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Don Quijote en Azul 11. Quijotes del papel

 

Portal de las I Jornadas Educativas Cervantinas en Azul


Quijotes del papel.

Una experiencia del arte como emergente de las inquietudes y problemáticas sociales

 

Agustina Lupo y Tatiana Andenoche

Escuela de Bellas Artes

 

La siguiente fue una experiencia que protagonizamos como estudiantes de la Escuela de Bellas Artes “Luciano Fortabat” en 2013, cuando cursábamos el último año del Profesorado en Artes Visuales. Éramos la primera promoción de un plan de estudios que se inauguraba con nosotras. Entre otras reconversiones y actualizaciones, nos presentó una nueva materia: Artes Combinadas.

La estructura de ese espacio planteaba también una innovación para la escuela: tres docentes en la misma aula y en el mismo horario, durante todo el año, dictando juntos la materia.

Eran tres profesores que llevaban años dictando los talleres de: Texto, Expresión Corporal y Música.

Áreas complementarias a las artes visuales, que enriquecían con diferentes contenidos la carrera. Traían distintos tránsitos docentes, y la experiencia sería absolutamente novedosa tanto para los profesores como para la escuela.

Por una decisión y acuerdo de la Escuela, también venían desde hacía varios ciclos proponiendo una evaluación final conjunta, en la que los alumnos presentaban un trabajo fusionando los aprendizajes del año en los tres talleres. Nosotras veníamos escuchando de los compañeros de años anteriores ecos favorables y algunos no tan satisfechos con esa experiencia, en algunas etapas de su proceso. Es que a veces no encontraban un modo de concluir, de manera práctica, en una propuesta que abarcara los aprendizajes de música, de lecturas diversas y de trabajo con el cuerpo en una instancia como esa. En lo que sí coincidían… era en la satisfacción del éxito que les daba haber podido atravesar esa experiencia, que con el tiempo les servía para llevar a la práctica y trabajar en red, en los distintos espacios donde se desempeñaban.

Con nosotras, que éramos solamente tres alumnas, los antecedentes de la materia a estrenar se nos presentaba como un desafío. Los profesores coincidieron en la necesidad de que ideáramos y diseñáramos una propuesta artística integral, aplicando conceptos como trabajo interdisciplinar, transdisciplinar y multidisciplinar. A veces sentíamos que se nos entremezclaban; en otras se volvían inspiradoras las lecturas y disparaban ideas que, cada lunes en clase, compartíamos en proceso con los mismos profesores. El proceso de gestión de ideas en nuestras cabezas y en las de ellos también era integral.

Así, entendieron y entendimos que era mejor tomar de las experiencias de años anteriores, la puesta de un trabajo grupal, pero debíamos doblegar esfuerzos. A partir de este tiempo compartido y de los nuevos contenidos y enfoques, pensamos en una propuesta abierta a la comunidad, que combinara nuestra tarea como organizadoras y gestoras de un hecho artístico que replicara en nuestra ciudad y, a la vez, desde el arte, generara conciencia social y reflexión. Presentaríamos Artes Combinadas en un espacio de impacto, con una temática fuerte, con aprendizajes que trascendieran nuestra experiencia de formación artística.

Corría el año 2013. Desde el 2007, nuestra ciudad hablaba con orgullo de su condición de Cervantina. El reconocimiento nos había llegado desde la UNESCO, desde su sede de Castilla- La Mancha, y nos instalaba en el mundo por nuestros valores. Las enseñanzas que emergen de la lectura de esa gran obra se volvieron, desde entonces, una causa que nos unifica y distingue. No fue tan difícil mirar y encontrar Quijotes verdaderos para inspirar nuestro trabajo. Los encontramos en los papeleros: un grupo de hombres que ante el inminente cierre de la fábrica en la que trabajaban, resistieron, ocuparon el espacio y formaron una cooperativa, apelando al apoyo de toda la comunidad y del poder político, en procura de preservar su fuente de trabajo. La lucha no fue fácil para ellos. Hubo conflicto. Algunos persistieron, otros no. Incluso uno de ellos, acorralado por la depresión y la crisis, se quitó la vida en ese mismo espacio. En su memoria decidieron permanecer en el edificio y bautizar con su nombre a la incipiente cooperativa: Cooperativa de trabajo Pachi Lara.

Fuimos a conocerlos, a entender su lucha, con la intención de rendirles homenaje desde lo que sabemos hacer: el arte.

Esa noche, uno de los papeleros nos contó que realizaban turnos de seis horas cada uno, en función de cuidar el lugar; que consiguieron la luz; que tenían todo para trabajar, hasta cartera de clientes, pero necesitaban la conexión del gas. Para cumplir con ese sueño y a la vez llevar un dinero a sus casas, hacían changas luego o antes del turno de seis horas. Y de ese modo sostenían a sus familias.

Recorrimos el lugar, compartimos mates, charlas y les contamos nuestro objetivo de reivindicar sus acciones y ponerlas en valor para toda la comunidad. Así se podría crear conciencia del deber social de apoyar la reapertura de su fuente de trabajo. Nos movilizó la idea de generar un espacio de arte que permitiera visibilizar su problemática. Así, diseñamos una propuesta de intervención del edificio desde una mirada estética interdisciplinar, a través de diversas manifestaciones artísticas. Los protagonistas eran ellos, los papeleros, unos verdaderos Quijotes en eso de soñar y resistir por una causa justa. Elegimos un título: Quijotes del papel. Y fuimos buscando temas, materiales, objetivos siguiendo dos conceptos como conductores: el papel como material y los trabajadores como Quijotes.

En el proceso éramos artistas, gestoras, realizadoras, estudiantes y alumnas dispuestas a concientizar que el arte como emergente de las inquietudes y las problemáticas sociales constituye, a la vez, una herramienta legítima para intervenir en la sociedad y producir en ella cambios profundos. Y fuimos por esos cambios… empezando desde los más cercanos.

Invitamos a otros artistas, profesores y estudiantes de arte, para que se sumaran con sus propias creaciones. Los convocamos para participar de una muestra con sus propias creaciones. Debían incluir el papel en cualquiera de sus expresiones como material simbólico y desarrollar como tema la problemática y la lucha de los trabajadores papeleros, reconociéndolos como Quijotes. Viajamos a Olavarría a la Escuela de Artes Visuales Miguel Galgano, para sumarlos con su arte. Y logramos su participación con obras. Nos reunimos con estudiantes y docentes de nuestra Escuela de Bellas Artes, y también conseguimos que muchos se sumaran con sus propias creaciones.

Les pedimos obras bidimensionales, les dimos medidas de máxima y de mínima, les pusimos la condición de presentarlas en un soporte rígido para que pudieran ser emplazadas. Les dimos una fecha límite para presentarlas. ¡Y estuvieron las obras!

Cuando llegó el día anunciado, toda una gran diversidad se instaló en el salón central de la fábrica, para que el público disfrutara de esas creaciones. También los profesores fueron parte de los conceptos que veníamos trabajando durante todo el año: elaboraron un video arte con imágenes y sonidos, a partir de un texto creado para la ocasión, que se proyectó a lo largo de todo el encuentro en un sector del galpón. Desde La Plata llegó una propuesta musical de la banda De Mochilas, y se sumó otra local, el power trío azuleño Celo Funk.

Hubo servicio de cantina. Era lógico que nosotras tres no pudiéramos hacernos cargo de eso, así que sumaron su capacidad y experiencia los estudiantes de la Facultad de Derecho de Azul. Seguimos tendiendo redes, en esas solidaridades, más acciones quijotescas para homenajear a esos Quijotes del papel y visibilizar su causa.

La reunión empezó cuando el sol iba declinando… y se extendió hasta la madrugada.

El plato fuerte que resumía el concepto que buscábamos transmitir fue una proyección de video arte. La pensamos y le fuimos dando forma luego de muchas visitas al lugar, de largas conversaciones con los papeleros, de vivenciar sus experiencias, de bosquejar ideas para quedarnos con algunas y desechar otras porque nos superaban. Finalmente lo logramos, a partir de fusionar elementos de la plástica con fotografía y el sonido. Apostábamos a un final que incluyera el factor sorpresa. En eso también seríamos un power trío, como el musical que nos acompañaba.

Las redes sociales fueron muy útiles durante todo el tiempo de trabajo. No solo para difundir nuestras actividades, sino también para ir contagiando y sumando voluntades. Las quijotadas desde el arte también son posibles. Y estábamos siendo protagonistas de una bien grande. En el proceso se nos sumaron fotógrafos, amigos artistas que siempre están dispuestos para la logística y el trabajo in situ, diseñadores y un grupo de voluntades que siempre fue creciendo.

Hoy leemos ese muro de Facebook que es testimonio de cómo fuimos trabajando y de lo que ocurrió en el transcurso. Nos emociona releer los primeros resultados que escribimos como experiencia. Agustina dijo al día siguiente:

 

Una pequeña reflexión sobre lo acontecido el 2 de noviembre en la Cooperativa Pachi Lara… Superando todas las expectativas se llevó a cabo el proyecto Quijotes del papel. Con amplia concurrencia y satisfacción transcurrió la velada que tanto esperábamos, un proyecto por el que estuvimos trabajando varios meses con mis compañeras Tatiana Andenoche y Ornella Pérez. Muchas idas y venidas, alegría, cansancio, risas, búsquedas y encuentros proyectando lo que sería aquel día. Andando en estos caminos en que el arte no solo pasa por ser bello y agradable, sino que más bien se convierte en un medio por el cual diferentes expresiones artísticas se encuentran a dialogar sobre un mismo tema. Un tema que no solo nos une como artistas sino más bien como personas sensibles a las problemáticas sociales y, específicamente en este caso, a la que tiene que ver con una gran lucha que hace ya dos años emprendieron excelentes personas; y la siguen sorteando obstáculos para legitimar algo tan esencial como es su fuente de trabajo. Todos y cada uno de estos trabajadores nos recibieron con los brazos abiertos, brindándonos un espacio tan sensible, tan lleno de significatividad y de ausencias, como es la Cooperativa “Pachi Lara”.

¿Y qué me dejó particularmente a mí toda esta movida? Por sobre todas las cosas fortaleció el vínculo entre mis compañeras, de las que estoy totalmente agradecida por las horas compartidas, de proyección y delirio. Mucha, mucha risa. Por supuesto, una cuota de cansancio por la cantidad de energía que en este proyecto pusimos. Sé que lo dimos todo para que saliera lo mejor posible.

 

Y mencioné a todos y cada uno de los profesores, a la Dirección de la Escuela de Bellas Artes, a los artistas que participaron, a quienes ayudaron en la puesta en escena y en el video arte –en la edición y en la cámara-, a los músicos y a mis hermanos que, como escribí con las emociones bien recientes, “me colmaron de alegría y abrazos llenos de felicidad”, como lo hicieron familiares y amigos.

Pero lo que se destacó fue la importancia de los papeleros, que acompañaron, se emocionaron y estuvieron ayudando hasta en los últimos detalles de organización. Hoy nos conmueve leer en la pantalla de cualquier dispositivo con el que podemos abrir ese Facebook: “Nosotros pasamos por allí, fue una gran fiesta para todos. Ellos aún esperan…”. Queda la documentación fotográfica. Y el recuerdo de un inmenso público que asistió y apoyó. Y las emociones de los papeleros, que siguieron esperando un largo tiempo, hasta reactivar la fábrica. Hoy nos duele saber que por la crisis, finalmente este año cesaron todas las actividades.

Seis años después, orgullosamente venimos dos de nosotras (la tercera está en Europa, en el país del Quijote en este momento) a contar esta experiencia de lo que serían nuestros últimos pasos como alumnas en la formación docente inicial en arte.

Aquella quijotada nos dejó una marca bella y profunda, que buscamos hoy, cada día, reflejar en lo que hacemos: trabajar con alegría y apostar a los sueños, tendiendo redes y puentes con quienes siempre están dispuestos a sumarse para concretarlos.

 

Palabras clave: Escuela de Bellas Artes – Cooperativa Pachi Lara – Artes Combinadas – Papel – Interdisciplinariedad – lucha obrera – compromiso social – eventos