20 DIC 2019 - 12:20 CET

Hoy en día, las empresas saben mucho más sobre nosotros de lo que nos creemos. No obstante, en el caso de los millenials, este grupo de edad conoce que las organizaciones recogen mucha información sobre los consumidores… y por eso reclaman una atención a la altura de sus características específicas. Las entidades deben ser conscientes de esta nueva realidad.

En toda esta transformación, hay un gran elemento que lo está modificando todo: los datos. En este nuevo escenario, podemos referirnos a los datos como el nuevo combustible que lo alimenta todo, y a los millennials como sus productores principales.

Este grupo, los millennials, son la primera generación que ha nacido en línea. Por eso, frecuentemente se les denomina “Big Data Generation”. ¿Por qué? Porque son la generación que realiza un uso más constante de las diferentes redes sociales. A diario, los millennials suelen compartir todo tipo de elementos en internet: fotos, vídeos, gustos, aficiones, sensaciones, etc. Por consiguiente, están enviando enormes cantidades de información de forma persistente. Entregan datos que, posteriormente, serán estudiados a conciencia por las empresas para conocer mejor a los consumidores. Todo esto es posible gracias al Big Data, el sistema que analiza y recolecta toda la información.

¿Qué tipo de información organiza el Big Data?

La propia clasificación del Big Data se encuentra en un incesante proceso de cambio. Nosotros nos referiremos al Big Data como aquel conjunto de datos superior a los 30 terabytes, el cual puede clasificarse en tres categorías:

- Datos estructurados. Son aquellos que tienen que ver con la intervención de la empresa; es decir, informes, encuestas y valoraciones solicitadas al usuario.

- Datos no estructurados. Los que se obtienen principalmente de redes sociales, mediciones biométricas, ubicación por GPS, etc.

- Datos híbridos: Procedentes del e-commerce, principalmente.

Al contrario que otras generaciones más desconfiadas, a los millennials no les importa entregar libremente su información, siempre y cuando esto les sirva para facilitarles la vida. Es decir, que tengan soluciones más rápidas y eficaces, según lo estén buscando en ese momento. Estos jóvenes creen en el potencial del Big Data y en su poder para cambiar el mundo y, por eso, están abiertos a entregar su información. En este sentido, el desafío de las empresas no recae en obtener datos, sino en analizarlos de forma muy rápida; y en que, a partir de ellos, obtengan información relevante para tomar decisiones que mejoren su servicio minuto a minuto, y así poder ofrecer productos personalizados.

La organización efectiva del Big Data se basa, esencialmente, en la claridad del propósito de las empresas. Por esta razón, los millennials esperan que su bienestar y satisfacción sean lo primero, después de haberles otorgado el poder de tener todos sus datos a su alcance. Manifiestan de  manera explícita que son ellos quienes deberían ser el foco de atención, y no los productos.

Los millennials son una generación que dependen en gran medida de la tecnología. Y, al igual que opera la tecnología, de forma rápida y eficaz, ellos también quieren todo rápido y bien hecho. Es así como esperan que las empresas se involucren con ellos, los conozcan… y cambien a su conveniencia.