Natura

Autora: Diana LUCÍA GÓMEZ-CHACÓN dianaluc@ucm.es 

Palabras clave: Natura; Aristóteles; Bernardo de Tours; Alain de Lille; Roman de la Rose; Silence; Género; Educación.

Keywords: Natura; Aristotle; Bernard of Tours; Alan of Lille; Roman de la RoseSilence; Gender; Education.

Fecha de realización de la entrada: 2023

Cómo citar esta entrada: LUCÍA GÓMEZ-CHACÓN, Diana (2023): "Natura", Base de datos digital de iconografía medieval. Universidad Complutense de Madrid. En línea: https://www.ucm.es/bdiconografiamedieval/natura

Entrada realizada en el marco del proyecto "Ecología y sostenibilidad en la Antigüedad y la Edad Media: arte, género y  sociedad" https://www.ucm.es/ecologiaysostenibilidadenlaedadmedia/, coordinado por la prof. Diana LUCÍA GÓMEZ-CHACÓN.

© Texto bajo licencia Creative Commons "Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International" (CC BY-NC-ND 4.0)


NaturaNatura artifex. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose (tercer cuarto del siglo XV), Yale University Library, Beinecke MS 418, fol. 282v.


Abstract

Around 1140, Bernard de Tours included Nature’s personification in his Cosmographia. A “goddess” already mentioned in Plato’s Timaeus and Aristotle’s Physics. Years later, Natura reappeared in Alain de Lille’s De planctu Naturae and Anticlaudianus. However, from an iconographic point of view, the representations of Natura included in the medieval illuminated manuscripts preserved of the Roman de la Rose are of greater interest. On this occasion, Natura is described working in her forge, creating both animals and human beings, as a divine vicar, in charge of guaranteeing the survival of all different species. A task that arouses envy for Death and Putrefaction, but also the deep admiration of Art, who constantly tries to imitate Natura without success. On other occasions, as in the Roman de Silence, Natura is a baker who owns thousands of molds with which she creates different life forms.


Estudio iconográfico

La construcción literaria de la personificación de la Naturaleza o, incluso, la creación de una diosa Natura, se documenta por primera vez, en el periodo medieval, en la década de los años 40 del siglo XII, en la Cosmographia de Bernardo Silvestris de Tours, quien dedicó su obra a su maestro, Thierry de Chartres, seguidor, a su vez, de las teorías platónicas. Años más tarde, ya en la década de los 60, Alain de Lille recuperó la figura de Natura en su De planctu Naturae o El lamento de la Naturaleza, en el que aparece ya acompañada de su confesor, Genio. Volverá a ser mencionada en la secuela de la mencionada obra de Alain de Lille, el Anticlaudianus. En todas estas obras, Natura actúa como la perfecta intermediaria entre Dios y el mundo, o visto desde el prisma platónico, entre la Materia informe y la Mente eterna. Su reino comprende el denominado mundo sublunar, es decir, la biosfera, lo que la convierte en la diosa de la vida biológica y, en consecuencia, en la principal responsable de la sexualidad y la reproducción. Todo ello hizo que Natura se convirtiese, en manos de teólogos y filósofos medievales, en una excusa para cuestionar y debatir sobre asuntos relacionados con lo natural, lo sobrenatural, la cultura y la esencia femenina.

Sin embargo, Bernardo de Tours no inventó a Natura, pues se trata de una personificación que aparece ya en el mundo clásico, tanto en el Timeo de Platón, como en la Física de Aristóteles, siendo en esta última obra definida como “la materia prima que subyace en cada cosa que tenga en sí misma un principio del movimiento y del cambio”, y, por lo tanto, opuesta al Arte, responsable de “lo artificial” (Aristóteles, Física, libro II, §28-34). En algunos de los manuscritos medievales iluminados que hemos conservado de la Física de Aristóteles encontramos a Natura representada o bien como una mujer coronada que porta en sus manos un tallo vegetal, con una forma que recuerda a la flor de lis, o bien como una mujer con la cabeza cubierta por un velo blanco, de cuyas manos brotan tallos vegetales florecidos, así como un pájaro y un pez, en alusión al reino vegetal y animal, puestos ambos bajo su dominio.

Más abundantes y variadas son las representaciones de Natura conservadas en los manuscritos iluminados bajomedievales del Roman de la Rose de Guillaume de Lorris y Jean de Meun, obra en la que a Naturaleza se le confía el cuidado de “las cosas guardadas bajo el cielo”. La propia Natura, dotada de nuevo de voz, declara que Dios la ha honrado “para que guarde la hermosa cadena dorada que une a los cuatro elementos, todos inclinados ante mí”. De hecho, se la equipara a Dios, como si se tratase de una forma femenina creadora, como una auténtica Mater generationis o Natura artifex, encargada de “forjar seres individuales para mantener las especies”, a la que Muerte y Putrefacción envidian.

Es precisamente en Le Roman de la Rose donde vemos por primera vez a Natura en el que se convertirá en su lugar de trabajo por excelencia: la fragua. En ella, “martillea sin descanso para renovar todos sus seres con nuevas generaciones”, labor que Arte trata de imitar, copiando sus ejemplares, “aunque sin lograr formas tan originales”, pues, al contrario que Natura, “nunca logra hacer seres vivos, por muy naturales que parezcan”. En consecuencia, podemos encontrar a Natura en su fragua creando tanto seres humanos, como animales. Sin embargo, ella misma reconoce que jamás creó nada eterno, pues todo cuanto hace es perecedero, todos sus actos son corruptibles, frente a la “inmensa potestad de Dios”. A pesar de ello, algunos autores medievales, como Geoffrey Chaucer en su The Parliament of Fowls (El parlamento de las aves), llegan a considerar a Natura “la mano derecha del todopoderoso Dios”. El mismo autor la denomina “Vicario General del Creador” en El cuento del médico de sus Cuentos de Canterbury. Al igual que en la obra de Alain de Lille, en el Roman de la Rose Naturaleza confiesa su malestar a Genio, al que reconoce arrepentirse de “haber hecho al hombre”, pues “él me devuelve tantas afrentas que no se pueden medir ni contar”.

Si bien no se conocen representaciones, resulta de especial interés la imagen literaria de Natura que encontramos en el Roman de Silence, redactado hacia 1275 por un autor, o autora, que se esconde tras un pseudónimo artúrico, Heldris de Cornuälle. Este relato cuenta la historia de Silence, una niña a la que, al nacer, sus padres deciden bautizar, “a pesar de su naturaleza y las costumbres”, con el nombre de Silentius. Será educada, y vestida, como un niño, pues solo así podrá heredar el legado familiar. Esta obra fechada en el último cuarto del siglo XIII introduce ya una problemática que enfrenta a Naturaleza —a la que, en esta ocasión, se presenta como una especie de panadera que trabaja en un taller con “más de mil moldes”—, con su gran enemiga, Educación. Un debate del que volverá a hacerse eco, ya en el siglo XV, Christine de Pizan en su Libro de la mutación de Fortuna y La visión de Christine, y que perdura hasta la actualidad, llevando a Judith Butler a defender en Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity (El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad), “con el propósito de dar respuesta a la afirmación de que «biología es destino»”, que “con independencia de la inmanejabilidad biológica que tenga aparentemente el sexo, el género se construye culturalmente”.

 


Selección de obras

  1. Natura recibe el alma del Novum homo y moldea su cuerpo. Alan de Lille, Anticlaudianus, mediados del siglo XIII. Verona, Biblioteca Capitolare ms. CCLl, fol. 44v. 
  2. Dama Naturaleza, tercer cuarto del siglo XIII. Aristóteles, Libri naturales, Física. British Library, Harley MS 3487, fol. 16v.
  3. Natura. Aristóteles, Física, ca. 1280-1285. Bibliothèque Mazarine, MS 3469, fol. 37v
  4. Natura pensativa ante su forja. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, segundo cuarto del siglo XIV. Bibliothèque interuniversitaire de Sainte-Geneviève, Paris, MS 1126, fol. 115r.
  5. Natura pensativa. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, 1340-1360. BnF, Français 1567, fol. 118v.
  6. Dama Naturaleza. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, ca. 1490-1500. British Library, Harley 4425, fol. 123v.
  7. La confesión de Naturaleza. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, ca. 1490-1500. British Library, Harley 4425, fol. 143r.
  8. Natura creando a los animales en su forja. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, ca. 1490-1500. Bodleian Library, MS Douce 195, fol. 114v.
  9. Arte arrodillada ante Naturaleza. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, ca. 1490-1500. Bodleian Library, Bodleian Douce 195, fol. 115v.
  10. Natura en su forja. Guillaume de Lorris y Jean de Meun, Le Roman de la Rose, ca. 1490-1500. British Library, Harley 4425, fol. 140r.

 


Bibliografía básica

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