Grupos de investigación

Gaceta de Arte

 

gaceta de arte fue una revista publicada entre 1932 y 1936, fundada por Eduardo Westerdahl, cuya aspiración sería entroncar las Islas Canarias con la vanguardia internacional, generando un espacio para el debate intelectual. A pesar de tener que hacer frente a gigantes nacionales como Revista de Occidente y al aislamiento geográfico con respecto de la Península, el prestigio de este magazín quedó avalado por la participación de críticos internacionales de la talla de Alfred H. Barr. Con un formato tabloide de publicación mensual, la característica sencillez de su diseño gráfico se vincula a los postulados racionalistas y al modelo de la Bauhaus.

gaceta de arte nace en febrero de 1932 en Tenerife, instigada por un grupo de jóvenes colaboradores encabezado por el pintor y crítico de arte canario Eduardo Westerdahl. Este grupo se había labrado una cierta experiencia previa en otros magazines insulares que, a pesar de su afán por acompañar los vientos de modernidad que soplaban desde Europa, no habían cosechado grandes éxitos. El fracaso anterior era achacado al aislamiento geográfico del centro peninsular, que jugaba en contra de la difusión de estas publicaciones; así como al importante peso político del regionalismo, que abogaba por una valoración historicista exacerbada del pasado canario, apoyada por el sector más conservador. El antecedente directo que favorecería el surgimiento de  gaceta de arte sería La Rosa de los Vientos (1927), revista donde se expusieron por primera vez las preocupaciones de una nueva generación de autores y donde participaron algunos colaboradores de la gaceta de arte, como Agustín Espinosa García.  

La difusión de las ideas del proletariado y la lucha por sus derechos comienza a resaltar la necesidad de crear un espacio para el debate local. La entrada en contacto de Eduardo Westerdahl y Óscar Domínguez con el ambiente cultural europeo del momento, en conjunto con el contexto de la vanguardia española, auspiciado por figuras como Ramón Gómez de la Serna o Gabriel Miró, supone el aliento final que impulsa el surgimiento de la presente revista. Esta nacerá con el objetivo de destruir una sociedad anticuada y elitista, entroncando con la vanguardia internacional e introduciendo nuevas ideas en el ámbito de las Islas Canarias. Contribuirán con ello a la creación de “una nueva posición occidentalista de España”, tal y como establecen en la primera página de su primer número.

El proyecto iniciado por gaceta de arte era ambicioso, debiendo hacer frente a magazines de gran renombre en el ámbito nacional, como Revista de Occidente o La Gaceta Literaria. Contra todo pronóstico y a pesar de su limitada financiación, procurada en su mayoría por Westerdahl, y en menor medida por el Círculo de Bellas Artes tinerfeño y las contribuciones particulares de sus colaboradores, lograrán plantar cara a esas otras publicaciones como referente artístico. Del mismo modo, promovieron el diálogo con revistas del ámbito nacional e internacional, como A.C. Documentos de Actividad Contemporánea, editada por el GATEPAC, o Minotaure.

Aunque en origen la revista fue publicada para su venta a nivel insular, en los quioscos y librerías de la capital tinerfeña, pronto sus editores se dan cuenta de la limitación de público intelectual canario interesado en su adquisición, así como su dependencia de los “correíllos” locales para su difusión al resto de islas. Por ello, a partir del número 23 se ofreció el servicio de suscripción anual a la revista para España y el extranjero, por el precio de 10 pesetas, distribuyéndose entonces por medio del correo postal.

Por lo general, el equipo editorial de la revista estaba liderado por Eduardo Westerdahl como director, y compuesto por Domingo Pérez Minik, Francisco Aguilar, Domingo López Torres, Óscar Pestana Ramos y José Azorena Paredes como redactores habituales. A estos posteriormente se sumaron Agustín Espinosa, Emeterio Gutiérrez Albelo y José de la Rosa, y otros eventuales participantes internacionales como Alfred H. Barr, Gertrude Stein, André Breton, Le Corbusier o Amédée Ozenfant, entre otros, que sirvieron para avalar el prestigio internacional de la gaceta de arte. Los temas abordados de forma recurrente en la revista fueron la arquitectura, el cine, la estética, la filosofía, la literatura y el arte, bien desde una posición vanguardista formalista con alta tolerancia hacia los idearios opuestos; o bien desde una posición vanguardista de crítica social, apoyada en las revoluciones políticas.  

Materialmente, gaceta de arte estaba formada por un pliego de papel satinado doblado en dos, es decir, con cuatro páginas de formato tabloide (35 x 49 cm). Esta dimensión se mantiene hasta los dos últimos números, donde se emplea un tamaño de 22 x 25 cm. Su apariencia estética aboga por la sencillez gráfica y tipográfica, en la línea de los postulados racionalistas del momento y el pensamiento de la Bauhaus. De hecho, la tipografía empleada en la cabecera de la revista fue diseñada por el propio Westerdahl en base a tipografías de estilo bauhaus. El uso subversivo de la letra minúscula de forma generalizada hasta el número 23 de la revista es una declaración manifiesta de intenciones que Westerdahl identificará con un gesto democrático en busca de la eliminación de las jerarquías. Esta opción, previamente avalada por los postulados de la modernidad tipográfica, y con aplicación en focos de vanguardismo como la Bauhaus, aparece defendida de manera explícita en la propia revista por el teórico alemán Franz Roh.

Los textos se distribuyen en cuatro columnas, ocasionalmente ilustradas por imágenes reproducidas en blanco y negro y dispuestas de forma ajustada al ancho de la columna. Eventualmente se introducen imágenes de mayor tamaño en la portada, a pesar de lo cual la revista no resulta especialmente visual. No es infrecuente encontrar la utilización ideológica de la tachadura, localizada sobre fotografías, dibujos y textos en señal de repudio. La presencia de la publicidad en sus páginas es infrecuente, aunque se hace referencia de forma gratuita a empresas culturales de corte progresista o cuyo ideario fuera concordante con el proyecto de la revista.

Es importante aclarar que ninguno de los colaboradores recibió beneficio alguno de la publicación de gaceta de arte, sino que fue un proyecto “por amor al arte”. Su extinción vendría propiciada por el golpe de Estado de julio de 1936 del bando sublevado, que daría paso a la Guerra Civil y que dividiría políticamente a los redactores entre vencedores y vencidos, con casos de represaliados como el de la ejecución de Domingo López Torres. En su último número, publicado en mayo de 1936, se produce un claro posicionamiento ideológico en contra del conflicto armado, así como de cualquier tipo de totalitarismo, mostrando una actitud favorable a la universalidad de la cultura. A pesar de todo, gaceta de arte será percibida durante la dictadura como un “mito cultural de la resistencia al régimen”.

 

Ficha técnica

Título

gaceta de arte

Cronología

febrero 1932 - mayo 1936

Números

38

Lugar de edición

Santa Cruz de Tenerife (Tenerife), España

Director

Eduardo Westerdahl y Oramas (1902-1983)

 

Bibliografía

García Barba, F. (1989). Gaceta de Arte, 1932-1935. Canarias: Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias. 

Rodríguez Doreste, J. (1965). Las Revistas de Arte en Canarias. El Museo Canario, XXVI, 93-96, 47-103. 

Sánchez Rivero, Á. (1993). gaceta de arte. Santa Cruz de Tenerife: Viceconsejería de Cultura y Deportes, Gobierno de Canarias. 

 

La revista gaceta de arte en la Biblioteca de la UCM

https://ucm.on.worldcat.org/oclc/1026592079

 

Enlaces de interés

 

Palabras clave: gaceta de arte, Eduardo Westerdahl, revistas de vanguardia, arquitectura racionalista

 

Inmaculada Álvarez Martínez, María Emma García Garnacho, Isabel Gomáriz Juárez y Sanaa Roldán Tarouchi

Grado en Historia del Arte, 3er curso, 2021-2022