediosos trámites administrativos que garantizan la protección animal. De hecho, la ley obliga a regirse por el principio de reemplazo: utilizar métodos que no impliquen animales siempre que sea posible.

 

Sin embargo, cada pregunta científica tiene un método de experimentación idóneo. Algunas preguntas pueden contestarse utilizando células, otras requieren de modelos animales, y otras requieren de seres humanos. No se pueden aplicar conocimientos científicos en seres humanos sin antes tener suficientes evidencias experimentales en animales.

 

En la actualidad, se utilizan muchos métodos alternativos, como cultivos celulares, órganos en un chip o pieles artificiales, aunque todavía es necesario seguir utilizando animales en estudios o pruebas concretas. Un proyecto de investigación suele ser complejo y estar compuesto por diferentes experimentos en los que se pueden necesitar utilizar animales, o no. Por ejemplo, cuando se investigan nuevos antibióticos, lo primero que se confirma es que el nuevo medicamento es eficaz eliminando a las bacterias que producen la enfermedad que estemos estudiando. Para ello se prueba en cultivos con la bacteria en cuestión. También se hacen pruebas in vitro, por ejemplo, con cultivos de células humanas, para asegurar que el nuevo antibiótico no es tóxico. Lo que pasa es que, de momento, estas pruebas no son suficientes para aprobar un nuevo medicamento. Un organismo completo es mucho más complejo que un cultivo celular, tiene millones de células de diferentes tipos que interactúan de forma compleja. Muchas funciones de un ser vivo o enfermedades se basan en una interacción compleja de diferentes partes del cuerpo y no se puede predecir con total seguridad lo que va a ocurrir cuando demos el medicamento a un ser vivo. Por esto, una vez que se ha confirmado la eficacia del nuevo medicamento y que no es tóxico mediante métodos alternativos, se pasa a confirmar que esto es así también en un organismo completo, en un animal. No se pueden reproducir en una placa de cultivo, ni se tiene aún suficiente conocimiento como para programarlas en un ordenador. Pongamos el ejemplo de que hemos testado un fármaco que funciona muy bien contra la diabetes, el cáncer, el Alzheimer, o cualquier otra enfermedad, en un cultivo celular. Llega un punto en la investigación biomédica que necesitamos saber cómo ese fármaco afecta a todo un organismo porque, por ejemplo, podría ser muy tóxico o afectar al hígado o al riñón ... No hay otra forma de comprobarlo que testarlo antes en un organismo animal completo que, como los humanos, tiene todos los órganos, come, bebe, duerme, se mueve y se relaciona con sus semejantes. Además, estos experimentos permiten poder mirar qué ha pasado en cada órgano tras la administración de un fármaco, y este tipo concreto de estudios implica necesariamente el sacrificio de los animales (sacrificio que nunca se podría justificar en humanos).

 

Por otro lado, incluso aunque se quisieran utilizar sólo métodos alternativos, en muchos casos no se podría, porque la Agencia Europea del Medicamento (EMA) exige que se realicen pruebas con animales antes de que un nuevo medicamento pueda darse a las personas para evitar sucesos como el de la talidomida.

 

Cada vez se desarrollan más métodos alternativos. De hecho, en Europa tenemos el Laboratorio de Referencia de la UE para los métodos alternativos a las pruebas en animales (EURL-ECVAM), que se encarga de validar dichos métodos para que los acepten los organismos reguladores, como la EMA. En su página web se pueden consultar los métodos validados. Estos métodos incluyen técnicas para reemplazar, reducir y refinar (mejorar) el uso de animales en investigación. Es lo que se conoce como las 3Rs.

 

Hoy en día no existen técnicas alternativas que permitan sustituir con efectividad el uso de animales de experimentación en una gran mayoría de áreas científicas. El avance en la investigación biomédica nos permitirá también ir avanzando en el desarrollo de nuevos métodos alternativos más fiables, ya que cuanto más sepamos de cómo funciona el organismo, más conocimientos tendremos para desarrollar estos métodos que puedan sustituirlos.

 

Fuente: Molina Cimadevila MJ, Obaya Fernández A, Ramos Blasco J, Solís Soto V, Sparrowe Gil del Real (revisión) J, Muñoz Mediavilla (coordinación) C. Porqué los animales importan: argumentario sobre la experimentación animal. Anim Lab. 2018;(79):17-24. https://secal.es/wp-content/uploads/2018/12/Argumentario_revista_79.pdf.