Proyectos de Investigación

La incertidumbre en los oficios de limpieza

por Patricia Méndez Martín

 

Esta entrevista tuvo lugar en el municipio madrileño de Alpedrete, localizado en la Sierra de Guadarrama. La entrevistada es Ana María Martín Jiménez, de 55 años, que es auxiliar de servicios de limpieza. En esta entrevista, Ana María nos relata su experiencia durante los primeros meses de la pandemia y sobre los cambios que experimentó en relación con su forma de interactuar con el municipio, los familiares, los vecinos y sobre todo con su situación de trabajo, que se vio muy afectada por la pandemia. Esta situación le llevó a estar dentro de un ERTE durante tres meses y aunque está de vuelta en su trabajo actualmente, la situación actual sigue afectando de gran manera a su puesto de trabajo y al de sus compañeros. En esta entrevista conocemos cómo, en un ambiente de trabajo que implica labores de limpieza, de cocina y l interactuación con grandes grupos que acuden continuamente a su establecimiento de trabajo, ha sido muy afectado por las nuevas condiciones. De tal manera que las formas de relacionarse tanto personalmente como con su propio oficio han cambiado bastante.

 

¿Has encontrado otro uso al pueblo o al barrio que antes no veías?

Sí, porque iba a comprar. Antes no compraba en el pueblo. Siempre compraba fuera, en grandes superficies y por Villalba. Pero ahora, en el pueblo pues tengo que comprar y he conocido pues a la gente que te vende la carne, la gente que te cobra de aquí del pueblo, gente del pueblo que no los conocía y ahora pues oye, es como antes que conocías al tendero, conocías al frutero, conocías a todo el mundo y todo esto se ha perdido. Y ahora estamos otra vez volviendo a eso y vas a tomarte una Coca-Cola aquí en el bar, cosa que antes yo aquí en el pueblo no lo hacía. Y luego cuando salgo con la perra, con la perrilla que tengo, al campo pues antes no iba, y ahora vamos al campo a sacar a la perrilla y cosas que en el pueblo no utilizaba ahora sí que utilizo. Y me gusta.

¿Cómo ha cambiado la situación con tu trabajo respecto a anteriormente, ahora?

Yo trabajo en un hotel y antes teníamos muchísima gente. De pronto venía grupos de treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta…hasta cien y ahora pues son grupos pequeños, de veinte, de veinticinco, y siempre con las distancias. Antes en los comedores se ponían de seis en seis o de ocho en ocho y ahora como máximo en cada mesa hay cuatro. Tenemos mucho… antes teníamos más contacto con los clientes que vienen y ahora no tenemos contacto casi. Las compañeras con mascarilla y no nos vemos casi nada con los clientes. Ellos mantienen la distancia y nosotros mantenemos la distancia, o sea menos gente y con mucho cuidado, mucha higiene y mucha limpieza. Cosa que antes hacíamos mucha limpieza, pero tanta higiene como ahora de desinfecciones como se hacen ahora, no se hacían antes. Antes cuando llegábamos a una habitación a limpiar esa habitación se limpiaba con los productos que teníamos. Ahora no, ahora hay que entrar una persona, le hecha unos productos, un producto al aire y a todos los tejidos de sofás, de cama y un producto así pulverizado, hay que esperarse quince o veinte minutos, que antes no pasaba, y luego ya entramos a limpiar. Y siempre que entramos tiene que estar la ventana abierta. Si ese cliente ha ido a desayunar y ha dejado la ventana cerrada nosotros no entramos. Tiene que estar aireada la habitación. Y esas cosas antes pues no lo hacíamos. Entonces ha cambiado mucho: la cantidad de gente, las limpiezas y el contacto, que no tenemos ningún contacto ninguno. Antes había… podías hablar con ellos. Ahora no hablamos nada. Cada uno con su mascarilla y manteniendo muchísimo la distancia.

¿Puedes hablar de cómo fue la situación de cuando llegó el confinamiento y os pusieron un ERTE y todo?

Uf. Pues al principio como muy… pensando “madre mía, y si ahora de pronto esto lo cierran y nos vamos al paro”. Estuvimos tres meses en el ERTE, pero siempre pensando “Dios mío, por favor, que todo vuelva a la normalidad”. A ver si ahora ya todo… porque igual que ves que muchos sitios han cerrado, pensábamos que el nuestro también lo iban a cerrar. Y vas con la incertidumbre de “madre mía, qué va a pasar, qué va a pasar”. Pero bueno, gracias a Dios no han cerrado. Seguimos ahí malamente, pero bueno vamos siguiendo, poco a poco a ver si se va todo a la normalidad otra vez. Que tenemos ganas.

¿Cómo ves la situación de tu pueblo, el vecindario, tu trabajo o el ambiente de familia en los próximos años?

Hombre ahora, yo lo veo un poco negativo porque... porque…ves muchas familias que se han quedado en el paro, gente que sabes que no tienen trabajo. Vas por el pueblo y ves los locales que han cerrado, que es alucinante. Todo lo que estaba antes abierto. Este que es un pueblo que viene muchísima gente de fin de semana y ahora vas y dices “a este lo han cerrado, uy a aquel también lo han cerrado”. Y volver otra vez a todos esos locales, que vuelvan otra vez como antes a abrir va a costar mucho. Entonces no sé, yo creo que va a costar volver a remontar. Remontaremos, porque de todo se sale. Pero va a costar mucho que todo vuelva a volver como antes. Los trabajos y con la gente enferma, cuánta gente que conozco que ha tenido familiares que se han muerto. Eso es muy doloroso. Y gente que se ha muerto y que no han podido ir a los velatorios. Yo eso lo veo horrible. Le pasa eso a algún familiar mío, que gracias a Dios no me ha pasado, y no podemos ir a despedirle y bueno, tremendo. Esperemos que eso no nos ocurra, pero yo lo veo que remontaremos o que volveremos otra vez, más o menos, a la normalidad, pero nos va a costar no seis meses como dicen. No. Nos va a costar un año o más volver, casi casi, a lo normal. Por lo menos en mi trabajo, por lo menos, yo calculo que en verano lo mismo no estamos al 100%, pero yo creo que al 50% esperemos que podamos. Pero lo veo muy difícil, muy difícil.