Santa Hildegarda de Bingen

Saint Hildegard of Bingen

Autora: Helena CARVAJAL GONZÁLEZ hcarvajal@ucm.es

Palabras clave: Hildegarda de Bingen, hagiografía, orden benedictina, visión, mística, scriptorium

Keywords: Hildegard of Bingen, hagiografy, benedictines, vision, mysticism, scriptorium

Fecha de realización de la entrada: 2015

Cómo citar esta entrada:  CARVAJAL GONZÁLEZ, Helena (2015): "Santa Hildegarda de Bingen", Base de datos digital de Iconografía Medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/santa-hildegarda-de-bingen

© Texto bajo licencia Creative Commons "Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International" (CC BY-NC-ND 4.0)


Codex de Lucca, Liber divinorum operum,1220 1230, Biblioteca Statale de Lucca


Estudio iconográfico

Santa Hildegarda (1098-1179) fue una monja benedictina alemana conocida por su amplia producción teológica, musical y científica así como por su don para la profecía por lo que se la ha llamado en ocasiones “la sibila del Rin” o la “profetisa teutónica”. En 2012 el papa Benedicto XVI le otorgó el título de doctora de la Iglesia.

Hildegarda nació en Bermersheim (valle del Rin) en una familia de la baja nobleza que, por ser la décima hija, la consagró a la vida religiosa desde niña. Fue entregada como oblata a la condesa Jutta de Spanheim con quien profesó a la edad de 14 años en el monasterio masculino de Disibodenberg, que habilitó un espacio para las mujeres.

Desde la infancia Hildegarda tuvo visiones místicas que experimentó sin pérdida de consciencia ni éxtasis, acompañadas, en ocasiones, de música. A los 47 años, en una de dichas visiones, recibió el mandato divino de poner por escrito sus experiencias. Por esta razón, Hildegarda puso por escrito sus experiencias en un primer libro llamado Scivias Scito vias Domini» «Conoce los caminos del Señor»), que escribió asistida por el monje amanuense Volmar y la hermana Ricardis de Stade. Las visiones de Hildegarda fueron consideradas por el papa como de inspiración del Espíritu Santo, lo que le otorgó libertad para seguir escribiendo y, además, cierta popularidad entre las personalidades del momento como Bernardo de Claraval, Federico I Barbarroja, Enrique II de Inglaterra o Leonor de Aquitania.

 En 1148 una visión le ordenó que marchase del monasterio de Disibodenberg con sus monjas para fundar una nueva sede situada en la colina de san Ruperto (Rupertsberg), cerca de Bingen, fundación que logró llevar a cabo pese a la oposición del abad Kuno. A partir de ese momento la abadesa Hildegarda comenzó una amplia labor de predicación al tiempo que continuaba con su producción literaria en la que destacan varios libros sobre ciencias naturales y medicina (Physica y Cause et cure) así como una colección musical titulada Symphonia armonie celestium revelationum, y por supuesto el Liber divinorum operum iniciado hacia 1163 para recoger sus abundantes visiones.

Hildegarda murió el 17 de septiembre de 1179, a los 81 años de edad. Su proceso de canonización fue abierto en 1227 por  Gregorio IX  y de nuevo en 1244 por Inocencio IV aunque no se llegó a concluir. Sin embargo, debido al culto que ya se le profesaba, fue inscrita en el Martirologio romano y se comenzó a celebrar su fiesta litúrgica. Por ello, ya desde el s. XIII existen representaciones pictóricas y escultóricas de la santa. El 10 de mayo de 2012 el papa Benedicto XVI procedió a extender a la Iglesia universal el culto litúrgico en honor de Santa Hildegarda de Bingen y a inscribirla en el catálogo de los santos[1].

Las representaciones de Hildegarda no son muy frecuentes, probablemente porque se la veneró de manera local en un principio. Las mejores ejemplos proceden de las copias de sus manuscritos en los que aparece representada con el hábito benedictino y portando el báculo en señal de su condición de abadesa. Es muy frecuente también en estos ejemplos que aparezca en actitud de escribir sobre unas tablillas de cera, soporte escriptorio propio de los borradores, o dictando a uno de sus secretarios que copia en un códice las palabras de Hildegarda. Otras veces aparece sola portando pluma y libro o bien algún instrumento musical. Su capacidad de visión mística y de profecía suele representarse mediante unas llamas que salen de su cabeza.


[1] «Decretos de la Congregación para las Causas de los Santos», Oficial Vatican Network, en linea: http://www.news.va/es/news/decretos-de-la-congregacion-para-las-causas-de-l-2 . Consulta: 1-12-2015.


Selección de obras

  1. Hildegarda escribiendo acompañada de Volmar, Scivias, Facsímil del  códice de Wiesbaden, c. 1160, Fol. 1.
  2. Codex de Lucca, Liber divinorum operum, 1220-1230, Biblioteca Statale di Lucca.
  3. Santa Hildegarda von Bingen y el Arcángel Miguel. Pintura mural del presbiterio de la iglesia en Egidien Eltersdorf, 1400.
  4. Ala derecha de altar en la iglesia de St. Sylvestri, Wernigerode, c.1480.

Bibliografía básica

CAMPBELL, Nathaniel M. (2013): “Imago expandit splendorem suum: Hildegard of Bingen’s Visio-Theological Designs in the Rupertsberg Scivias Manuscript”, Eikón / Imago nº 4, pp. 1-64.

CIRLOT, Victoria y GARÍ, Blanca: (2008) "Hildegarda de Bingen o la imaginación visionaria" en La mirada interior: Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media. Madrid, Siruela.

DUMOULIN, Pierre (2013). Hildegarda de Bingen. Profetisa y doctora para el tercer milenio. Madrid: EDIBESA.

HILDEGARDA DE BINGEN, santa (2009): Scivias. Primera Parte, Lectura y comentario al modo de una lectio medievalis. (Edición de Azucena Fraboschi). Buenos Aires: Miño y Dávila Editores.

KERBY-FULTUN, Kathryn (2001): "Hildegard of Bingen" en Medieval women in the Christian Tradition c. 1100-c.1500, Turnhout, Brepols, pp. 343-369.

SANTOS PAZ, José Carlos (2001): “La «santificación» de Hildegarde en la Edad Media” en Im Angesicht Gottes suche der Mensch sich selbst, Berlin, pp. 561-576