Grupos de investigación

Más allá de 1927: un breve paseo por el litoral

 

Portada para los números 5, 6 y 7 realizada por Juan Gris en estilo cubista. Fuente: Biblioteca Nacional de España 

 

Portada del volumen que recoge los números 61, 62 y 63, que reproduce la obra, El abrazo de Juan Genovés (1976). Fuente: Ediciones Litoral

 

Campanario. Obra de Maruja Mallo incluida en el volumen de la revista que contiene los números 49 - 59 (1975). Fuente: Biblioteca Virtual de Prensa Histórica 

 

Índice del n. 272 de la revista, último publicado (2021). Fuente: Ediciones Litoral 

 

Los colaboradores del número especial de Litoral

 


 

Resulta imposible pensar en la historia de la Generación del 27, y por tanto de la literatura de nuestro país, sin tener en cuenta la revista Litoral. Fundada en Málaga en 1926, las mentes tras su creación son dos personajes fundamentales para nuestra Edad de Plata: Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Su objetivo principal es la difusión de la obra de aquellos artistas del momento a los que les une, ante todo, la amistad forjada en Madrid y Granada. Entre ellos, personalidades claves, como Federico García Lorca, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Luis Cernuda o Vicente Aleixandre. Durante esta primera época de la revista, en sus portadas siempre se podían apreciar motivos relacionados con el mar, fundamental para una generación de artistas fuertemente unidos a este medio natural. Desde el pez de Manuel Ángeles Ortiz, que tan reconocible sería para revista (y su actual logo), la sirena que coronaba el segundo número, obra de Benjamín Palencia (hipervínculo al apartado de análisis de ilustraciones); hasta llegar al marinerito colorido que Federico García Lorca dejó en la portada del tercer número. 

Es en este primer momento cuando, acompañando a las publicaciones “regulares” (Litoral nunca tuvo un ritmo de publicación periódico), aparecen los suplementos. En estos, los autores del momento podían publicar sus composiciones, siendo el escaparate perfecto para sus obras de juventud, que en el apoyo de Altolaguirre y Prados encontraron un lugar seguro para darse a conocer al mundo. La revista fue, de esta manera, un trampolín para las Canciones, de Lorca (primer suplemento); Perfil del aire, de Cernuda (sexto), La amante, de Rafael Alberti (calificado por Emilio Prados en este momento como “poeta nuevo, cumbre”) o Caracteres, de José Bergamín (quinto suplemento). 

Los números 5, 6 y 7, en los que se centra este microsite, son aquellos que realmente cimentan la relación entre los miembros participantes, que serán los verdaderos protagonistas de la Generación del 27: se trata de los números homenaje a Luis de Góngora, evento considerado fundacional de dicha generación. La colaboración de artistas como Manuel de Falla, Picasso, Dalí o Juan Gris marcan de manera evidente el deseo de interdisciplinariedad de la publicación, dando un espacio protagonista al arte en su conjunto y huyendo así de la definición de revista exclusivamente literaria: Litoral es, ante todo, una revista de vanguardias. En octubre de 1927 finaliza esta primera etapa de la revista, que ya cuenta con siete números, publicados a lo largo de cinco entregas entre noviembre de 1926 y octubre de 1927, a la venta por 25 pesetas. En menos de un año, Litoral se había hecho un hueco en la historia.

La segunda etapa de la revista es aquella denominada tradicionalmente como “surrealista”. Dicho movimiento de vanguardia atrapó de manera evidente a todos los artistas de su tiempo, que reflejaron de manera excepcional su fascinación por este en los números publicados entre 1928 y 1929. El cambio de rumbo responde a la disgregación de la Generación, así como a un cambio clave en la dirección del proyecto, ahora también en manos de José María Hinojosa. Durante este periodo, son menos los números publicados, aunque igualmente importantes: tan solo dos, pero que permitieron a Vicente Aleixandre (posteriormente Premio Nobel de Literatura) la publicación de su primera obra, llamada Ámbito. Sin embargo, si bien el surrealismo está presente en estos dos números, el proyecto de rebautizar a la revista con nombres como “El agua en la boca” o “Poesía y destrucción”, y hacer de la publicación un evento únicamente surrealista, nunca llega a darse. De esta manera, todo el impulso tomado desde 1926 se desvanece en 1929, cuando finaliza esta segunda etapa. Otro factor fundamental en la desaparición de las publicaciones es aquel que siempre aparece ligado a la Generación del 27, y que no es otro que la historia de la propia nación que vio nacer a la revista: la Guerra Civil supone el asesinato de algunos de sus miembros, así como el exilio de muchos otros. 

En 1944 comienza la tercera etapa de la revista. Como la segunda, esta es breve y solo cuenta con la publicación de tres números. En este caso, la necesidad de recuperar el espíritu de Litoral nace en el exilio en Cuba de sus fundadores, que llevan a cabo estos números desde la melancolía y la tristeza, aunque evitando en todo momento caer en el rencor. A sus reflexiones poéticas se unen otros de los grandes nombres de la cultura de la Edad de Plata (siempre presente en la revista) como son Juan Ramón Jiménez (inolvidable maestro de la Generación del 27), Max Aub o León Felipe, todos ellos en el exilio. 

 

La cuarta etapa de la publicación tiene un tono mucho más esperanzador que la anterior. Han pasado más de veinte años cuando José María Amador recupera las ideas de la revista fundacional en 1968, en la misma ciudad en la que esta surgió. Si bien Altolaguirre y Prados ya no participaron de esta etapa, sí lo hicieron algunos de los poetas que también habían asistido a la ya mítica fundación, como Aleixandre, que tanto le debía; Alberti, Guillén o Giner de los Ríos. La voluntad de renacimiento de Amador era tal que en esta nueva etapa imitó a la perfección el estilo y motivos de maquetación que se habían dado en la primera, contando incluso con la impresora que los ausentes Altolaguirre y Prados utilizaron para aquellos siete números inolvidables. Sin embargo, para diferenciar estos nuevos números de los primeros, se cambió el color de las portadas del azul al rojo, y se añadió el subtítulo de “Revista de poesía y pensamiento”. Es importante tener en cuenta que esta etapa tiene todavía lugar bajo la dictadura, por lo que la libertad se convierte en uno de los grandes temas tratados en las publicaciones. De nuevo, Litoral se consagró como una publicación trampolín para los nuevos artistas: la Generación del 50 publicó algunos de sus primeros versos en esta renacida revista, que vio entre sus páginas la firma de Jaime Gil de Biedma, Ángel González, Gabriel Celaya o Blas de Otero. Se mantuvo igualmente la tradición de realizar homenajes a personalidades a través de los diferentes números. Como ya se había realizado con Góngora en 1927, en esta cuarta etapa los homenajes se hacen a aquellos artistas más cercanos a la propia publicación, como Alberti, Lorca, Picasso (que realizó cuatro dedicatorias a la revista en esta etapa, lo que fue un impulso fundamental para la misma) o los visionarios a los que realmente se les debía todo aquel trabajo: Altolaguirre y Prados. 

La proximidad del fin de la dictadura marca a la quinta etapa de la publicación. En esta, se busca principalmente rescatar del olvido aquellos primeros números, que se comienzan a reeditar y a distribuir como facsímil. En el plano político, la revista juega un papel fundamental, pues no se puede desprender de su propia época y reclama las libertades que la dictadura ha ido suprimiendo; y cuya recuperación cada vez parece más próxima con la debilidad de Franco y el nombramiento de Juan Carlos I, al que reclaman directamente, como tantos otros, la Amnistía. Desde 1975 la incorporación del sobrino nieto de Emilio Prados, Lorenzo Saval, a la dirección de la revista, marca de manera definitiva y clara el rumbo que ésta tomaría. Siguiendo con la tradicional línea de los homenajes en la revista, su nuevo director se centra en los grandes autores de las vanguardias; proclamando así un compromiso estético moral con su propio tiempo, cambiante y complejo en una España que poco a poco se abre camino hacia la democracia. Estos homenajes, son, a día de hoy, una fuente fundamental para los estudiosos del periodo, pues incluyeron documentación inédita imprescindible para comprender la obra de algunos de estos artistas habría sido imposible. Grandes figuras de la vanguardia, como Maruja Mallo, decidieron colaborar con la revista de nuevo, dando lugar a magníficas obras. 

En la actualidad, el compromiso de Litoral se mantiene fielmente unido a aquel que la hizo única en la época de su creación: aquella transdisciplinariedad que no ponía límites a la creatividad de los artistas que en ella participaban; dedicándose actualmente homenajes a autores, pintores o músicos (siendo la música en esta última etapa fundamental para el desarrollo de la publicación). Su larga trayectoria, siempre comprometida y vanguardista, han logrado que la revista cuente con varios premios, así como un espacio de exposición permanente en el Museo de Málaga, donde se la representa como una parte fundamental del desarrollo de las artes visuales. 

 

Por María Fernández Pérez, Manuel Gago Rodríguez, Inés Pérez Teresa y Ana Zamora Selva
Grado de Historia del Arte UCM, Tercer Curso, abril 2022

 

Bibliografía

AMADO, J. M. (coord.), Litoral 1926, Madrid, Fundación José Ramón Areces, 2005. 

“Historia” en Ediciones Litoral [en línea] https://edicioneslitoral.com/historia/?v=04c19fa1e772 (consulta: 6/04/2022). 

 

Otros enlaces de interés

  • Digitalización de los ejemplares 61-63 (1976), dedicados a la “Poesía desde la cárcel”, que los editores realizaron como parte del movimiento que pedía la amnistía para todos aquellos encarcelados durante la dictadura. Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, MCU.
  • Margarita Xirgu recitando el “Prendimiento de Antoñito el Camborio”, poema perteneciente al Romancero Gitano de Lorca (1933). Biblioteca Nacional de España.
  • Rafael Alberti recitando “Cantares” de Manuel Machado y “Joselito en su gloria”, de su propia autoría (¿1930?). Este documento sonoro resulta muy especial por la particular forma de lectura del propio Alberti, algo que pocas veces llegó a quedar registrado en un audio o vídeo. Biblioteca Nacional de España.
  • Página web de la Fundación Gerardo Diego, dentro de la cual existen distintos apartados donde poder profundizar en su biografía y obra además de contar con un interesante álbum de fotos. http://www.fundaciongerardodiego.com/ 
  • Si se desea profundizar en la faceta pictórica de José Moreno Villa, resulta bastante recomdable el link de la exposición que se le dedicó en 2021 dentro de la REDITINER.