Proyectos de Investigación

Lo que menos tienen son siempre los que más dan

por Juan Manuel García Heras

 

La entrevista se realizó en la calle de Cordel Pavones, que comunica directamente con el Bulevar de Indalecio Prieto, que conecta el casco histórico de Vicálvaro con Valdebernardo. La hora de la misma fue sobre las 11:45 del día 24 de noviembre del año 2020. El entrevistador fue Juan Manuel García Heras que entrevistaba a Marcos Rouces Castro. Este mismo tiene 21 años, los mismos que el entrevistador, y actualmente es universitario, con proyección de incorporarse al mercado laboral. Elegí a esta persona porque puede representar perfectamente la vida de un universitario madrileño en tiempos de la pandemia del Covid-19, aparte de que refleja a ese sector social de la población madrileña que ha colaborado y ayudado a lo largo de estos meses a las personas con menos recursos.

Elegí este lugar porque es un barrio de gente humilde y con un nivel económico medio, y que, lamentablemente, refleja los aspectos más duros y extremos que ha dejado la pandemia del Covid-19. También mi intención es dar relevancia y voz a todos estos colectivos que han ayudado a las personas más necesitadas, ya que, gracias a ellos mucha gente ha podido salir adelante en estos momentos extremos. Como bien dice mi entrevistado, “los que menos tienen son siempre los que más dan”.

 

Y tú crees, por ejemplo, que lo que me has comentado de que las terrazas estén llenas y eso tú lo ves bien o que la pandemia no haya producido un cambio, viendo cómo están las cifras de contagios y eso, ¿tú crees que las terrazas estén llenas, que no haya cambiado nada, crees que está bien o que las terrazas deberían estar con un aforo muchísimo más limitado y según qué comercios abrir y otros cerrar?

Bueno, es una espada de dos filos. Tenemos por un lado las medidas de prevención, que es cierto que nos llaman a restringir nuestros contactos sociales porque al final la gran mayoría de los contagios se producen, por ejemplo, en quedadas entre amigos o familiares no convivientes, las cuales se pasa mucho tiempo en sitios cerrados sin la mascarilla, y ahí se producen muchos más contagios que en el metro o en cualquier otro sitio donde cada persona va con su mascarilla. Sin embargo, por otro lado, también es verdad que los comercios, los bares, en general, todos los negocios autónomos dependen exclusivamente del ciudadano porque apenas se les está dando ayudas, entonces es verdad que, si bien, por un lado, es peligroso que haya mucha gente en las terrazas, por otro lado, esto permite sobrevivir a todo el mundo que vive de la hostelería. Creo que, si se mantienen las distancias y los aforos correctos en las terrazas, esto se puede llevar a cabo de manera correcta sin que haya un aumento significativo del número de contagios.

Perfecto. Y todos estos cambios, que me has comentado, ¿tú crees que van a seguir o en algún momento, con la llegada de la vacuna o algo cambiarán…?

Yo creo que principalmente hemos cogido, y sobre todo las personas más mayores de nuestra sociedad, un miedo que no va a eliminar la vacuna ni promesas políticas ni nada por el estilo, entonces esto a larga, como todas las cosas, se irá suavizando, hasta que terminemos por olvidar la pandemia. Pero es evidente que de aquí a unos pocos años, en corto y medio plazo, seguiremos manteniendo las distancias, seguirá habiendo muchísima gente con mascarilla y seguirá habiendo mucho miedo, mucha preocupación, por sitios con mucha gente o por aglomeraciones.

¿Cómo te imaginas Madrid después de la pandemia…?, ¿Tienes algún deseo, alguna expectativa de que cambie algo a bien, o seguíamos igual?

Creo que el espíritu de los madrileños es encomiable y es de envidiar, creo que los madrileños nos hemos mantenido fuertes durante la pandemia, y creo que, aunque quizás el virus haya sacado lo peor de nosotros en temas de convivencia, como ciudad seguiremos siendo un ejemplo y un referente en España y en Europa, y que dentro de pocos meses o dentro de pocos años tendremos una vida plena, alegre y que habremos aprendido de nuestros errores.

Muy bien, muy bien. Y bueno, yo como sé de tu faceta como colaborador con Cáritas ¿no?, ¿durante cuántos meses estuviste colaborando?

Estuve tres meses.

Tres meses… ¿y cuáles eran tus funciones más o menos?

Bueno, pues yo nunca había colaborado con Cáritas, aunque sabía de su presencia y de su labor en el barrio desde la parroquia, y es a raíz de la pandemia cuando se piden manos jóvenes para ayudar tanto con el contacto con personas que provienen de fuera, porque no las pueden recibir las personas mayores, como para luego en los momentos de reparto. Comienzo a colaborar con Cáritas en una campaña que realiza Despensa solidaria de Vicálvaro, junto con diferentes almacenes de Vicálvaro, con parroquias de Vicálvaro, con Cáritas, etc., en una campaña de recogida de comida y recogimos muchísimos kilos de alimentos de primera necesidad, de imperecederos y de productos de higiene durante muchos meses. Y luego en septiembre y en octubre cuando volví a colaborar con Cáritas otros dos meses, aparte de los tres anteriores, en los cuales realizamos el reparto a la manera usual. Creo que es un servicio necesario que se le da al barrio y creo que al final es nuestro deber y es lo que haría cualquier persona, pero vamos, agradezco sobre todo la oportunidad que se me ha dado, vamos estoy agradecido por poder servir.

Perfecto. Y ya que te dedicas a ayudar a otras personas que no tienen los medios necesarios y demás, ¿tú has visto que durante estos meses habéis recibido muchísima más gente o habéis recibido otro tipo de personas que pensabais que, por su nivel económico, no iban a necesitar la ayuda, y que la extrema situación de la pandemia les ha empujado a…?

Pues…sí, sí, hemos visto muchas cosas. Mira, nosotros empezamos a poner carteles por el barrio y lo decíamos también en todos los actos que se hacían en la parroquia, pues en las misas, en las reuniones, etc., y es muchísima gente la que se ha acercado a llevar alimentos y te diré una cosa que parece curiosa y es que, al final, los que menos tienen son siempre los que más dan, y hay mucha gente que a lo mejor hace unos pocos años estaba yendo a Cáritas por necesidad y que cuando realmente aprietan las condiciones y saben que hay gente que está peor que ellos, incluso ellos mismos son los que van a Cáritas, y se ha demostrado este año, a dar ellos alimentos, así que hemos recibido un montón de ayuda de gente de todo el barrio, también económica hay mucha gente que ha dejado ayuda, y de todos los estratos que te puedas imaginar.

Y bueno, otra vez profundizando un poco más en el tema tuyo de Cáritas de colaboración y demás, ¿cuál era más o menos el horario, la planificación que llevabais cada día, en qué consistía?

Pues mira, nosotros teníamos turnos de mañana y de tarde, dos días a la semana. Y entonces, básicamente, lo que hacíamos era recibir a la gente. Tenemos un almacén abajo en la parroquia con una capacidad además bastante grande. Lo que hacíamos era poner una mesa fuera, que además nos hizo una chica unos carteles de bienvenida, e íbamos recibiendo a la gente, guardando…vigilando que se cumpliesen las distancias de seguridad. Entonces, lo que se hace en Cáritas son recibir los paquetes que dona la gente, que puede ser gente que va a la compra y te trae el carrito de la compra hecho, gente incluso…algunos trajeron bolsas que habían comprado por Amazon, que habían hecho la compra por Amazon y nos traían la bolsa, otras nos traían cosas de desayuno, cosas de comida, cosas de merienda, etc. Y básicamente, lo que hacíamos nosotros era recoger todas estas mercancías y organizarlas en el almacén por tipos de alimentos y por tipos de productos y vigilando también las fechas de caducidad. Y una vez que teníamos el almacén lleno, cada poco tiempo cogíamos un par de furgonetas y lo llevábamos a la Despensa Solidaria de Vicálvaro, que es la que estaba llevando esta iniciativa, y desde allí lo iban repartiendo. Cuando acabó la Despensa Solidaria de Vicálvaro es la propia parroquia la que ha continuado con el sistema anterior de dar a la gente que se acerca a pedir a Cáritas. Esta gente tiene que tener justificadas su necesidad económica de la ayuda de Cáritas, y eso está perfectamente controlado. Entonces las personas, una vez que firman lo que se van a llevar pues se les da el paquete correspondiente dependiendo de la gente que conviva en el hogar y así todos los días. Se lleva haciendo así toda la vida, y aunque a causa del coronavirus se ha necesitado hacer de manera especialmente intensiva, pues seguiremos así años y años para siempre, porque siempre va a haber gente necesitada en nuestra sociedad.