Proyectos de Investigación

La gran espera

por Lucía Rodríguez Ruiz

 

El día 20 de noviembre pude entrevistar a Sergio Caro, que me demostró que siempre tenemos que sacar el lado positivo de lo malo, que si las cosas se quieren y se luchan se pueden conseguir. Es un amigo de la familia y mostoleño de nacimiento desde 1993, aunque en la actualidad reside a pie entre Navalcarnero y Ávila. Este está siendo un año de grandes emociones para él, tanto buenas como malas, pero tras leer la entrevista encontraras querida lectora o lector que se trata de una persona optimista y luchadora. Comenzó el año siendo monitor de gimnasio en la localidad de Móstoles y estudiante de oposición y en tan solo unos pocos meses cambió drásticamente su forma de vida. Trataré con los temas de compañerismo, solidaridad, empatía, optimismo y dedicación. Espero que te ayuden sus palabras tanto como a mí a entender y apreciar el lado bueno de la vida.

 

¿Qué cambio vería en su vecindario y en la relación con sus vecinos?

Sinceramente, por temas de trabajo no solía estar mucho tiempo en casa, antes de que en marzo comenzará toda esta situación, yo trabajaba en una gran cadena de gimnasios y entre las clases, más las horas en la recepción del sitio, sumémosle que también entrenaba varias horas (a título personal) todos los días y del poco tiempo libre que tenía lo pasaba en la biblioteca estudiando para mi oposición… Pues como se puede imaginar paraba en casa lo justo y lo mínimo para dormir y comer, sin embargo, con las medidas de confinamiento estricto que se dieron a partir de marzo y al cerrar mi puesto de trabajo y entrar en “ERTE”, pase a una situación completamente opuesta. Los primeros días del confinamiento y hasta que se relajaron las medidas en mayo, comprobé con desolación que si te asomabas a la calle no escuchabas nada, no se notaba el constante ruido de fondo al que estás acostumbrado de coches, gente hablando… Fue una sensación muy mala y diferente, yo intento hacer escapadas a zonas de montaña o al campo (todo lo que sea fuera de la ciudad) y cada vez que el trabajo me lo permitía, me gusta mucho la naturaleza, la paz y el silencio, pero el silencio que había durante esos meses no era el mismo, no sé si me entiende, fue duro. Y lo que decía de mi relación con los vecinos, bueno, yo siempre tuve una relación cordial, pero sin entrar en algo más que eso, pero sí que es cierto que, durante esos meses, tuve mayor trato, por ejemplo, así como anécdota, mi vecina de al lado tiene dos niñas pequeñas y durante esos días tras los aplausos de las 8, a través del balcón y de salir todos los días a esa hora, comencé a tener más trato con ellas, incluso cuando fue el cumpleaños de la más pequeña todos los vecinos de la misma fachada nos organizamos para decorar nuestros balcones como si estuviéramos todos en su cumpleaños y le cantamos el cumpleaños feliz, pusimos música y la hicimos sonreír.

 

¿Cómo cambió la relación con el espacio público y privado?

Supongo que pase de ir a bastantes sitios, ya sean centros comerciales, parques, museos, cine… a de la noche a la mañana el único sitio público que frecuentaba era el supermercado (y para compras semanales), la veterinaria para la medicación de mi mascota y poco más, se cortó de manera radical la forma de vida que llevaba, dejando paso a un uso exclusivo del ambiente privado, en mi casa y ya le digo, solo saliendo para hacer compras esenciales o sacar a mi mascota de paseo. Pasado el período de cuarentena y con la llamada “nueva normalidad”, pues retome algunas de las rutinas o hábitos que tenía, pero sí que es cierto que intento ir lo menos posible a espacios con mucha saturación de gente, ya no uso el transporte público para nada, prefiero ir con mi coche a los sitios e intento en la medida de lo posible que mis más allegados tampoco lo usen.

 

¿Ve algún punto positivo a esta nueva situación?

Si tuviera que decir algo, a nivel personal pude optimizar mejor mis jornadas de estudio, de esa manera conseguí obtener los resultados que llevaba años intentando alcanzar, aprobé la oposición para poder optar a un cargo público, además sí me di cuenta que con este parón pude pararme a pensar sobre el tinte que estaba tomando mi vida, la vida de la gente que me rodea y me gustaría pensar que de esta experiencia me llevo algo más de empatía y mucha más paciencia. Los vecinos de mi barrio, por bloques, organizaban recogidas de alimentos para luego repartir a aquellas familias que lo estaban pasando mal, mi barrio es de los considerados de extrarradio, un barrio obrero, donde esta situación ha dejado a muchas familias en una situación precaria y los vecinos pensamos que sería una manera de contribuir, solo el pueblo ayuda al pueblo ¿no?

 

¿Cómo desarrolla las visitas con sus familiares y amigos: ¿de otra manera, en otros sitios?

Pues aunque en la actualidad por temas de trabajo me veo en la situación de desplazarme periódicamente a otra Comunidad Autónoma, en los pocos ratos de expansión o libres que tengo, poco ha cambiado mi forma de estar con la familia y amigos, sí que es cierto, por motivos obvios de máximo de aforo y de reunión impuesto por el Estado, mis reuniones se limitan a un máximo de seis personas y en la medida de lo posible intentamos estar en lugares al aire libre y manteniendo las medidas de seguridad, más especialmente con visitas de familiares de avanzada edad o que puedan considerarse de riesgo. Pero salvando el tema de aire libre, distancia social e higiene individual, puedo seguir realizando una vida social relativamente normal, o, mejor dicho, prácticamente una vida social pre-pandémica. Aunque sí que es cierto, que a diferencia de antes, en la actualidad las reuniones sociales las suele tener en domicilios.

 

¿Qué actividades de la vida cotidiana han sufrido cambios en su día a día?

Lo que más note, en mi trabajo y a nivel personal es la forma de hacer deporte, yo, al estar trabajando en un centro deportivo de alto rendimiento, comprobé de primera mano que la realización de deporte de alto rendimiento con mascarilla se hace muy complicado, por lo que en la medida de lo posible, tanto mi centro de trabajo como muchos otros han intentado dinamizar las clases para poder ajustarlas hasta esta nueva situación, sí que es cierto que algunas de las prácticas deportivas si o si se tienen que realizar con gran esfuerzo físico, por lo que en esos casos se pone en práctica la reducción de aforo más estricta que la impuesta por las competencias sanitarias, a nivel personal he seguido las pautas que te comentaba, cambie mis tablas de ejercicios e intenté e intento realizar el deporte o bien en casa o bien al aire libre pero en horas donde no se de mucho tránsito de personas o realizándolas en zonas apartadas de los grandes núcleos urbanos.

 

¿Cómo ve la situación de su vecindario en los próximos años?

Veo un futuro a corto plazo de parón, me explico, dada la situación económica que estamos viviendo y viviremos durante unos años, sé por experiencia de la crisis en España de 2008 que las obras públicas, por ejemplo en mi caso, detrás de los bloques de mi urbanización tenemos una gran zona verde, la cual empezaron a arreglar en el mes de enero, pero se produjo el parón en marzo, el ayuntamiento de Navalcarnero ya ha puesto de manifiesto que las obras quedan paradas hasta nueva orden. Digo mi barrio, pero como puedo decir en mi localidad de manera completa, teníamos técnicamente aprobada por parte de la comunidad autónoma la construcción de un centro de salud para dar cabida a paritorio y pediatría, al igual que unas urgencias (ya que si nos pasa algo tenemos que ir al hospital público más cercano que es el de Móstoles), al igual que las obras de mejora de la vía pública han parado las obras.