Número 13 (2015)

Dolor y lamento por la muerte de Cristo: la Piedad y el planctus

Laura RODRÍGUEZ PEINADO

Resumen: La Piedad y el planctus, aunque similares en su contenido, son dos escenas diferentes intercaladas entre el Descendimiento y el Santo Entierro. En la Piedad, el cuerpo inerte del crucificado descansa en los brazos de su Madre, que lo recibe con un dolor contenido. En el planctus o llanto sobre el cuerpo de Cristo muerto, su cuerpo se deposita sobre un sudario o sobre la piedra de la unción y se disponen en torno, prorrumpiendo en lamentos y sollozos, la Virgen, San Juan, las santas mujeres, José de Arimatea y Nicodemo.

La Piedad no aparece en los Evangelios, su origen está en la literatura mística bajomedieval, aunque desde el punto de vista plástico parece derivar del tema de la Virgen de la Humildad, donde se ha sustituido al Niño por el cuerpo inerte del Crucificado. Deriva de las lamentaciones ante el Hijo muerto, tema de origen bizantino que concentra la atención en el drama de la Pasión y la contemplación amorosa y doliente con sentido realista y conmovedor.

Palabras clave: Virgen de la Piedad; Virgen Dolorosa; Virgen de las Angustias; Virgen del Traspaso; Llanto sobre el cuerpo de Cristo muerto; Lamentación sobre Cristo muerto; Planctus Mariae.


El dragón en el astrolabio

Azucena HERNÁNDEZ PÉREZ

Resumen: La imagen del dragón, tan frecuente en la Edad Media, también se incorpora al astrolabio, instrumento de precisión para uso astronómico, religioso y civil con un alto componente simbólico y que despertó el interés y el mecenazgo del poder. La presencia de punteros estelares en forma de dragón en la araña de los astrolabios medievales es escasa pero apreciable e invita a reflexionar sobre las razones de la representación de un animal fantástico en un instrumento científico. El hecho singular de que no se encuentren dragones en ninguno de los astrolabios islámicos medievales que han llegado a nuestros días y que sea solo en los astrolabios realizados en los reinos cristianos donde se presente esta iconografía encuentra una justificación plausible en el estudio de los Tratados del Astrolabio, los Tratados de Astrología y en la heráldica. El estudio iconográfico y de fuentes se vislumbra como una herramienta útil al servicio de la difícil tarea de datar e identificar el lugar de construcción de los astrolabios medievales de los reinos cristianos, que son, casi todos, anónimos.

Palabras clave: astrolabio; araña de astrolabio; puntero estelar; Tratado del Astrolabio; Tratado de Astrología; cabeza y cola de dragón.


El halcón en al-Andalus

José Luis DÍEZ GIMÉNEZ

Resumen: En el repertorio iconográfico islámico aparece frecuentemente el halcón, que se podría confundir a veces con otras rapaces como el azor o el gavilán, con el mismo significado, cuyas imágenes se rastrean desde la época de las primeras dinastías sumerias, pasando por la Antigüedad clásica y por el Egipto antiguo donde representaba al dios Horus, era un atributo del dios Re, y un símbolo solar. Aparece a menudo en la iconografía de la caza con halcón, que era la actividad favorita de la nobleza musulmana, y también de la cristiana, pero además está presente en la literatura, en la poesía y en la toponimia del mundo islámico, incluido el andalusí. El halcón, símbolo de la cetrería, es además en el Islam símbolo del alma del Muyahid o Combatiente de Dios que, cuando muere, se eleva para posarse entre las ramas del Hom o Árbol del Paraíso, en presencia de la divinidad.

Palabras clave: Halcón; Muyahid o Combatiente de Dios; Hom o Árbol del Paraíso o de la Vida.


San Sebastián, mártir y protector contra la peste

Helena CARVAJAL GONZÁLEZ

Resumen: San Sebastián fue un centurión romano martirizado por no renunciar a la fe cristiana. Tras sobrevivir a un primer martirio en el que fue asaeteado, volvió a interpelar al emperador, quien decretó su apaleamiento. Tras ser arrojado a una cloaca, se apareció en sueños a Santa Lucina para señalar dónde se hallaba su cuerpo. Es uno de los más importantes protectores contra la peste en la Edad Media. Su martirio se convirtió en excelente excusa para el estudio de la anatomía masculina durante el siglo XV.

Palabras clave: Sebastián; mártir; flecha; peste.


El transi tomb. Iconografía del yacente en proceso de descomposición

Herbert GONZÁLEZ ZYMLA y Laura Mª BERZAL LLORENTE

Resumen: El transi tomb, en el arte de la Baja Edad Media, es la representación de un cuerpo humano muerto y en proceso de descomposición. Fue un tema iconográfico relativamente habitual en la escultura funeraria del siglo XV, que debe relacionarse con las expresiones visuales de lo macabro, siendo sus ejemplos más relevantes las laudas, los sepulcros y las miniaturas. El transi sustituyó a los tradicionales yacentes idealizados o duplicó la imagen del yacente mostrando, a la vez, al difunto idealizado junto a la visión realista de su cuerpo en proceso de degradación. Se afirma así una idea, presente en la filosofía cristiana neoplatónica, que defiende que el cuerpo es un soporte despreciable y corrupto para el alma, que es inmortal, bella y está dotada de la gracia. Aunque el transi predomina como recurso visual macabro en contextos funerarios, no es un tema exclusivo de la ornamentación de sepulcros, sino que aparece también en miniaturas y en otros soportes, entendido siempre como una advertencia acerca de la fugacidad de la vida. Existen dos variantes iconográficas esenciales: el transi simple, que muestra un solo individuo en forma de cadáver, y el transi doble, que confronta la imagen del difunto, representado como si estuviera dormido, con su doble muerto y degradado, en una especie de visión especular. Estas dos iconografías se enriquecieron con variantes locales y atributos diversos, que deben ser estudiados en relación con las etapas del proceso natural de putrefacción de un cadáver y con el valor simbólico concedido a ciertas alimañas.

Palabras clave: Transi; escultura funeraria; muerte; cadáver; descomposición; macabro; tumba.