Papisa Juana

Pope Johannes Anglicus

Autora: Irene González Hernando; irgonzal@ucm.es                                            

Palabras clave: parto, preñez, papisa, Johannes Anglicus, Roma

Keywords: delivery, pregnancy, female pope, Johannes Anglicus, Rome

Fecha de realización: 2017

Cómo citar esta entrada: GONZÁLEZ HERNANDO, Irene (2017): "Papisa Juana", Base de datos digital de Iconografía Medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/papisajuana

© Texto bajo licencia Creative Commons "Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International" (CC BY-NC-ND 4.0)


La papisa Juana dando a luz, Giovanni Boccacio, De casibus virorum illustrium, escrita en 1374, traducción al francés de Laurent de Premierfait, copia francesa del 1er cuarto del siglo XV, del Maestro de Rohan, BnF, ms. Français 226, fol. 252


Abstract

The biography of pope Joan is a literary story spread from 1250 to 1450. Around one hundred written texts are extant, authored by Dominicans and also by Protestant Reformers such as John Wycliff and Jan Huss. Although each written source includes variants and different details, common facts emerge among them which can be summed up. The story tells the life of a woman in the 9th or 12th century who fell in love with a cleric and decided to dress up in a man and followed him firstly to Athens and then to Rome. In Rome she became a respectable and wise person and for that reason she was elected pope, since nobody discovered her real sex. Being pope, she was pregnant of the lover and delivered a baby during a procession. As a result, depending on the written version, she was punished and died or she decided to enclose inside a convent. Concerning depictions on medieval art, the story of pope Joan mainly appeared in manuscripts of 15th century, most of them illustrations of two novels of Giovanni Boccacio (De mulieribus claris and De casibus virororum illustrium). Depictions are usually focused on the surprising and unattended delivery of pope Joan during the procession.


Estudio iconográfico

La biografía de la papisa Juana es una historia novelada difundida con especial énfasis entre 1250 y 1450, con una centena de escritos al respecto, cada uno de ellos con su propia visión del asunto.

En esencia es una historia ambientada a mediados del siglo IX (entre la muerte de León IV y la coronación de Benedicto III, ca. 855) o a inicios del siglo XII (entre la toma de Jerusalén y la elección del rey Balduino de Flandes, ca. 1100). Se trata de una mujer, anónima para algunos, de nombre Agnes para otros, de nombre Juana (Iohannes Anglicus nacione Maguntinus) para la mayoría. Juana  se viste de hombre para poder ir con su amante, un religioso, a formarse a Atenas. Desde ahí, ambos viajan a Roma, siendo Juana una alumna brillante, capaz de enseñar las materias del trivium (gramática, retórica y dialéctica) por su gran sabiduría. En Roma escala puestos en la jerarquía eclesiástica, pero siempre travestida de hombre, para poder burlar la negativa de la Iglesia a que las mujeres ocupen puestos de responsabilidad en su estructura organizativa. Finalmente es nombrada papa por unanimidad, sin que nadie sea consciente que es una mujer. Para algún autor su papado dura casi veinte años, para otros apenas unos meses, y para la mayoría entre dos y tres años. Durante su papado sigue con su amante en Roma y, fruto de esta relación, queda embarazada. Nadie sospecha nada. Ni siquiera ella sabe calcular el momento en que va a dar a luz. Por ello se pone de parto de modo imprevisto mientras va de procesión, para algunos a pie, para otros a caballo. Da a luz en un lugar intermedio entre el Coliseo y la iglesia de San Clemente y esto hace que la curia romana descubra su condición de mujer y el engaño. Según unos autores, el castigo no tarda en llegar, y la Iglesia la condena inmediatamente atándola por los pies a un caballo, arrastrada por éste fuera de la ciudad, y siendo lapidada por una multitud enfurecida en su penoso camino. Según otros autores, Juana no muere a manos de la justicia eclesiástica, sino que se arrepiente, se retira a un convento, y su hijo llega incluso a ser obispo de Ostia, produciéndose a su muerte una serie de milagros en su tumba. Si atendemos a las fuentes escritas, a su muerte, la Iglesia emprende una serie de acciones para evitar que se repitan hechos similares y dejar testimonio de lo ocurrido: establece el uso obligatorio de la silla de virilidad (con una muesca que permite comprobar la virilidad de los papas electos), desvía el recorrido de las procesiones públicas para evitar pasar por el lugar en que tuvo lugar el parto de la papisa, y levanta en el lugar del parto una escultura de Juana grabando además la inscripción de las seis “P” que podría estar recogiendo la frase Petre, Pater Patrum, Papisse Prodito Partum (Pedro, padre de los padres, propaga el parto de la papisa).  De nada de todo ello quedan evidencias materiales.  

Y aunque es evidente que estos hechos son novelescos, entre 1250 y 1450 se toman como ciertos, de modo que las fuentes no se preocupan por demostrar la historicidad del relato, sino por el modo en que este puede interpretarse. Pueden identificarse al menos tres grupos de fuentes, atendiendo a las distintas interpretaciones. El primero y más antiguo estaría integrado por autores dominicos que entre ca. 1250 y 1300 tienden a ver la historia de esta mujer como un ejemplo de la naturaleza femenina, pérfida, poco honesta y proclive al engaño, con una interpretación bastante misógina del asunto. Entre ellos podemos mencionar los siguientes: Jean de Mailly (Crónica universal de Metz, 1255), Étienne de Bourbon (Tratado de los siete dones del espíritu santo, 1260), Martin von Troppau o Martín el Polaco (Crónica de los pontífices romanos y de los emperadores, 1278), Robert d’Uzès (Libro de las visiones, 1296) y Jacobo de la Vorágine (Crónica de Génova, 1297). Es probable que la intención última de estos autores sea reafirmar la imposibilidad de las mujeres de acceder al sacerdocio y a los cargos más altos de la jerarquía eclesiástica, así como alertar de la corrupción en amplios sectores de la Iglesia; en un momento en que la orden dominica pretende reformar la Iglesia haciendo una interpretación rigurosa de las normas y los dogmas ya establecidos.

Como contestación a estos autores, hay alguna fuente que, a partir de 1300, plantea la historia de Juana como ejemplo de una mujer en la que se debate el vicio y la virtud, el deseo de conocimiento y la debilidad de la carne. Incluso llega a plantearse la biografía de la papisa como reivindicación del acceso de la mujer a los cargos de responsabilidad de la Iglesia. Esta interpretación estaría avalada por la conexión del relato con Wilhelmina de Bohemia, fundadora del grupo religioso disidente de las guillermistas, con relativo éxito en Italia del Norte en la segunda mitad del siglo XIII entre mujeres de la élite social, que proclamaba la llegada de una papisa que llevaría a la Iglesia hasta la redención, justo antes del Juicio Final. Aunque Wilhelmina de Bohemia no escribió sobre la papisa Johannes Anglicus, parece obvio que la historia flotaba en el ambiente y debió inspirar su interpretación de la salvación. Más tarde, Manfreda Pirovano, simpatizante de la corriente guillermista y perteneciente a la familia Visconti, debió ser nombrada papisa por las seguidoras de esta corriente y poco después condenada por herejía a morir en la hoguera (ca. 1300). Todo ello se habría plasmado en el juego de cartas Visconti, realizado muy posteriormente, hacia mediados del siglo XV, pero en el que una mujer viste hábito franciscano y tiara papal, apareciendo bajo el rótulo la papisa.

En una línea parecida, aunque más conciliadora, está la interpretación de Giovanni Boccacio quien en el De mulieribus claris y De casibus virororum illustrium (ca. 1360-1374), dedicados respectivamente a las mujeres y hombres ilustres, incluye a la papisa Juana como ejemplo de dos naturalezas contrapuestas, por un lado su honestidad y su sabiduría, y por otro lado, la debilidad de la carne. Estos libros se copiaron e ilustraron profusamente en el siglo XV, siendo el núcleo principal de iconografías de Juana Anglicus.

Por último, el tercer grupo de fuentes son las que se relacionan con la Reforma, y que vienen de la mano de autores como John Wyclif (ca. 1382), Jan Huss (ca. 1411) o Martin Lutero (ca. 1510), quienes desde finales del siglo XIV hasta inicios del siglo XVI consideraron que la historia de la papisa Juana era síntoma de la degradación de la jerarquía eclesiástica. Estos autores además cuestionaban la infalibilidad el papa y consideraban que la Iglesia podría prescindir de esta institución. En este contexto, en 1411 en Praga, personas cercanas a Jan Huss, lideradas por Voska de Valdstejn, organizaron una procesión grotesca en que un hombre travestido de prostituta portaba los ornamentos pontificales. Se dio entonces una asociación entre la prostituta de Babilonia, la historia novelesca de la papisa Juana y la crítica a la infalibilidad del papado; asociación que andado el tiempo recogieron algunas biblias luteranas ilustradas. En cualquier caso, la infalibilidad del papa fue uno de los elementos claves que agudizó la división entre católicos y protestantes a raíz de los movimientos de Reforma y Contrarreforma y que explica por qué a partir del 1500 la historia de la papisa pierde interés para el ámbito católico que, incluso, intenta contrarrestar su difusión insistiendo en la falta de historicidad.

Desde el punto de vista iconográfico, la mayoría de las imágenes conservadas proceden del ámbito del libro ilustrado y son del siglo XV, habiendo surgido fundamentalmente para ilustrar los textos de Boccaccio. Recogen de manera uniforme el momento de la procesión en que Juana, rodeada por cardenales, obispos, miembros de órdenes mendicantes y otros religiosos, observa perpleja como su hijo sale de su vientre o está ya tumbado en el suelo, justo después de haber nacido. En algún caso, Juana va a caballo, pero esto es bastante excepcional. No se representan en cambio los hechos anteriores o posteriores a este acontecimiento, obviando su formación en Atenas y Roma, su travestismo, su vida en pareja, y su castigo o arrepentimiento dependiendo de las versiones. Hay un caso, una de las ilustraciones tal vez tardía del De mulieribus claris de Giovanni Boccacio (traducción al francés anónima, copia realizada en Cognac, s.XV-XVI, BnF, ms. Français 599, fol. 88) que parece estar ambientando el retiro de Juana en un convento o, tal vez, su relación con las órdenes mendicantes.

Hay además dos ejemplos en los que la papisa se presenta siguiendo un modelo iconográfico diferente. Uno de ellos es el juego de cartas Visconti, al que nos hemos referido anteriormente, y que la presenta vestida de hábito franciscano. No obstante, esta obra podría ser alusiva a la papisa Juana o, más bien, a Manfreda Pirovano y el movimiento de las guillermistas. El segundo ejemplo, que se aparta también del modelo iconográfico más extendido, es una imagen de Juana con su hijo en brazos y el título Johannes Septimus que fue insertada en la Crónica general de Nurnberg, cuyo texto referido a la papisa fue tachado, seguramente en un momento de Contrarreforma.


Selección de obras

  1. Giovanni Boccacio, De mulieribus claris, escrita en 1374, traducción al francés anónima:
    • copia francesa de comienzos del siglo XV, BnF, ms. français 598, fol. 151
    • copia realizada en Paris a inicios del siglo XV, del maestro de Boecio (el mismo del códice de la BnF, ms. fr. 12459), British Library, Royal 20 C V, fol.156
    • copia realizada en Rouen, ca. 1440, del maestro Talbot, British Library, Royal 16 G V, fol. 120  
  2. Giovanni Boccacio, De mulieribus claris, escrita en 1374, traducción alemana de Heinrich Steinhöwel, realizada en la imprenta de Johannes Zainer en Ulm, ca. 1474, xilografía,  British Museum
  3. Giovanni Boccacio, De casibus virorum illustrium, escrita en 1374, traducción al francés de Laurent de Premierfait:
    • copia francesa del 1er cuarto del siglo XV, del Maestro de Rohan, BnF, ms. Français 226, fol. 252
    • copia francesa del 2º cuarto del s.XV, BnF, ms. Français 232, fol. 319
    • copia realizada en Brujas ca. 1479-1480, Maestro de White Inscriptions o Maestro de Getty Froissart, British Library, ms. Royal 14 E V, fol.468
  4. Carta número 3 (la papisa) del Juego de cartas  de los Visconti-Sforza (también conocido como Tarot Visconti), realizado por  el pintor Bonifacio Bembo  seguramente por encargo de Bianca Maria Visconti (1425–1468) y su marido Francesco Sforza (1401–1466) pues sus emblemas aparecen en varias cartas, realizado en Milán, ca. 1450-1470, 173 x 87 mm, comprado en 1911 por Pierpont Morgan, hoy en la Pierpont Morgan Library de New York, ms. M.630.
  5. Liber chronicarum (también conocido como Crónica de Nürnberg o Die Schedelsche Weltchronik), escrito en latín por Hartmann Schedel y con grabados de Michael Wolgemut y Wilhelm Pleydenwurff, copia impresa hecha en Nürnberg, 1493, hoy en la Bayerische Staatsbibliothek (BSB), Ink S-195- GW M40784- ISTC is00307000, fol.412.

 


Bibliografía básica

BOUREAU, Alain (1984), “La papesse Jeanne. Formes et fonctions d’une légende au Moyen Âge », Comptes rendus des séances de l’Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, 128e année, nº 3, pp. 446-464.

BOUREAU, Alain (1988), La papesse Jeanne, Paris, Aubier.

D’ONOFRIO, Cesare (1979), La papessa Giovanna. Roma e papato tra storia e leggenda, Roma, Romana Società Editrice. 

DÖLLINGER (1890),  Die Papstfabeln des Mittelalters. Ein Beitrag zur Kirchengeschichte, Stuttgart.

FRANCO JUNIOR, Hilario (2008), “Joana, metáfora da androginia papal”, Revista de História e Teoria des Ideias, vol.25, pp.113-134.

GIROLAMO, Arnaldi (2002), “Quelques nouveautés sur la papesse Jean dans la version de Martin le Polonais », Comptes rendus des séances de l’Académie des inscriptions et Belles-Lettres, 146e année, nº 4, pp. 1351-1373.

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