Proyectos de Investigación

Madrid, un gran mar de hormigón

por Edurne Beunza Urtasun

 

Óscar Pérez Ruíz es un estudiante de 25 años que reside en el barrio Puerta del Ángel, ubicado al Sur de la ciudad de Madrid. Con él hablamos de su experiencia durante el confinamiento de la primera ola del Covid-19, marcada por la ansiedad, el miedo al contagio y la incertidumbre. De igual forma, nos explicará la visión tan particular que tiene de la ciudad de Madrid, ya que la describe como “un gran mar de hormigón”. Finalmente, hablamos de los cambios que se han producido en la forma en la que vive sus relaciones sociales y cómo ve el futuro de la ciudad.

 

Con la llegada de la pandemia, ¿Cómo fue tu experiencia de confinamiento?

Bueno, la verdad es que mi experiencia de confinamiento fue bastante mala. Yo vivo en un barrio del Sur de Madrid, donde las casas no están en absoluto preparadas para estar encerrado aquí dentro. Además, yo tuve la mala suerte de tener arriba unos vecinos que no eran nada respetuosos con la situación, y la verdad es que tuve bastante ansiedad y lo pasé bastante mal, se me hizo muy largo. Obviamente, la cuestión del virus también como que creaba una angustia y una ansiedad extra a todo esto. Y bueno, la síntesis digamos sería una muy mala experiencia, desde luego, no me gustaría tener que repetirla.

 

¿Cómo has experimentado la ciudad de Madrid en los últimos meses?

Pues te diría que no la he experimentado. Me agobia mucho Madrid, ya hace tiempo que es una ciudad que me supera. Pero ahora con la pandemia es como si todos los elementos negativos de la ciudad se multiplicaran por diez mil. Digamos que he normalizado salir a la calle y sentir ansiedad sin ningún motivo, simplemente por el hecho de estar en la calle. Me muevo muchísimo menos por la ciudad, los trayectos que hago además suelen ser, o sea no hay novedad ninguna, no voy a ningún sitio nuevo o no voy a ver una parte nueva de la ciudad ni nada parecido. Siempre son los mismos trayectos, tratando de moverme lo menos posible. También por falta de ganas y por apatía la verdad. Y bueno, diría eso sí, que mi relación con la ciudad se ha reducido a su mínima expresión, tanto por una cuestión de protegerme, proteger a mi gente, como por una cuestión de desgana y de desinterés en general. También de pensar que esta situación, probablemente de haberla vivido en una ciudad más pequeña que Madrid, o en un ambiente rural, pues bueno, yo tiendo a pensar que habría sido un poco mejor. No digo mejor, porque no es una situación agradable, pero creo que vivir aquí en Madrid dificulta bastante las cosas.

 

¿Ha cambiado la forma en la que desarrollabas tu vida social?

La verdad que un montón, para que te hagas una idea, yo antes del confinamiento, pues no he sido una persona de salir a discotecas o de estar toda la noche por ahí de fiesta. Pero viernes y sábado siempre hacía planes por la tarde, por la noche. Iba muy a menudo a conciertos, quedaba con amigas para ir a tomar una cerveza, para estar en un parquecito cuando hacía buen tiempo, y todo eso ya es impensable, forma parte de un pasado casi mítico. Ahora mismo llevo cuatro semanas sin ver a nadie, este finde semana me he saltado las restricciones para ver a mi pareja porque ya no aguantaba más. Pero llevo cuatro semanas sin ver a nadie y claro eso afecta mucho, porque cuando piensas que, yo personalmente tengo cuatro personas así en el entorno más inmediato, que podría decir son mis mejores amigas o el círculo más de confianza, yo a ellas las veía todas las semanas, sino un día dos o tres incluso. Ahora mismo, pues eso, no nos vemos, entonces hay un enfriamiento de las relaciones, porque por mucha llamada telefónica que haya hay un enfriamiento de las relaciones. A mí me surge pereza a la hora de retomar las relaciones. Por ejemplo, esto pasó después del confinamiento, cuando se podía volver a quedar y tal, no me apetecía quedar con la gente, incluso cuando quedaba estaba un poco incómodo, estaba pensando “a ver si se pasa rápido el tiempo y digo que me voy para casa, porque la verdad que no estoy nada bien aquí”. Entonces ha cambiado radicalmente, diría que, para peor, se ha reducido muchísimo, a la mínima expresión. Ahora mismo mis espacios de socialización son la casa de algún amigo a la que he ido un par de veces desde que salimos del primer confinamiento y los parques, donde más he quedado con la gente y donde más he hecho vida social.

 

Por último ¿Crees que en un futuro va a cambiar la situación y la forma en la que haces uso del barrio y de la ciudad?

Supongo que todo esto en algún momento pasará, se acabará y se podrá volver más o menos a la normalidad que conocíamos. Pero personalmente, si te soy sincero, para mi toda esta situación no ha hecho más que reforzar muchísimo mis ganas de salir de la ciudad y de dejar Madrid un poco atrás. Supongo que en algún momento la cosa cambiará y se podrá hacer la vida de antes y poder salir a tomar una cerveza y quedar con la gente que sea. Pero también creo que, no sé si a mí me pasará, pero creo que habrá gente a la que le cueste mucho volver a esa normalidad. Y esta es la mierda de este tema, que no es una cosa que se vaya de la noche a la mañana, por mucho que creamos que la vacuna ya lo soluciona todo. Pero cuando saquen la vacuna seguirá habiendo virus y realmente no va a desaparecer. Para mi ese cambio, supongo que se dará, es un poco inevitable, ya que las restricciones de movilidad provocan situaciones un tanto artificiales y que si la gente pudiera decidir no elegiría esta situación o esta forma de enfrentarte a las cosas. Pero para mí personalmente, es eso, todo esto me ha hecho reforzarme en mi pensamiento de que Madrid es un gran mar de hormigón y que cuanto más lejos este de aquí se vive más tranquilo y con mejor calidad de vida.