Proyectos de Investigación

La psicología no se para

por Álvaro Fernández Aguado

 

Esta entrevista fue realizada de manera telemática por Skype dado que entrevistador y entrevistada nos encontrábamos en comunidades autónomas diferentes y tuvo lugar el jueves 12 de noviembre del 2020. La conversación fue entre Álvaro Fernández Aguado a Yolanda Martín De La Fuente, de 55 años, de profesión psicólogo clínico a quien se eligió por entender interesante examinar en qué medida afectó a esta profesión el frenazo provocado por el COVID-19 y por querer entender cómo se alteró su rutina y cómo tuvo que reinventarse para poder continuar realizando su actividad laboral. Se trata de una persona autónoma cuyos sus ingresos provienen de la atención en su propia consulta y que se vio forzada a adaptarse a la situación  reinventándose.

En la entrevista nos habla de la zona de Diego de León, lugar de trabajo donde se sitúa la consulta de la entrevistada y el barrio de Ciudad Lineal-Arturo Soria, lugar de la residencia de la entrevistada.

 

¿El COVID ha cambiado, ha alterado tu vecindario?, ¿de qué manera?, ¿si se ha quedado igual? Y si en ese contexto, ¿te ha sorprendido algo de los cambios?

Vale... obviamente si, (duda), hay menos gente en la calle… la gente, se queda menos hablando entre ellos, se quedan con una distancia de seguridad, y… bueno, quizá se ven menos personas mayores en la calle… una cosa que estoy observando… que a lo mejor los vecinos que tienen más edad… no bajan, ¿no?, no bajan al jardín, por ejemplo ,o estas circunstancias… o, por ejemplo… la temporada de la piscina que ahora ha sido muy extraña porque mucha gente no se ha atrevido a bajar… había muchas medidas de seguridad, en general… la gente, percibo que tiene miedo, ¿vale? Y.. el miedo… tienen miedo un poco a los otros, que son las personas que pueden contagiarle, entonces eso… hace que se socialice menos.

Si. ¿Cómo te imaginas un Madrid post-COVID? ¿Tienes algún deseo o expectativa para esta etapa post coronavirus?, ¿qué esperas, un poco, más o menos…?

Vale, pues…  me parece que la ciudad va a sufrir mucho, me parece que el nivel económico va a sufrir mucho, que va a haber una crisis económica importante, que los negocios van a tardar mucho tiempo en recuperarse  y que muchos negocios no van a abrir y, entonces, me parece que va a haber… los índices de paro van a ser más altos y cuando hay… una época de crisis, todo se ve alterado, ¿no?, me parece que los jóvenes son las personas que más van a sufrir las consecuencias del COVID, porque son las personas que están en un momento en el que tienen que desarrollarse profesionalmente y creo que… van a ver un poco truncadas sus expectativas porque las empresas van a estar en un momento en el que van a estar pensando poco en la contratación. Bueno, tengo esperanzas e ilusiones de que… la ciudad de Madrid es una ciudad muy vital, que… tiene como mucha capacidad de regenerarse, la gente suele ser… es muy dinámica, porque el que aguanta vivir en una ciudad tan exigente es porque es así y… no sé si es un deseo basado en conocimiento o una esperanza… espero que después… mejoren las cosas.

[…]

Vale… y por último, a nivel personal, psicológico, pues ¿Cómo te ha afectado?, ¿Cómo te ha afectado a nivel mental esta situación, el confinamiento de abril, marzo, junio…?

Ya… pues… a ver, el confinamiento de la pandemia fue muy impactante, muy impactante, estaba en estado de shock, absorbiendo todas las horas de televisión y periódicos que ponían lo que… era… se escapa un poco al entendimiento que yo tenía, no había tenido una experiencia ni remotamente parecida a lo que había pasado, me daba miedo como iba a impactar en la evolución de mis trabajos y en mis pacientes en particular y… tenía… pues esa sensación, luego, se produjo un proceso de adaptación, ¿vale? Fui adaptando mi trabajo a la pandemia y eso me dio cierta tranquilidad y curiosamente, encontré enseguida una adaptación…que tanto me gustó como me aterró, porque la sensación de que el estar encerrado en casa todo el tiempo y no… conectar con nadie ni salir a la calle y que eso fuera normal… me asustó bastante, porque sé que el aislamiento es malo a todos los niveles y en cuanto pudo, aunque pude haber alargado más tiempo el trabajar desde casa, en cuanto pude, me obligué, por salud mental, a volver a coger mis hábitos de trabajo y volver al despacho para tratar que fuera algo más normal, porque me dio miedo que si se prolongaba mucho tiempo el periodo de estar encerrados, pues, me llegara a afectar un poco el síndrome de cueva, ¿no? Y que me diera miedo luego un poco el salir, la gente, el relacionarme y es verdad que las primeras salidas eran un poco… temerosas, o sea… la gente parecía que era el enemigo, ¿no? Al pasar por la calle, por eso hice el esfuerzo tremendo de enseguida, tratar de hacer una vida normal y eso me ha ayudado mucho.