Proyectos de Investigación

El Madrid de pandemia: El caso concreto de la zona de salud Doctor Trueta en Alcorcón

por Lidia Rica Ropero

 

Esta entrevista del Madrid tras la pandemia (más bien “durante la pandemia”) ha tenido como objetivo conocer el cambio de un barrio específico, en este caso la zona de salud de Alcorcón de Doctor Trueta. En este caso, la persona entrevistada ha sido Mª Mercedes Ropero Cisneros, mi madre, una mujer de 53 años que actualmente no está trabajando. Suele trabajar acreditando a la gente de prensa en Ifema pero, como convirtieron el lugar en un hospital adicional para poder tratar a los pacientes de coronavirus y de este modo descongestionar los hospitales, lleva desde febrero aproximadamente sin trabajar. Le ofrecieron ir a trabajar mientras era un hospital para acreditar a los médicos, pero finalmente esta propuesta no salió adelante. He elegido a mi madre porque, al estar durante este tiempo y aún todavía en paro, me permitía conocer mejor cómo ha cambiado nuestro barrio concreto durante la pandemia.

 

¿Cómo has vivido los meses más duros de la pandemia en casa, más o menos entre marzo y mayo? Y, teniendo en cuenta que en esos meses salíamos a aplaudir a los sanitarios, ¿cómo ha sido la relación con los vecinos en ese aspecto?

Bueno, a ver, cuando nos dijeron el día 14, que, por cierto, para aquella fecha ya veíamos las noticias a diario, veíamos todas las comparecencias del gobierno, de Fernando Simón y demás, tampoco me pilló así de sorpresa por lo que estábamos viendo, porque las cifras iban subiendo.

Yo previamente, en febrero, ya había estado… porque yo trabajo en Ifema haciendo acreditaciones a gente de prensa, entonces los que venían ya de otros países... venía gente de Italia, gente de China, que ya nos iban informando de que esto iba a ser muy gordo, de que no sabíamos lo que nos venía. Veíamos lo de las mascarillas como algo surrealista. Entonces, cuando llegó marzo y nos confinaron, fueron sentimientos contradictorios. Por un lado, lo que ya digo, yo ya me lo esperaba, de hecho incluso me quedé más tranquila. Y por otro lado, al ser un cambio tan brusco en nuestras vidas, sí que hubo momentos en que a pesar de yo ser una persona bastante casera y llevar bien el estar siempre en casa, el hecho de no poder salir a la calle cuando yo quisiera, a lo que yo quisiera y cuando yo quisiera… hubo momentos puntuales que sí que me sentí agobiada e incluso las lágrimas pues llegaron, sobre todo con lo que tú dices, cuando la primera vez que salimos a aplaudir a las ocho de la tarde, claro, era una novedad para todos los vecinos. Por un lado, era un sentimiento de corte porque nosotros vivimos en una calle muy estrecha y los vecinos de en frente pues es que nos ven perfectamente, y daba un poquito de vergüenza y a la vez era una sensación de emoción, y ahí sí, sí se me escaparon las lágrimas. Luego, el ser humano a todo se acostumbra. Salíamos todas las tardes a las ocho, empezamos a ver vecinos que a pesar de que estaban tan cerca tampoco era muy consciente de cómo eran y cómo vivían ni nada porque yo siempre he ido un poco a lo que hay en mi casa, en mi escalera, y poco más.

¿La relación con los vecinos? Bueno, pues con los vecinos de al lado, bien, en mi calle hay mucha gente que es extranjera, entonces la relación con ellos pues tampoco ha ido mucho más allá, de hecho, yo creo que sigue exactamente igual, les conoces un poco más la cara y ya está. Y sí que te une que, a pesar de no tener relación estrecha con ellos; el hecho de aplaudir todos juntos pues como que te une, como diciendo “eres mi vecino y estás aplaudiendo conmigo y te doy las gracias también por ello”. Y bueno, pues fue un cambio gordo, al final te terminas medio acostumbrando entre comillas, pero de aquella manera. Hay veces que he llegado a levantarme con la sensación de decir “esto es un sueño, quiero despertar de esto, esto es una realidad rara, no quiero estar aquí”. Pero bueno, normalmente soy una persona bastante positiva y pienso que esto va a terminar pasando.

Vale, la siguiente pregunta es: Cuando confinaron nuestra zona de salud, concretamente Doctor Trueta, ¿cómo te sentiste?

Por un lado, me sentí aliviada, porque a ver, cuando empezamos a bajar a pasear cuando ya nos levantaron un poquito el estado de alarma, en vez de preocuparme de dar el paseo y ya está, y disfrutar un poco de tomar el aire y eso, me iba fijando demasiado en cómo va la gente por la calle y, de hecho, a día de hoy, lo sigo haciendo a pesar de haber pasado ya muchos meses. El hecho de ver tanta gente con las mascarillas, que las llevan como les da la gana, que te les quedas mirando y les da igual, gente que habla por teléfono porque se piensa que su mascarilla es tan gorda que ni siquiera se les puede escuchar y se la tienen que bajar para hablar por teléfono, gente que directamente la lleva en la mano… Entonces, cuando dijeron la noticia de que nuestra zona estaba confinada, casi que me alivié, digo “a ver si ya se dan cuenta de que las cosas no se hacen así”, que hemos llegado a este punto por culpa del ser humano. O sea, yo no culpo a ningún gobierno, sea de uno sea de otro, yo pienso que el ser humano es muy ruin, es muy egoísta, y si llegamos a tener nuestra zona confinada y otras tantas de Madrid, fue porque tenemos lo que nos merecemos.

¿Han cerrado muchos pequeños comercios en tu barrio?

Sí, continuamente. A ver, antes de la pandemia ya se cerraban por lo que todos sabemos, hay mucho centro comercial, la gente tira mucho de coche, lo tiene todo junto, no pasa frío… entonces... ahí se tira mucho de tienda grande. Y ahora, con el tema de los ERTES y demás, sí que estoy viendo, mi barrio es un barrio antiguo del centro de Alcorcón, hay mucha tienda de barrio que lleva muchos años y han tenido que cerrar, sobre todo bares, tiendas de ropa… O sea, productos no esenciales, porque las tiendas de alimentación van tirando, el mercado va tirando, las farmacias, vamos, sin problema ninguno, esos no tienen problema, las panaderías y todo eso funciona exactamente igual. Pero hay otro tipo de tiendas que no son productos tan esenciales que sí que he notado yo que mi barrio está cerrando y veremos de cara a la Navidad cómo está el barrio, porque me parece a mí que va a ir a peor.