Actividades, congresos y jornadas

Arqueta de Silos

Museo de Burgos

Compartir esta ficha en TwitterContacta con el autor de la ficha Descarga la ficha en PDF imprimible


INFORMACIÓN BÁSICA

Arqueta de Silos

 

Arqueta de Silos
Taller de Cuenca (estructura y placas de marfil) / Taller de Silos (esmaltes)
Museo de Burgos
Arqueta y marfiles del siglo XI (1026). Placas esmaltadas: siglo XII.
Largo: 34 cm / Ancho: 21 cm / Alto: 19 cm
Alma de madera ensamblada, placas de marfil labrado y placas de cobre.

 

Ejemplo de reciclaje cultural, se trata de una arqueta o cofre con alma de madera, de forma rectangular y tapa troncopiramidal truncada. Está forrada con placas de marfil labrado con motivos zoomorfos, antropomorfos y vegetales, ensambladas con clavijas del mismo material, a la estructura, siendo realizada a principios del siglo XI en un taller conquense, finalizada en 1026, siguiendo un esquema compositivo de origen bizantino. Posteriormente, las placas del flanco izquierdo y del remate de la tapa se perdieron o fueron eliminadas, dándose el proceso de “cristianización” de la pieza, con la adhesión de dos placas de cobre dorado, adornadas con esmaltes de tipo champlevé o campeado, con motivos hagiográficos y zoomorfos. También en los cantos y los cerramientos se añadieron placas de cobre dorado y esmaltado con motivos geométricos y vegetales.

Considerada como una de las mejores arquetas andalusíes conservadas en España, pertenece a la colección del Museo de Burgos (nº inv. 0198), procedente del Monasterio de Santo Domingo de Silos. Estilísticamente, podría asociarse con otras piezas como la Arqueta de Leyre (Museo de Navarra, nº inv. 0039) o la Arqueta de Palencia (Museo Arqueológico Nacional, nº inv. 57371), con cronologías similares. Su vinculación a la liturgia medieval hispana está asociada a la posible utilidad que se le atribuye, tanto como contenedor de reliquias como para almacenar importantes vasos y artefactos sagrados, aunque actualmente no se conserva su contenido original.

Juan Nieto Guerra (2020)


Cómo citar esta ficha


PARA SABER MÁS

La Arqueta de Silos es un pequeño cofre vinculado al almacenamiento de objetos de gran riqueza o de prestigio. Dado su origen andalusí, y por comparación con otras piezas similares, lo más probable es que se utilizase para guardar algún tipo de tesoro áulico, así como otro tipo de joyas o perfumes. Sin embargo, entre los siglos XI y XIII fue habitual el intercambio de este tipo de objetos con las zonas cristianas, bien a modo de lazo comercial o bien como regalo político, pudiéndose explicar así su llegada al Monasterio de Silos, en Burgos, en el siglo XII, gracias a la presencia de los esmaltes como elemento de datación. Con su llegada al cenobio burgalés, la utilidad de la pieza cambia. Ya en el inventario monástico de 1440 se describe la pieza y su contenido, especificando que custodia parte de las reliquias de las denominadas Oncemil Vírgenes. Posteriormente otros estudios también la vinculan con el almacenamiento de objetos litúrgicos y vasos sagrados.

En lo relativo a sus partes y estructura, cabría afirmar que presenta una forma rectangular, con una tapa de forma troncopiramidal, que aparece fijada a la parte inferior con unas bisagras también de cobre. La composición sigue criterios estilísticos bizantinos, aunque adaptada al gusto califal en su momento final. Fechada en el año 417 de la Hégira, correspondiente al año 1026 según el modo de cuenta cristiano. Aparece firmada en letra cúfica florida en uno de los laterales, disponiendo “(...) favorable para quien sea su propietario. ¡Que Dios le conceda larga vida! (Esto forma parte) de o que se realizado en la ciudad de Cuenca en el año 417. Obra de Muhammad Ibn Zayyan, su servidor. ¡Que Dios proclame su Gloria!”

Estilísticamente, nos vamos a encontrar frente a una pieza de eboraria ricamente labrada, con varias placas de marfil, progresivamente más delgadas y ensambladas con clavijas, que nos muestra que si bien el marfil de elefante fue más abundante en el siglo X, a principios del siglo XI comenzaba a escasear.

La cara frontal, donde se disponía la cerradura, que no se ha conservado, se organiza en tres frisos separados por dos junquillos. El superior muestra en los extremos varios cazadores con arco en actitud de disparar, seguidos de un doble grupo de leones rampantes, y a continuación, otro león mordiendo el cuello de un bóvido y una composición similar a la copa de un árbol en el centro. La banda central muestra dos parejas de grifos enfrentados y un árbol de la vida, junto a decoraciones de tipo ataurique, presentes en toda la pieza de forma reiterativa, generando una sensación de horror vacui y una banda con tres flores de loto bajo la desaparecida cerradura. La banda inferior repite la superior, sustituyendo el árbol por un jinete luchando con un león.

La cara posterior, donde se ubican las abrazaderas de las bisagras, repite el mismo tema, adaptándose al cerramiento utilizado. Estos motivos son tópicos y repetitivos en numerosas piezas de eboraria conservadas en la península.

Por su parte, el costado derecho de la arqueta, el único de los dos conservado, muestra en su banda superior la inscripción cúfica antes mencionada, y, nuevamente tres bandas, divididas a su vez en tres partes, con elementos más detallistas. En la superior se localiza un ciervo con largos cuernos entre atauriques, y en los laterales cuatro escenas repetidas con un león atacando a un ciervo. En la intermedia se observan dos espléndidos pavos reales macho enfrentados y con los cuellos entrelazados y las colas desplegadas, y en los laterales dos ciervos como en el caso anterior. Por último, la banda inferior dispone de un rectángulo en su centro, con cinco tondos con cervatillos y atauriques, y en los laterales, una vez más, cuatro leones atacando a ciervos.

En la tapa se localizan tres espacios con placas, siendo nuevamente la faltante la del lado izquierdo. Las caras delantera y trasera presentan motivos decorativos en ataurique repetidos, con acantos y palmas. La delantera presenta una única pieza mientras que la trasera se divide en tres partes para adaptarse al engarce de las bisagras.

Dada la ausencia de algunas partes del conjunto original, en el taller del propio Monasterio de Silos se añadieron las placas de cobre repujado y dorado con esmaltes de tipo champlevé en el siglo XII. En el remate de la tapa se observa un Agnus Dei de gran refinamiento, entre las letras Alfa y Omega, y dos aves de colas enroscadas. Por su parte en la placa del lado izquierdo aparece representado Santo Domingo, fundador del convento, con un relicario en las manos, la inscripción “Santus Dominicus” y flanqueado por dos ángeles, al modo bizantino, coloreados en azul, verde, y rojo, con un dibujo realizado a buril. Los bordes de la arqueta, para evitar su deterioro, fueron revestidos con idénticas bandas de cobre dorado y esmaltado.

En lo relativo a su funcionamiento, ya desde la época de Carlomagno, el culto a las reliquias conoció un gran éxito y difusión, procediendo éstas de enclaves como Jerusalén, Constantinopla o las catacumbas de Roma. El objetivo de este tipo de objetos, al igual que los relicarios, era albergar los objetos devocionales para su veneración. Además, revestían el ambiente de un carácter sacro y protector, asegurando la presencia de fieles y sus donaciones, así como de peregrinaciones, esenciales para el mantenimiento de este tipo de centros monásticos.

Por tanto, se puede afirmar que pese a que la pieza fue producida en un contexto seguramente civil y doméstico en un taller de la Cuenca andalusí, con la llegada a Silos, en el siglo XII, su contexto cambia, quedando ahora asimilado al culto cristiano y ocupando un papel relevante dentro de la liturgia medieval, pues las reliquias que almacenaba y su culto asociado fueron uno de sus pilares fundamentales. La pieza es relevante dado que se trata de una de las mejores piezas de eboraria conservadas en la península, mostrando además de su papel como contendor de reliquias, un proceso de reciclaje cultural y de cristianización vinculada a su nueva utilidad. Seguramente estuvo en uso como relicario hasta bien entrado el siglo XVIII, aunque se desconoce en qué momento dejó de tener este fin.

Como colofón cabría mencionar que en el siglo XIX, con las Desamortizaciones, la pieza abandona el monasterio de Santo Domingo de Silos. Como se recoge en el Libro de Sesiones de la Comisión Provincial de Monumentos, el 26 de marzo (A.I.F.G., Actas 1870), “se recogen tres cajas procedentes de Santo Domingo de Silos (...) la segunda de ellas cuadrilonga con tapa de cinco lados con chapas de marfil y esmaltes”. La obra vuelve a ser referenciada en 1869 y 1870, pero no en el inventario del museo en su primera sede, de 1871. No vuelven a aparecer citada hasta 1886, por lo que quizás formó parte de un depósito, constituido por las piezas más valiosas, como el monetario, que se hizo en el Consulado del Mar, hasta la instalación del nuevo museo en la torre del Arco de Santa María. Posteriormente existe documentación que acredita el robo de la arqueta en 1897 y su restitución en 1900 como asevera un borrador emitido por el Juzgado de Burgos.

Juan Nieto Guerra


GLOSARIO

Arqueta

Caja pequeña, arca, cofre o baúl de pequeñas dimensiones, generalmente hecho con materiales ricos y nobles o profusamente decorado, en el que se guardaban reliquias, tesoros, joyas u otros objetos valiosos.

Champlevé / Campeado

Técnica de esmaltado basada en el uso de celdas, que son grabadas, talladas, golpeadas o producidas en la superficie de un objeto metálico para, posteriormente, ser rellenadas con esmalte vítreo.

Ataurique

Decoración de tipo islámico basado en motivos vegetales que son reducidos a lo meramente simbólico con tendencia a ocupar todo el espacio.


BIBLIOGRAFÍA

(A.I.F.G): Archivo de la Institución Fernán González, archivo documental de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos.

Castillo, Belén. “Guía breve del Museo de Burgos”. Burgos: Junta de Castilla y León, 1997. Pp. 34 – 35.

Elorza Guinea, Juan Carlos. “150 años del Museo de Burgos”. Burgos: Junta de Castilla y León, 1996. Pp. 56 – 57.

Elorza Guinea, Juan Carlos. “Arte Medieval burgalés y esmaltes del taller de Silos y Contemporáneos”, catálogo de exposición. Burgos: Junta de Castilla y León, 1978.

Malpica Cuello, Antonio. “La Granada zirí y el universo beréber”, catálogo de exposición. Granada: Junta de Andalucia, 2019.

Roulin, Eugene. “Une plaque émaillée d’un coffret de Burgos” Bulletin de la Societé Scientifique, historique et archéologique de la Corrèze. Limoges: 1989

VV.AA. “El Scriptorium Silense y los orígenes de la lengua castellana”, catálogo de exposición. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1995.

VV.AA. “The Art of Medieval Spain A.d. 500 – 1200”, catálogo de exposición. New York: The MET, 1993. Pp. 273 – 275.

Yarza Luaces, Joaquín. “De Limoges a Silos” catálogo de exposición. Madrid: Ministerio de Educación y Cultura, 2001.

.