Ayuso castiga a la UCM y el Rectorado ejecuta: 4,4 M€ en intereses a la CM y un recorte de 33 M€. Si no lo impedimos, lo “pagaremos” el PDI y el PTGAS con aún más sobrecarga en nuestro trabajo
13 nov 2025 - 14:47 CET
Mañana viernes, previsiblemente, se aprobará en el Consejo Social las condiciones del préstamo de la Comunidad de Madrid (CM) a nuestra Universidad. Esta semana hemos podido confirmar las condiciones que ya sabíamos desde julio: un tipo de interés del 2,8%, a devolver hasta el año 2030. La cantidad a pagar en intereses por este préstamo asciende a 4,4 millones de euros. Esta situación de endeudamiento y de gastos superfluos en forma de intereses que no van orientados a potenciar el objeto social de la universidad es inadmisible. Una institución como es la CM debería dotar de suficiencia financiera a un servicio público como es la UCM para el desempeño de sus funciones y responsabilidades, y esta dotación debería canalizarse a través de los presupuestos públicos. ¿A qué responde esta maniobra?
Se trata de un préstamo que se justifica por las necesidades de liquidez de la propia universidad para acometer pagos corrientes. Esta situación de asfixia financiera a la que la CM ha sometido a la UCM, con años de infrafinanciación sostenida, no solo ha derivado en el déficit actual de la UCM, sino en una situación cercana a la insolvencia. Una situación de colapso financiero buscada para someter a la universidad e impulsar un programa de ajuste y recortes a través de este Plan Económico-Financiero (PEF).
De este PEF, como CGT también hemos conocido nuevos detalles en los últimos días, a pesar de que el Rectorado sigue negándonos a la representación legal de los trabajadores la documentación por escrito. Este programa de ajuste parte del hecho de que con la transferencia nominativa de la CM no se pueden cubrir el conjunto de los gastos de la plantilla, como ya explicamos recientemente. En otras palabras, la CM se niega a financiar derechos laborales básicos que suponen incrementos del gasto, como el reconocimiento de trienios o quinquenios, o la estabilización y promoción del personal. Como resultado de esta asfixia financiera el rectorado de la universidad, actuando como correa de transmisión de la CM, va a impulsar un programa de recortes cifrado en alrededor de 33 millones de euros durante los próximos tres años (según la información que tenemos, 16’2 millones del recorte los asumirá el PDI, y 11’2 millones el PTGAS)
Lo que en el Informe del Rector llaman “racionalización del gasto de personal” es lo que, interpretamos, apunta a la congelación en la contratación frente a las jubilaciones que se prevén para los próximos años, lo que supondrá un aumento de las sobrecargas que ya adolecen las plantillas. También se plantea que, en caso de haberla, la nueva contratación de personal se realice utilizando exclusivamente las categorías laborales de entrada más baratas, y se apunta a la supresión o el deterioro de algunos conceptos retributivos (como la supresión de los premios de jubilación o el aumento de las retenciones a los contratos Artículo 60). Esto no supone otra cosa que una intensificación de la precarización de las condiciones salariales y de trabajo de la plantilla de la universidad. Sin embargo, el Rectorado nos pide que le agradezcamos su gestión porque, al menos, se nos dice, “no va a haber despidos”. Pero si nos hacen esto en época de bonanza, ¿qué no harán en época de crisis?
En definitiva, se trata de una estrategia de deterioro de lo público y de privatización por parte de la CM, que no encuentra oposición alguna en el equipo rectoral de nuestra universidad. En la Comunidad Autónoma más rica y en un contexto de crecimiento económico, resulta inaceptable asumir estos recortes. La comunidad universitaria no tenemos la culpa de la situación económico-financiera de la universidad, pero sí tenemos la responsabilidad de actuar con determinación para frenar este ataque y construir la universidad que queremos. Como en todo conflicto, como en toda negociación, dependemos de la fuerza que consigamos acumular, empezando por la huelga del 26 y 27 de noviembre y siguiendo con todas las acciones necesarias inclusive la huelga indefinida, para ganar este pulso. Actuemos ahora para defender y mejorar lo público, lo que es de todas.