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Perfiles digitales: así están transformando el mercado laboral de la comunicación

9 ENE 2020 - 11:59 CET

Por Adrián Corregidor, Vivian Lorena Ortiz, Mª Carmen Ariza y Marina Viloria.

El sector de la Comunicación y el Marketing sigue mudando la piel hacia un perfil más digital. Con ello, no sólo se está viendo una metamorfosis dentro las nuevas formas de empleo, sino que también está cambiando la forma de concebir el trabajo y los emplazamientos en los que se desarrolla.

No hace falta recalcar (una vez más) cómo la transformación digital ha revolucionado el mercado laboral. Sin embargo, en esta ocasión, el foco de atención lo ponemos en la eclosión de los nuevos empleos que están surgiendo con ella. Poco a poco, la digitalización va llegando a las empresas, generando una necesidad de renovación y de reorganización de plantillas.

Entre los sectores más tocados está el de la comunicación y el marketing, donde las relaciones B2B (de negocio a negocio) y B2C (orientadas al cliente) se perciben de forma diferente; es decir, estos sectores se han convertido en un cajón de sastre donde es indispensable controlar el lenguaje digital. Además, debido a este bombardeo de nuevos perfiles, muchas empresas han decidido que ese trabajo lo pueden realizar empleados de empresas especializadas o profesionales independientes (freelance). Este método, denominado outsourcing, evita a la empresa mantener a un empleado en temporadas en las que no se requiera su actividad. Por otro lado, la organización tiene el deber de ceder autonomía a sus trabajadores, así como de facilitarles el acceso a la información.

Por todo ello, los empleados tendrán que adaptar su forma de trabajar y saber autogestionar el tiempo, mucho más flexible. A su vez, esta no-personalización del trabajo conlleva el riesgo de dejar a un lado la situación personal del empleado, en pro de las necesidades del empleador.

Como vemos, existen ventajas e inconvenientes para ambas partes, pero tod el sector tiene que avanzar en la misma línea, y ser consciente de los nuevos roles que está trayendo la globalización online. Existen hasta 25 nuevas denominaciones de puestos de comunicación digital, todas ellas correspondientes a empleos con los que nos iremos familiarizando poco a poco. A modo de clasificación, hemos destacado los siguientes cinco:

  • Social CRM Manager: es la versión puesta al día del CRM tradicional; este perfil se centra en que las empresas creen y generen valor a través de las redes sociales, con el fin de fidelizar a futuros clientes a largo plazo.
  • Content Manager: creador de contenido dirigido a un público objetivo, para convertirlos en clientes potenciales de nuestra empresa.
  • Social Media Manager: mientras que el community Manager es el encargado de representar y dar voz a la empresa en las redes sociales en el día a día, el social media manager crea las estrategias y campañas a ejecutar.
  • E-recruitment: hace referencia a la contratación de empleados que se lleva a cabo por Internet. Su función es la de agilizar los procesos de selección y atraer talento, usando para ello los diferentes canales que nos ofrece la red.

Una formación lineal y en línea

Debido a las exigencias tecnológicas que se están dando, la adquisición de estos conocimientos también está sufriendo cambios. Si eres una persona a la que le apasiona el cambio digital, no tendrás problemas en adaptarte. Pero si, en cambio, eres un empleado experimentado con más de 20 años en la misma empresa, quizá te veas abrumado por esta ‘mudanza digital’.

En primer lugar, el modus operandi más lógico pasa por que las propias empresas faciliten a sus empleados cursos exprés, donde les enseñen las habilidades básicas para poder seguir avanzando sin perder el ritmo. Ahora bien, una persona que aún no se encuentre dentro del mercado laboral, necesitará rastrear los nuevos roles hasta dar con el que más le interese para su perfil.

Sin embargo, precisamente uno de los mayores hándicaps que puede encontrar un apasionado de este mundo, es la búsqueda de formación. Debido a la amplia cantidad de nuevas disciplinas que se están creando, encontrar formación útil y óptima se convierte en un quebradero de cabeza constante, con independencia de que sea o no presencial (casi inexistente), y de que se encuentre adecuadamente certificada y validada. Todavía queda camino por recorrer para establecer requisitos en este aspecto, pero poco a poco se conseguirá que estos conocimientos formen parte de una estructura disciplinar contrastada.

El ‘dónde’: nuevos emplazamientos

Como ya hemos comentado anteriormente, muchas empresas encuentran en el outsourcing un aliado a la hora de externalizar servicios. Es por ello que parte de la plantilla no permanecerá físicamente ligada a la empresa, y verá como sus actividades se realizan en diferentes ubicaciones geográficas.

Con el fin de ayudar a un buen desarrollo de las labores de los empleados, las empresas están poniendo a su disposición, a modo de sede, los “espacios colaborativos”. Estos lugares podrían ser vistos como nuevas formas de arrendamiento, disponibles tanto para pymes como para grandes compañías.

Dentro de los tipos de espacios colaborativos, encontramos el ya conocido coworking, una localización orientada especialmente a emprendedores y profesionales independientes, donde un community builder hace las veces de gestor y vela por las personas que allí se encuentran. Otra de las propuestas es el coliving, un modelo de espacio de convivencia que ofrece viviendas compartidas para personas de entre 25 y 35 años, que trabajen con su ordenador desde su lugar de residencia. 

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