Benerice Abbott, Empire State Building, 1931
Cartela
La fotógrafa americana Berenice Abbott viaja a París en 1921; de la mano de Man Ray, conoce a Eugène Atget, referente de la fotografía documental de la capital francesa en el cambio de siglo. En 1929 regresa a Nueva York; su trabajo se centra en captar la transformación de la metrópoli en una ciudad moderna, ejemplificada en la construcción de rascacielos, como el Empire State Building. Esta fotografía forma parte de su serie publicada como libro con el título Changing New York (1939), en la que estudia el desarrollo y aparición de la ciudad moderna.
El innovador punto de vista en contrapicado y encuadre que elige Abbott le permite dirigir la mirada del espectador, además de monumentalizar el edificio y remarcar el imponente volumen de la construcción, totalmente aislada de su entorno. Retratado así, el rascacielos empequeñece al espectador. Estos recursos de composición y encuadre utilizados la emparentan con los nuevos lenguajes fotográficos desarrollados contemporáneamente en Europa.
Eugenio Nicolás Gómez Sánchez
Texto web
El ángulo contrapicado con el que Abbott decide fotografiar este emblema de la monumentalidad americana, un edificio que parece perderse en las alturas y que transforma el horizonte de la ciudad, denota la mezcla de visión artística y documental dentro de un estilo innovador para la época. El rascacielos, símbolo por excelencia de la metrópolis en el siglo XX, es uno de los protagonistas de la serie Changing New York (1939) que realizó tras su vuelta de París, diez años antes. Asombrada por el rápido desarrollo de la ciudad, decidió fotografiarla como parte del Federal Art Project (FAP), un programa gubernamental de la World Progress Administration (WPA) que financiaba proyectos artísticos que ayudasen a recuperar el entusiasmo de los americanos tras la Gran Depresión.
El Empire State Building da cuenta de la modernización urbanística de la ciudad de Nueva York, como también edificio Chrysler (1930) y Rockefeller Center (1939). Estos rascacielos conviven con las antiguas tiendas de barrio construidas el siglo anterior, evidenciando los grandes contrastes de una ciudad en constante transformación. Fueron estos cambios los que cautivaron a Abbott: el Nueva York del pasado y del futuro, del cielo y del suelo, de la riqueza y de la miseria.
Durante su estancia en París, iniciada en 1921, Abbott conoció el trabajo de fotógrafos como Eugène Atget (1857-1927) y del americano Man Ray (1890-1976), para quienes trabajó como ayudante; entonces retrata a personas y la ciudad. La fotógrafa estadounidense se movía por los círculos vanguardistas de la época y estas influencias se reflejan en su forma de mostrar lo extraordinario dentro de la cotidianidad. También se vio influenciada por los encuadres utilizados por el artista ruso Aleksandr Rodchenko para representar a los nuevos héroes: un modo de ver basado en composiciones y planos innovadores, aunque en la mirada de Abbot pasa también por el tamiz del surrealismo.
En Changing New York Abbott reúne fotografías que, sin incluir a personas, presentan una sociedad viva, cambiante, una especie de biografía documental de un proceso colectivo de modernización sin perder el componente poético. Su influencia se proyecta durante las siguientes décadas, como se advierte en movimientos tales New Topographics, en la década de los setenta, el cual utilizaba la fotografía como un espacio de lectura sociológica.
Sofía López Tauste
Ficha
Berenice Abbott retrata en esta fotografía la imponente presencia arquitectónica del Empire State Building, que se erige en protagonista de los emblemáticos rascacielos de la ciudad de Nueva York. La fotografía fue publicada en el fotolibro Changing New York (1939).
El encuadre en diagonal y el uso del contrapicado enfatizan la monumentalidad del edificio, así como su estructura metálica y el contraste entre luces y sombras, reflejando de esta manera la esencia de la arquitectura moderna. La técnica de impresión en gelatina de plata, con su oferta de amplia gama de grises y su notable nitidez, refuerza el dinamismo y la profundidad de la composición.
Finalizado en mayo de 1931, el Empire State Building se convierte inmediatamente en un símbolo del auge arquitectónico y económico que experimentaba la gran ciudad durante el período de entreguerras. La obra de Abbott se enmarca en el contexto de la Gran Depresión y refleja la sociedad neoyorquina del momento, a la que ella había regresado en 1929 tras haber residido ya durante su juventud en el barrio de Greenwich Village de Nueva York, desde un punto de vista moderno y arqueológico a la vez.
Abbott viaja a París en 1921 con el propósito de estudiar escultura; de la mano de Man Ray, quien le anima a adentrarse en el mundo de la fotografía. Previamente a su regreso a la capital americana Abbott reside en París desde 1921 con el fin de estudiar escultura. Allí trabaja como secretaria de Man Ray, quien le anima a adentrarse en el mundo de la fotografía. Durante este período recibe influencias de la vanguardia artística europea y descubre la obra de Eugène Atget, cuyo enfoque documental sobre el viejo París ejerce una profunda influencia en su visión fotográfica, al aplicar un tratamiento similar en las imágenes que componen Changing New York.
De vuelta a Nueva York, en 1929, encuentra un paisaje en el que viejos edificios realizados en piedra coexisten con los rascacielos de acero y vidrio que simbolizan la modernidad. Fascinada por esta acelerada transformación, inicia su serie fotográfica, que toma forma en un libro. El desarrollo de este proyecto es posible gracias al Federal Art Project, perteneciente al Work Progress Administration, una iniciativa gubernamental de las políticas del New Deal que proporciona apoyo económico a numerosos artistas durante el contexto de la Gran Depresión.
El libro reúne una selección de 97 fotografías de un total de 305 e incluye un prólogo escrito por Elizabeth McCausland, que aporta a la serie una lectura más allá de la simple documentación. En él reflexiona sobre el impacto de la modernidad en el entorno urbano y en sus habitantes, además de señalar la importancia del trabajo fotográfico como testimonio del crecimiento de la ciudad.
El proyecto se desarrolla a lo largo de la década de 1930, de manera que la lente captura la transformación en el tiempo, de ahí su carácter documental. A pesar de que la serie se realiza desde la perspectiva personal de la artista, se advierte una intencionalidad que trasciende lo individual con el fin de retratar la memoria colectiva de la Nueva York cambiante.
La autora presenta fotografías del urbanismo únicamente con la presencia humana de quien encuadra la imagen. Nueva York presentada como ciudad en constante mutación, una urbe cuya identidad ha sido construida a través de la superposición de diferentes tiempos sociales y arquitectónicos.
En el caso de Empire State Building, el rascacielos se individualiza y se muestra como un elemento que debe ser contemplado debido a que emerge como una presencia irreal, a través de su estructura perfilada contra el cielo, que oculta su base dado el ángulo de visión elegido. Berenice Abbott captura con su lente toda la complejidad presente en el urbanismo, así como su impacto visual. Destaca la presencia de una mirada surrealista en la que la ciudad genera desconcierto debido a sus procesos de transformación.
La serie se sitúa en diversos espacios discursivos y entre su función documental y su dimensión artística. Por un lado, se expone en instituciones culturales de gran renombre y que juegan un papel crucial en su reconocimiento, como el Museo de la Ciudad de Nueva York (MCNY) o el MoMA. Por otro lado, circula en el ámbito propagandístico debido al uso de sus imágenes para ilustrar artículos sobre la ciudad. Finalmente, las fotografías adquieren estatus de documento histórico debido al valor testimonial que presentan como imágenes de una época marcada por el cambio.
Berenice Abbott logra en Changing New York un equilibrio entre la objetividad necesaria para documentar la modernidad y la realización de la misma desde su propia mirada autoral. En esta combinación radica la solidez de su lenguaje visual característico y su contribución fundamental a la historia de la fotografía.
Berenice Abbott. Madrid: Fundación Mapfre, 2019.
Campelo Tenoira, Mariola. “Lucia Moholy y Berenice Abbott: fotografía de arquitectura”, De Arte, no. 11 (2012): 243-262.
Periáñez Llorente, Luis. “La fotógrafa como productora. Técnica y dialéctica en Changing New York de Berenice Abbott y Elizabeth McCausland”. Escritura e Imagen, no. 19 (2023): 57-78.
Marta Gadea Sevilla Sánchez