A diferencia de la investigación científica, los animales raramente se emplean para la enseñanza y el empleo de maniquíes resulta común. La principal excepción es la formación en medicina veterinaria. Los futuros veterinarios aprenden a explorar perros o a manejar vacas y ovejas empleando animales vivos alojados en las instalaciones de la universidad.

Más adelante trabajarán con pacientes en el Hospital Clínico Veterinario de la UCM, a los que deben curar de sus enfermedades administrando los tratamientos que necesiten.