Presentación

 

Adriana Abadie, Estela Cerone y Paula Tártara

 

En el año 2019 la Asociación Civil Azul Ciudad Cervantina, desde su Equipo de Gestión, con el patrocinio de la Cátedra Cervantes de la UNICEN, junto a otros actores de la comunidad, asumieron el desafío de organizar las 1° Jornadas Educativas Cervantinas de Azul.

Nos parece interesante retomar lo que decíamos entonces, a modo de convocatoria, invitando a nuestros colegas a la participación:

Este será el décimo tercer Festival Cervantino que se celebrará en Azul. Tal vez sea un tiempo en el que no dimensionamos cuánto se valora más allá de nuestra ciudad este trabajo en favor de la educación y la cultura, que se viene sosteniendo por la fuerza de sus habitantes, independientemente de las gestiones de gobierno que en todos estos años han ido pasando.

Y estamos convencidos de que nada es porque sí, que no se trata de una casualidad que este reconocimiento trascienda fronteras: está cimentado en el trabajo de base, y en esto, la educación azuleña lleva la centralidad. El sustento lo vienen dando las escuelas y sobre todo, los que en ellas enseñan cada día. Maestros y profesores del Partido de Azul, desde hace trece años venimos formando niños y jóvenes que saben cuál es el camino que los lleva a amar y distinguir su propio terruño; para seguir eligiéndolo, para soñar con verlo crecer y sentirse parte.

Como valoramos tanto ese camino, consideramos que este año era una buena oportunidad para rescatar tanto trabajo pedagógico y docente. Por eso gestamos las Primeras Jornadas Educativas. Las mismas no reemplazan a las tradicionales Jornadas Académicas Cervantinas (que desde el Festival pasado se ha decidido hacer cada dos años), sino que ocupan su lugar dentro del Festival y aprovechan su formato y estructura, dando intervención a las mismas instituciones para su organización.

Diseñamos estas Primeras Jornadas Educativas para escuchar de primera mano las voces de quienes enseñan, y darles protagonismo a sus relatos de experiencias de trabajo, en las que la lectura del Quijote, los valores de Cervantes y el conocimiento de los clásicos estuvieron implicados en experiencias de aula exitosas. Esas experiencias para las cuales se unieron con otra docente paralela, con las especiales, con las de otros grados o años, con las de otro establecimiento, desde diversas áreas o materias… y buscaron juntar motivos desde los cuales educar y entusiasmar a los alumnos en el conocimiento, resaltando los sueños como disparadores para aprender quiénes somos, valorar nuestros alcances y ser felices en nuestras proyecciones. Porque ese sí es un privilegio de quienes enseñamos: sabemos de primera mano que crear futuros no es un eslogan.

De esa manera convocábamos y proponíamos un formato y un propósito: (…) los días 4 y 5 de octubre de 2019 nos reuniremos para relatar estas experiencias concretas de trabajo. No importa si se realizó en una escuela o colegio del que ya no somos parte; tampoco es trascedente si fue hace mucho tiempo o es reciente; por supuesto no hace a la convocatoria el hecho de que ya no seamos parte de esa institución, ni siquiera si ya estamos jubilados: todos fuimos o somos el sistema educativo, y la nuestra es una profesión que jamás nos pasa a retiro. Multiplicar nuestras experiencias de trabajo es una mezcla de placer y deber. Sí: para que otros tomen la posta, repliquen las buenas acciones educadoras en otros sitios, reivindiquen las prácticas docentes significativas dándoles una nueva impronta.

 

La convocatoria movilizó a docentes –en actividad algunos, otros ya retirados- que dieron, con las veinticinco relatorías presentadas, carnadura a la propuesta. Así sucedió la Jornada; fue una primera avanzada en el animarse a dar a conocer lo que dentro de las aulas había acontecido, en relación a la lectura de Cervantes, el Quijote, los clásicos y todas las conexiones posibles que el arte siempre abre, invita, sugiere como caminos para seguir creciendo. Casi un año de trabajo en el que visitamos instituciones y personas, para volver a poner sentido en cada puerta que oportunamente fue abierta; alentando a valorizar lo realizado, a transmitirlo y ponerlo a consideración de otros. Nuestra misión fue entender juntos que los trayectos recorridos, esas buenas prácticas en educación, bien podían ser tomados y replicados en nuevos escenarios, tanto dentro como fuera de la ciudad.

Lo que acá se presenta es solo una mínima parte de los cientos de proyectos que desde el año 2007 viene produciendo la ciudad en relación a la lectura de un clásico como el Quijote.

Algunos habían sido incorporados en las Jornadas Académicas de años anteriores, pero nunca socializados desde la perspectiva que tomarían en esta oportunidad.

Nos interesaba el trabajo de campo, poner de manifiesto las distintas maneras en que una Ciudad Cervantina construía identidad desde la lectura y las derivaciones múltiples que dichas lecturas disparaban. Una apuesta de rescate de experiencias del ámbito educativo, proponiendo de manera transversal, a los saberes de cada currículum, este singular legado que nos identifica. Otro recorrido para corroborar de qué manera el tesoro que guarda la Casa Ronco en su colección de Quijotes, sigue cobrando vida en las aulas y se diversifica, se actualiza, se reinventa y diversifica.

Así, de ese enorme corpus de experiencias, hoy podemos recorrer instituciones de educación Inicial, Primaria, Secundaria, Universidad, Terciarios, del campo o de la ciudad, en niveles especiales o en contextos de encierro. El Quijote, sus andanzas, sus valores volvieron a ser motivos, perviviendo en las voces de nuestros estudiantes, de mano de docentes comprometidos, en instituciones educativas vitales.

Junto a todos esos saberes vueltos a circular y puestos en juego, el discurso inaugural del Dr. José Manuel Lucía Megías y las conferencias de las profesoras Liliana Leiva y Alicia Stacco, que nos visitaron para hacer de sus experiencias en el abordaje del texto cervantino, nuevos portales.

Coincidimos que educar es –como afirma Laurence Cornu- un acto de confianza, una hipótesis de conducta futura del otro. Aspiramos a que esa semilla sea la que germine toda vez que un docente lee a un alumno, a un grupo, a un colega, a un otro en quien presume campo fértil, un capítulo, un episodio, un fragmento de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Entonces sí podremos ser parte de esa legión que soñó otro gigante español, Miguel de Unamuno:

 

¿No crees, mi amigo, que hay por ahí muchas almas solitarias a las que el corazón les pide alguna barbaridad, algo de que revienten? Ve, pues, a ver si logras juntarlas y formar escuadrón con ellas y ponernos todos en marcha –porque yo iré con ellos y tras de ti- a rescatar el sepulcro de Don Quijote, que, gracias a Dios, no sabemos dónde está. Ya nos lo dirá la estrella refulgente y sonora.

 

Agradecimientos

 

A nuestros moderadores: Margarita Ferrer, Liliana Leiva, Paula Noseda, Julieta Capdevila, Verónica Crisafulli, Carlos Comparato y Natalia Colomé,

A los alumnos del Instituto Superior de Formación Docente N°156 : Miguel Viciconte, Emilio Lapenta, Lucías Juarez, Florencia Lescano y Melanie Aguirre.

A los que colaboraron desde distintos espacios: Carlos Filipetti, Luis Librandi, Matías Martel, Exequiel Valicenti, José Bendersky, Claudia Bustos y Simón Scalsini.