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LOS PREESTÓMAGOS DE RUMIANTES

Los preestómagos de los rumiantes

Los preestómagos de los rumiantes son tres antecámaras al estómago glandular, especializados en la fermentación del forraje o grano ingerido, para que posteriormente puedan ser digeridos y absorbidos los nutrientes necesarios en el estómago glandular e intestino. Están constituidos por tres cámaras comunicantes. La primera en continuidad con el cardias y el esófago es el rumen o panza, seguido por el retículo bonete, que a su vez se comunica al omaso librillo, y este finalmente en el abomaso, el estómago glandular propiamente dicho.

Histológicamente las tres cámaras están constituidos por una mucosa de epitelio plano estratificado más o menos queratinizado dependiendo de la cantidad de forraje o grano ingerido. Así, animales con alimentación predominantemente de forraje tendrán mucosa poco o nada queratinizada, frente a animales con alimentación de grano, cuya mucosa estará queratinizada. La mucosa es sostenida por una submucosa de tejido conjuntivo, una doble capa de músculo liso.

Las cámaras se pueden diferenciar histológicamente gracias a pequeños diferencias en la disposición de las capas. Así en el rumen, la mucosa está dispuesta en pliegues de longitud y grosor variable que se extienden hacia la luz, sostenida por el tejido conjuntivo de la submucosa.

En el caso del retículo, los pliegues son semejantes a los del rumen pero en la submucosa de los pliegues principales (de mayor longitud) hay pequeños cordones o islas de fibras musculares lisas.

Los pliegues del omaso son grandes y están constituidos por mucosa, submucosa y la capa muscular interna.