Institutos Universitarios

IV. POLARIZACIÓN POLÍTICA

Fátima García Díez

Profesor Titular de Ciencia Política

Universidad de Salamanc

1. PALABRAS CLAVE

Polarización política; polarización afectiva; comportamiento electoral; elecciones.

2. DATOS DE PUBLICACIÓN DE LA OBRA

Miller, L. (2023). Polarizados: La política que nos divide. Barcelona: Ediciones Deusto.

Orriols, L. (2023). Democracia de trincheras: por qué votamos a quienes votamos. Barcelona: Ediciones Península. Torcal, M. (2023). De votantes a hooligans: la polarización política en España. Madrid: Los libros de la Catarata.

3. RESUMEN

La polarización se ha generalizado en el lenguaje académico, político y mediático como uno de los principales focos de problemas que aquejan a las democracias contemporáneas. Esto ha producido una ola de investigación y publicaciones dirigidas a clarificar, ordenar y ahondar en la comprensión de este fenómeno tan complejo. Entre ellas, hay que destacar, por el impacto y la relevancia de sus aportaciones, los recientes trabajos de Luis Miller, Lluís Orriols y Mariano Torcal, que dirigen, además, una mirada atenta a la situación de España y su historia de polarización creciente en el contexto global, a lo largo de los últimos años.

En este esfuerzo por ganar en diferenciación y evitar el alargamiento del concepto, se opta en los tres casos por una estrategia de adjetivación: polarización política, ideológica, y afectiva, fundamentalmente, aunque también en algún momento tribal, identitaria, cotidiana, incluso positiva, o negativa, con sus correspondientes implicaciones sobre la extensión del concepto, la identificación de indicadores y el funcionamiento de las relaciones causales.

Luis Miller, científico titular del CSIC, caracteriza la naturaleza de la polarización como multidimensional, con distintas caras, entre las que destaca la ideológica en actuación simultánea con otros procesos de refuerzo de identidades. No se trata de subtipos excluyentes, sino que podrían complementarse o incluso establecer relaciones de interacción entre ellos. Miller se refiere a estas combinaciones, sobre todo la que aúna polarización ideológica y afectiva, como “la tormenta perfecta de la polarización”.

Mariano Torcal, Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra, sitúa el punto de mira de su libro en la polarización afectiva, que es la que, de acuerdo con su sistemático y exhaustivo análisis del fenómeno, predomina y la que es verdaderamente problemática. El libro de Torcal proporciona una enorme riqueza empírica y una revisión de la literatura que revela muchos años de publicaciones y experiencia de investigación en ese campo.

Lluís Orriols, profesor de Ciencia Política en la Carlos III, excelente comunicador, es el más gráfico en esta concepción de la democracia como una forma de tribalismo, al representarla como una “guerra de trincheras”. La polarización se manifiesta en este sentido más como alineación que como extremismo. Orriols vuelca en este trabajo una década de reflexión e investigación del fenómeno en el marco, sobre todo, de la competencia electoral. En este sentido, es especialmente popular su distinción entre votantes racionales e identitarios, ilustrada en el debate entre Belén Esteban y Jorge Javier Vázquez con que se abre el libro, y la necesidad de convivencia armoniosa entre ambos para la salud de la democracia.

Es así como la identidad cobra un papel fundamental en estos análisis, tanto para la estabilidad del sistema como en la responsabilidad de sus efectos más perniciosos. La política se convierte en la identidad principal, tanto así que Torcal y Miller hablan de megaidentidades. Se identifica así una impronta de la Psicología Social en los tres trabajos; un giro del conductismo más clásico a otras aproximaciones en las que la ilusión de la objetividad, o los sesgos y atajos cognitivos tienen su papel en la toma de decisiones en momentos de incertidumbre.

Pero no se trata solo de la naturaleza, sino de los niveles de polarización; Orriols, desde una posición no inequívocamente contraria a las trincheras partidistas, identifica la virtud en las escalas de grises. Tanto Miller como Torcal coinciden en que España, si bien posiblemente en el período más polarizado de su historia, se encuentra en un nivel intermedio en términos globales, y para Miller “en vías de polarización”, sobre todo a nivel ciudadano.

Los autores coinciden en los riesgos de la polarización extrema para las democracias; crispación y bloqueo político en el caso de Miller, déficit de cohesión social y confianza política, o la transformación de votantes en hooligans se subrayan en libro de Torcal y el consentimiento de los perdedores en los análisis de Orriols. Un arma peligrosa, en cualquier caso, sobre todo por la incidencia que puede llegar a tener en la tolerancia hacia comportamientos no democráticos.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Los autores ahondan también en la identificación de agentes y herramientas de polarización; cosa de élites, cosa de cúpulas de los partidos, lo cierto es que los análisis muestran cómo la polarización no es, sino se hace. La polarización es así también una estrategia de movilización y obtención de votos. Para Miller se trata de respuestas estratégicas divisivas a unas condiciones económicas determinadas. Para Torcal se trata sobre todo de las estrategias discursivas de las elites.

Qué se puede hacer es posiblemente la pregunta más difícil de contestar, aunque los autores no dejan de evaluar el potencial de distintas propuestas; normas sociales, mecanismos institucionales o el rol de los medios de comunicación. Son en definitiva tres libros brillantes, con un lenguaje accesible y una apuesta clara por el retorno a la sociedad de los conocimientos muchas veces hiper especializados de la academia. Tres libros al alcance de todos los públicos que nadie debería dejar sin leer.