Proyectos de Investigación

Dar a luz en tiempos de pandemia

por Patricia Peñalver Martín

 

El día 13 de noviembre de 2020 a las cinco de la tarde tuvo lugar en Torrelodones, un pueblo de la sierra madrileña, la entrevista a Charlotte Moon, una ciudadana de 33 años y vecina del pueblo que lleva viviendo toda su vida en esta comunidad. Es profesora de inglés en el Colegio Maristas de Chamberí; aunque actualmente se encuentra de baja por embarazo. Al ser persona de riesgo por dicho motivo, la baja por embarazo se inició desde el primer trimestre y no a partir del último como solía ser antes de la Covid. Sus vivencias durante esta situación de riesgo, sus miedos con respecto a su estado, las precauciones adicionales que toma y su experiencia durante los meses de gestación con las diferentes pruebas médicas y demás protocolos.

Al mismo tiempo, como profesor de un colegio, conoce bastante bien los cambios experimentados en las aulas y las relaciones entre profesor y alumnado. Como ya mencioné, este curso 2020-2021 no está desempeñando la labor docente, pero tiene conocimiento de las medidas establecidas en su centro. Además, ella tuvo que enfrentarse al último trimestre del curso pasado con el centro totalmente cerrado y el rápido intento de adaptar los temarios al método online.

 

Bueno, para empezar, me gustaría saber qué cambios has notado tú en el pueblo de Torrelodones (que es donde vives ahora mismo) estos últimos meses. Si has notado en los espacios públicos (ya sean calles como establecimientos) algún cambio notable, menos gente; tu perspectiva.

No se ha notado demasiado. Y te hablo de comercios de todo, de papelerías de barrio que han sido las primeras en cerrar en Madrid capital, aquí en Torrelodones seguían abiertas como La Rocha, por ejemplo. Comercios pequeños como peluquerías de señoras que hay como tres o cuatro en el pueblo, estaban las cuatro abiertas y además tenían clientela. Terrazas llenas, llenísimas de gente tomándose un café o el aperitivo, las primeras cañas… Y muchísimos sitios que la verdad me ha llamado la atención que hayan sobrevivido a esta crisis, ¿no?

Torrelodones tiene una gran estabilidad, los ciudadanos que viven en Torrelodones tienen una estabilidad económica que puede favorecer que puedan seguir haciendo uso del ocio, salir más a menudo.

Sí, además que también es por lo que tú dices. Generalmente, yo creo que la gente que vive en Torrelodones pues ha podido volcar su trabajo al teletrabajo entonces claro, al tú tener teletrabajo pues tienes muchas más posibilidades de disfrutar de tu pueblo sea en la hora de la comida…

¿Tú relación con gente (con vecinos, trabajadores, comerciantes, camareros, incluso los repartidores de Correos) ha cambiado?

La parte de los repartidores, mi marido sobre todo pide muchísimo por Amazon y comida a domicilio, y eso sí que lo hemos notado a la hora de dejar el paquete te lo dejan en una esquina, ellos se apartan, llaman al timbre. No hay ningún tipo de contacto, se ponen ellos mascarilla y nosotros también. O sea, todo es muy protocolario. Entonces eso sí que ha cambiado muchísimo, claro.

Y en cuanto a tu entorno más cercano la relación con tu familia y amigos ¿ha cambiado de alguna forma?

Sí, esto yo creo que ha sido de lejos lo más duro. Mi padre y toda mi familia de parte de padre vive en Estados Unidos, no les veo desde que me casé (estamos hablando de junio del año pasado, del 2019). Nos fuimos allí de Luna de Miel y todo, pero nos volvimos y tuvimos que cancelar el viaje de Navidad. Tuvimos que cancelar el viaje de verano, mi padre tenía un viaje programado para abril que también lo tuvo que cancelar, evidentemente porque estábamos en pleno estado de alarma.

A todo esto, se suma que mi madre está viviendo en Madrid capital en el distrito de Chamartín y ahora mismo su barrio es uno de los que están confinados.

Y ya en cuanto a tu situación de embarazada, que por tanto eres persona de riesgo de cara al Covid, ¿has tomado alguna prevención extra? ¿cómo ves con tu perspectiva todo lo de la pandemia?

(…) Pero sí que es verdad que también te invade una especie de miedo porque no sabes muy bien qué va a pasar. Es decir, de repente viene una criatura al mundo, a este mundo tal y como está… No sé, te asaltan muchas dudas y muchos miedos. Muchas veces son miedos un poco irracionales, pero otras veces tienen un poco de sentido.

Y bueno he estado escuchando que por el protocolo Covid en los hospitales los padres de los niños no pueden entrar en las consultas, ¿esto cómo lo estáis viviendo tú y tu pareja?

Pues la verdad es que mi marido lo lleva mejor que yo, todo hay que decirlo. Él lo ha asimilado de una manera muy estoica. Yo por mi personalidad y por mi manera de ser pues enseguida me quiero revelar. Bueno es una medida que puedo entender de manera racional, puede que tenga lógica. Pero hay ciertas situaciones que se me escapan un poco y creo que al final que si no se analizan o se tratan con un poquito más de cuidado corremos el riesgo de deshumanizarnos completamente. Quiero decir, al final soy yo la que tiene el bebe, la que está embarazada, el bebé está dentro de mí; y la que se tiene que hacer los chequeos soy yo, ¿no? Pero no es mi hijo solamente.

(…) El otro día fui a la consulta por otro motivo y presencié una escena un poco triste. Ahora para todo tipo de consultas, sea del especialista que sea, no te dejan entrar con acompañante a no ser que vayas en silla de ruedas o necesites asistencia. Entonces esta era la consulta del neurólogo y estaban esperando dos hermanas de cierta edad (tendrían 50 0 60 años, más o menos) cuando le tocó el turno a la que le tocaba, a la paciente, y entró ella sola. Se echó a llorar pidiendo que por favor su hermana entrase con ella, la hermana también quería entrar con ella. No sabíamos muy bien qué pasaba. El caso es que cuando entró la señora, la enfermera se quedó hablando con la otra hermana que se quedó fuera y le dijo la hermana que ella quería entrar con ella porque hoy le decían que si lo que tenía era terminal o no. Es un problema de sociedad muy grande, de deshumanización. ¿Por qué tiene que estar alguien, solo, enfrentándose a eso?

Y bueno, ya en cuanto a tu profesión como profesora de secundaria, este año no has podido dar clase por la baja, pero ¿cómo ves a tus compañeros?

Al principio del curso, como había tanta incertidumbre con el tema de los colegios, estaban muy preocupados y muy angustiados porque no sabían muy bien qué se iban a encontrar, cómo iban a reaccionar los chavales, qué medidas de seguridad iba a ver. El tema de los desdobles de los grupos ha sido un absoluto caos organizarlo, porque lo es, ¿no? Organizar horarios, organizar turnos, organizar niños, que no se junten en las mismas clases, que haya que desinfectar cada vez que haya un intercambio, ha sido bastante, bastante intenso diría yo. Yo me pongo en su lugar, el no tener un horario fijo, no saber muy bien saber ni siquiera qué curso vas a dar un día antes de empezar las clases, ni cómo lo vas a dar ni nada, pues yo creo que les ha supuesto a muchos unas ansiedades muy fuertes.

¿Cómo piensas que va a estar este pueblo dentro de unos años?

Torrelodones yo creo que más o menos se mantendrá igual, seguirá con sus negocios de pequeños comercios, con sus bares, con su ambiente. (…) Madrid sí que me preocupa más. (…) Veo muchísimos comercios y bares cerrados, vida que ya no va a volver por así decirlo, vida de ocio ¿no? De cómo somos los españoles, de estar fuera, de cañas, de terrazas. O sea, yo veo que eso se va a perder un poco. Hace poco también escuché que ha cerrado una discoteca muy famosa del centro de Madrid, la Joy, y jolín, es que eso a mí me hace un throwback a mi juventud, entonces que ya no esté ese sitio es un poco un indicador de lo que le espera a la marca Madrid, por así decirlo. La marca Madrid siempre ha sido fiesta todos los días de la semana, siempre hay ambiente, siempre hay gente por la calle, siempre hay gente en discotecas, garitos, etcétera, y ahora no hay garitos, no hay discotecas, entonces…

Es un Madrid apagado.

Es un Madrid apagado. ¿Cómo será Madrid dentro de 10 años? Pues no lo sé, no tengo ni idea.