Proyectos de Investigación

Leganés entre el virus y el día a día

por Miguel Ángel Bengoechea García

 

Ainhoa Martín, de 23 años, es criminóloga, y actual estudiante de oposiciones del funcionariado de prisiones y empleada en Merkal Calzados (una cadena a nivel nacional de zapaterías). Ainhoa describe la situación de la pandemia desde una perspectiva característica. Ella es habitante de la ciudad perimetral y obrera de Leganés, una ciudad en la zona sur de Madrid y con uno de los mayores índices de contagiados y fallecidos del país, además de que fue una de las primeras ciudades y barrios españoles que empezaron a darse casos de contagios. Por otra parte, es digna la mención en el que Leganés, al igual que otros barrios de Madrid, ha sufrido de una serie de confinamientos perimetrales a raíz de las políticas llevadas a cabo desde octubre.

 

¿Cómo dirías que ha afectado el coronavirus a tu vida?

Bueno, pues en un principio cuando empezó todo, me lo tomé bien. Pero luego, cuando fueron pasando los días, y como iba el gobierno 15 días, 15 días, 15 días… Pues al final a la segunda quincena ya un poco agobiada. Porque, además, como yo estudio, empecé a estudiar todos los días y mi rutina habitual era estudiar durante la semana y trabajar el fin de semana. Entonces, al estudiar todos los días durante más o menos un mes, acabé pues muy cansada, siempre estando en casa y todo eso, pues ya muy agobiada.

¿Y el trabajo?... Bueno antes ¿Dónde trabajas y cómo fue cambiando?

Yo trabajo en Merkal Calzados, que es una zapatería en el Plaza Nueva de Leganés.

Pues a ver, yo estaba de vacaciones. Entonces ya, ese viernes, declararon el estado alarma el sábado por la noche. Pues ese viernes, la jefa del sector que entra mi tienda decidió que el viernes se salía… Cerramos nosotros a las 22 de la noche. Pues decidió que se cerraba a las 19. Para ver qué tal y el sábado que no fuera nadie, o sea que se cerraba y veíamos a ver qué pasa durante el fin de semana. Entonces ya se decretó el estado de alarma y lo que hicieron fue meternos a todos al ERTE. Lo cual, a mí y a mi compañera nos sorprendió, que a ella ya mí nos metieran al ERTE porque a mí solo me quedaban dos meses de contrato y a ella le quedaban 15 días. Pero aun así, la verdad que con la empresa muy bien porque nos metió en ERTE a todos. Y nada… Pues en el ERTE hasta 25 de mayo que fue cuando aquí, en Madrid, fue la fase 3 esta y ya dejaron abrir los centros comerciales y parques comerciales. Porque Plaza Nueva es un parque comercial. Y yo no empecé a trabajar, a mí no me sacaron del ERTE de los primeros. O sea, yo salí del ERTE una semana después. Empecé a trabajar como el 2 de junio o así, no me acuerdo exactamente. Y nada, antes de entrar a trabajar, el primer día que entro a trabajar lo que hicieron fue, darnos chalecos. Como unos chalecos para que la gente nos diferenciara. Porque antes lo que llevábamos eran como unas camisetas. Mascarillas, o sea, teníamos mascarillas de estas quirúrgicas. Y también teníamos guantes y una pantalla, pero era opcional menos la mascarilla. La pantalla y los guantes como quisiéramos, pero era como más protección para nosotros. Y yo, la verdad que la pantalla no la usé, porque como llevo gafas era muy incómodo todo el aparataje. Y nada todo el rato desinfectando, o sea, teníamos el gel para desinfectarnos las manos. Y luego, también tenemos como un gel antibacteriano que es para limpiar todo. Pues cada vez que alguien se sentaba en los bancos y tal. Y luego las cajas se desinfectan con una especie the flix, no sé cómo llamarlo, es que es como una especie de garrafa que tú le das y lo desinfectas. Luego, a parte, nos estuvieron como formando en el sentido de que a los clientes era obligatorio decirles que se echaran gel antes de entrar y luego, aparte, que se tenían que usar un plastiquito como calcetín, que a día de hoy lo seguimos haciendo igual. Porque claro cada vez que alguien se prueba un zapato sin el calcetín tenemos que guardarlo 48 horas, porque es por lo visto lo que tarda el virus en esa superficie en irse. Y los cambios y devoluciones, igual hay que guardarlas 48 horas, y bueno pues eso es un poco rollo la verdad, pero bueno hay que hacerlo…

Bajo lo que tú has vivido y lo que has estado trabajando la tendencia y la venta cómo ha ido evolucionando más o menos desde antes del confinamiento y después del desconfinamiento y ya está donde estamos ahora.

La verdad que a mí me resultó bastante curioso porque yo, la verdad que la tenía bastante miedo y bueno le sigo teniendo bastante miedo y lo respeto al virus entonces yo pensaba que cuando iba a empezar a trabajar, la gente iba a seguir como yo, que todos iban a tener miedo. Pero no, no, para nada. O sea, de hecho, el primer fin de semana que abrieron, como yo empecé una semana después de que abriera la tienda. Tuvieron que sacar a todos en la segunda semana de la gente que había. De la gente que iba a comprar. O sea, yo creo que la gente estaba tan agobiada de estar en casa, que salía a comprar. Antes de la cuarentena, hicimos una reunión en la tienda porque la cosa no estaba yendo del todo bien económicamente, y fue salir, salir de la cuarentena… Y de verdad que tuvimos como todo el mes de junio, fue super agobiante, con los que estábamos en la tienda, somos 9. A ver es una tienda grande, pero no muy, muy grande, no dábamos a basto. No dábamos a basto. Porque encima también las primeras semanas teníamos que acortar la tienda a la mitad por normativas. Y es que no había manera, porque la teníamos partida, y claro tenías que meterte para adentro para coger las cosas, salir, y bueno… Fue una locura. Luego dejamos la tienda abierta, pero con aforo. Yo, literalmente teníamos que tener a una persona, que me tocaba a mi u otra compañera contando gente, de la gente que entraba. Luego ya sí que, a mitad de julio, agosto, sí se arregló, pero fue una cosa… Luego, estos últimos fines de semana, como ha sido el Black Friday, la gente como loca. Ahora sique he notado, o al principio sí que notaba, el tema niños y asi no venían. Sí venía alguna madre con un niño que le decía “No toques esto y tal”. Como con más cuidado. Ahora ya no, dejan al niño que corra, ¿sabes?, toque todo, no les importa, y yo la verdad veo que en ese sentido nos hemos relajado.

Por ejemplo ¿Has tenido algún problema con alguna persona que no se pusiera una mascarilla, que no quisiera o cosas así?

Sí, sobre todo más ahora que al principio. Cuando salimos justo de la cuarentena, como que la gente estaba muy concienciada, claro hemos estado 3 meses encerrados, pues como para no concienciarse… Hemos visto imágenes en la tele muy duras. Pues ahora hay mucha gente que entra directamente con la mascarilla bajada, les dices que por favor se la suban y te miran mal, o te contestan o cosas así y no sé… Yo la verdad que no lo entiendo. O les dices que se eche… Bueno hay días que tienes que estar todo el rato, o sea el gel lo tenemos en la puerta, pues literalmente que entras por la puerta y te chocas con el gel, y la gente lo mira y pasa. O lo del calcetín de plástico, bueno eso ya es una locura, o sea lo del plástico… Yo no sé, hay veces que tengo que hasta discutir con la gente porque es que no se lo ponen, es que te miran, y te miran, y como tú le estas mirando, pues como los niños pequeños, se lo ponen, pero cuando te das la vuelta se lo quitan, y dices tu… “¡Pero bueno!, que te acabo de ver…” Y sí…

Pero una vez me acuerdo, una anécdota de una señora que le digo “Perdone, se tiene que poner la mascarilla”. Venía sin mascarilla, ni bajada ni nada, sin mascarilla y me dice “Ay, es que la tengo en el coche”, y le digo “Ya, pero tiene que venir con la mascarilla”, y me dice “Es que solo voy a entrar y no voy a tocar nada” y yo… “A ver, señora, que me da igual que no va a tocar nada, va a respirar ¿no?” Esto fue… En fin…

 

El imagenmuestra Leganés en pleno confinamiento (superior) y en postconfinamiento (inferior).