Grupos de investigación

La exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos

 

Portada de ABC Madrid, 29 de mayo de 1925.

 

 

ARTE. Revista de la Sociedad de Artistas Ibéricos  


 

La Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos de 1925 supuso un cambio en la percepción del arte moderno por parte de la sociedad española de la época. Celebrada en el Palacio de Exposiciones de El Retiro (Madrid), en ella participaron un gran número de artistas de diferentes generaciones y procedencias, y en total se reunieron 500 obras de estilos diversos, cuyo punto en común radicaba en la plasticidad. El propósito consistía en dar a conocer el nuevo panorama artístico español y posicionarse dentro de él internacionalmente. Para el cumplimiento de dicho objetivo fue de gran importancia la labor de los críticos de arte, por la difusión, ya sea positiva o negativamente, a través de diferentes medios y revistas.

 

La Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos (SAI) de 1925, inaugurada el 28 de mayo en el Palacio de Exposiciones de El Retiro de Madrid, fue un acontecimiento crucial para el impulso de un cambio en la comprensión del arte por parte de la sociedad española de la época. No solo consiguió presentar el arte de vanguardia a un público que, por falta de conocimiento o posibilidades, rechazaba la innovación, sino que logró la inserción de la ciudad de Madrid en el panorama artístico internacional. De este modo, esta exposición se convirtió en uno de los referentes inmediatos y punto de partida de lo que sucedería artísticamente es España, tanto en el corto como en el largo plazo.

 

Desde un primer momento, la SAI quiso contar con el apoyo del Estado, bajo la dictadora de Miguel Primo de Rivera (1923-1931). Este contribuyó con la cesión del espacio de exhibición -el Palacio de Exposiciones de El Retiro-, en un intento de disfrazar la situación cultural y queriendo mostrar una libertad que poco tenía que ver con la realidad. Considerada como la primera muestra de consolidación del arte español moderno que se realizaba en el país, la SAI contó con una gran diversidad de artistas y estilos. Los integrantes de la exposición, ordenados alfabéticamente, fueron Adsuara, Arranz, Arrúe, Arteta, Bagaría, Barradas, Barral, Berdejo Elipe, Bikandi, Bores, Norah Borges, Capuz, Javier Cortés, Dalí, Valentín Dueñas, Juan de Echevarría, Fernández Balbuena, Fernando, Ángel Ferrant, José Frau, García Maroto, García Ascot, Guezala, (Francisco Gutiérrez) Cossío, José Gutiérrez Solana, Victorio Macho, Moreno Villa, Irene Narezo, Palencia, Peinado, Pelegrín, Pérez Orúe, Pitxot, Nicanor Piñole, Planes, Sáenz de Tejada, Alberto Sánchez, Mariano Sancho, Francisco Santa Cruz, Tellaeche, Quintín de Torre, Ucelay, Aida Uribe, Urrutia, Pablo Zelaya y Ramón Zubiaurre.[1] Algunos, como Alberto Sánchez, Dalí, Ferrant o Palencia, se presentaron por vez primera en este evento, que integraba artistas de todas las generaciones y provincias españolas.

 

Por un lado, al no tratarse de una sociedad definida por un estilo en concreto, numerosas corrientes se concentraron en el evento, desde obras de Palencia y Pelegrín, que remiten al cubismo, pasando por el realismo de Valentín Zubiaurre y Aurelio Arteta, hasta la influencia de Picasso y Juan Gris en la obra de Moreno Villa. Sin embargo, cabe destacar cierta predilección hacia la figuración por parte de sus integrantes y a la exaltación de valores estrictamente plásticos de la pintura. Según el crítico y escritor Manuel Abril,

Se trataba de reunir 500 obras enlazadas por el engarce común de un criterio estético, criterio que consiste en esto: el fin intrínsecamente plástico de cada producción como norma primordial, por no decir exclusiva. Nada de cuadros de asunto, nada de supeditar la plasticidad a sugestiones de sentimentalidad, de simbolismo o de tesis. Ni anécdota, ni narración, ni alusiones mediatas de orden sensacional o discursivo... El punto de partida en nosotros y, por lo tanto, el fundamento común a toda la Exposición, reside en el hecho de que ninguna de las obras expuestas trata de alejar la atención, por medio de su asunto, de sus alusiones ideológicas, del centro de interés que en toda obra debe asumir la forma.[2]

 

Por otro lado, de manera paralela a la exposición, diferentes críticos de arte participaron en su difusión a través de reseñas y artículos numerosas revistas, como Revista de Occidente, Alfar, el periódico Heraldo de Madrid o la propia Revista de la Sociedad de Artistas Ibéricos. La exposición incluso llegó a darse a conocer internacionalmente gracias a un artículo de Julio Álvarez del Vayo publicado en uno de los periódicos más importantes de Argentina.[3] Entre esta veintena de críticos se encontraban Manuel Abril, Gabriel García Maroto, Guillermo de la Torre y Juan de la Encina. Mediante elogios y buenas críticas consiguieron modernizar las artes de nuestro país, posicionándose a favor de arte renovador y poniendo encima de la mesa la existencia de una nueva propuesta artística que era desconocida para la mayor parte de la sociedad española. Incluso los críticos que fueron más severos con la exposición contribuyeron a la difusión de este “nuevo arte” en revistas como Buen Humor o Nuevo Mundo. Cabe destacar, por lo tanto, el importante papel que desempeñaron los críticos de arte en la proyección de la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos de 1925, y por consiguiente, del arte de las vanguardias.  

 

Notas

[1] Pérez Segura, Javier. (2003). “La Sociedad de Artistas Ibéricos antes de la República: la Exposición de 1925”. En Arte moderno, Vanguardia y Estado: la Sociedad de Artistas Ibéricos y la República (1931-1936), Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, pp. 50.

[2] Alfar, La Coruña, núm. 51, julio 1925. Citado en: Pérez Segura, Javier. (2003).La Sociedad De Artistas Ibéricos (1920-1936). Tesis de Doctorado, Universidad Complutense de Madrid, p. 99.

[3] Pérez Segura, Javier. (2003). La Sociedad De Artistas Ibéricos (1920-1936). Tesis de Doctorado, Universidad Complutense de Madrid, p. 231.

 

Palabras clave: Exposición de la SAI de 1925, Sociedad de Artistas Ibéricos, Arte de vanguardia en España, Palacio de Exposiciones de El Retiro, Manuel Abril

 

Blanca Orive Badías. Grado en Historia del Arte, 3er curso, 2021-2022