Referencias Teórica Generales


Documentación:


EL CONCEPTO DE CAPACIDAD DE CARGA TURÍSTICA

Texto extraído de la siguiente publicación:

García Hernández, María (2000). “Turismo y medio ambiente en ciudades históricas. De la capacidad de acogida turística a la gestión de los flujos de visitantes”. Anales de Geografía de la Universidad Complutense, nº 20. Pp. 131-148. ISSN: 0211-9803.

 

Los estudios de capacidad de carga constituyen uno de los que se podrían considerar primeros intentos de operativizar el concepto de sostenibilidad en relación con la gestión de la actividad turística en espacios de distinta índole. Ha sido el instrumento utilizado junto con los estudios de impacto ambiental para dar respuesta a los problemas de la afluencia masiva de visitantes en espacios recreativos y para racionalizar el uso abusivo y el deterioro de los recursos que sustentaban esa actividad recreativa. En origen se trata de un concepto que surgió en el ámbito de la gestión de la fauna y que se trasladó al ámbito del turismo por necesidades operativas fundamentalmente relacionadas con la gestión de los flujos de visitantes en espacios naturales protegidos. 

El concepto de capacidad de carga turística lleva siempre implícita la idea de restricción o límite más allá del cual la explotación turística de un recurso o de un destino es insostenible por perjudicial. La naturaleza de eses límite hace posible que se puedan contemplar distintas dimensiones a la hora de determinar la capacidad de carga de un espacio concreto. Por ello se habla de distintas “capacidades de carga turística” del espacio: física, ecológica, económica, antropológica, social, perceptual, psicológica,…. Aunque varía en función de los autores considerados, en apretada síntesis es posible diferenciar al menos seis dimensiones básicas de la capacidad de carga turística:

  • Existe una dimensión ecológica de la capacidad de carga turística que está relacionada con la capacidad del medio ambiente natural para responder al uso turístico (calidad del aire y del agua, contaminación acústica, degradación paisajística...).
  • La dimensión física de la capacidad de carga turística está relacionada con las infraestructuras básicas disponibles (suministro de agua, capacidad del alcantarillado, plazas de aparcamiento, infraestructuras de transporte, capacidad de alojamiento...). Relaciona el impacto de una creciente demanda o aumento del número de visitantes con la capacidad de los equipamientos que les proporcionan los servicios básicos.
  • La dimensión económica tiene que ver con la capacidad de los destinos para absorber las funciones turísticas sin molestar o presionar el desarrollo deseable de las actividades locales. A veces el mayor beneficio de la explotación turística desplaza usos y funciones hacia otros emplazamientos. Además, la capacidad económica también concierne efectos como la estacionalidad del turismo y los efectos que esto lleva aparejados sobre el mercado laboral y la economía local.
  • La perspectiva de la comunidad de residentes constituye la dimensión social de la capacidad de carga turística. Está relacionada con la capacidad de un destino para absorber el turismo sin que ésta actividad genere efectos negativos para la población local. Concierne aspectos como los niveles de privacidad, el comportamiento de los visitantes, el nivel de contacto entre la población local y los turistas y la distribución de los beneficios del turismo.
  • La perspectiva de los visitantes respecto a la capacidad de carga incluye todos aquellos factores del espacio receptor que influyen en la satisfacción de los visitantes. La capacidad del recurso o del destino para proveer una experiencia de calidad en relación con el incremento del número de visitantes.
  • Finalmente existe también una dimensión política relacionada con la capacidad de gestión u capacidad organizativa de un destino o sitio para coordinar de forma directa la gestión turística.

Para cada una de las dimensiones (y perspectivas) del concepto de capacidad de carga existe un umbral o capacidad de carga turística. Por ello, y a efectos operativos, se considera que la capacidad de carga no es un límite absoluto, sino que supone identificar niveles críticos de uso en base a muchos criterios. La capacidad de acogida global de un destino turístico vendría así definida por la interrelación de las distintas dimensiones del concepto en función de la naturaleza de los recursos y las características del espacio donde se desarrolla la actividad turística, de tal manera que los niveles máximos permitidos para cada tipo de uso recreativo dependieran de las características de cada uno de los subsistemas que componen el sistema turístico (dimensiones sociales, funcionales, económicas, ecológicas, etc...).